Sus padres han viajado hasta el país alpino
Aparece en Italia un vecino de Cazalla declarado oficialmente muerto hace años
Carlos Sánchez Ortiz de Salazar se dio de nuevo a la fuga tras identificarse
Un hombre que vivía como un ermitaño en un bosque de Scarlino , una pequeña localidad de la Toscana, en el centro de Italia, podría ser el español Carlos Sánchez Ortiz de Salazar, desaparecido en 1998 de su domicilio de Cazalla de la Sierra (Sevilla) y dado oficialmente por muerto hace años.
Dos buscadores de setas contaron al Il Corriere de la Sera que se adentraron en el bosque y encontraron una tienda de campaña en la que vivía un hombre y al interesarse por él éste les dijo: «Soy español, me llamo Carlos y vivo aquí desde hace 20 años». A continuación, y tras mostrarles unos documentos que lo identificaban, les espetó que como le habían reconocido «ahora debo escapar ».
El hombre dejó que fotografiasen sus documentos pero no a él, por lo que es difícil comprobar su identidad. La madre y el padre de Carlos Sánchez llegaron ayer a Italia para intentar localizarle, informó hoy a EFE Antonio La Scala , director de la Asociación italiana Penelope, que da apoyo a las familias de desaparecidos. La Scala explicó que será una tarea difícil, ya que esta persona ha vuelto a desaparecer y desde hace 15 días no se tienen noticias sobre su paradero.
El presidente de la asociación Penelope recibió ayer a los padres de Carlos , a los que se localizó gracias a la asociación española SOS Desaparecidos, en el aeropuerto de Fiumicino de Roma y los trasladó a Scarlino, donde hoy acudirán a la zona en la que se localizó a la persona que se identificó como su hijo.
La desaparición de Carlos
Carlos Sánchez Ortiz de Salazar, natural de Bilbao, y que se había licenciado como médico, se ausentó de su último domicilio en Cazalla de la Sierra. No tenían noticias desde el 13 de abril de 1998 y fue declarado oficialmente muerto hace años.
La persona que se identificó como Carlos Sánchez ha vivido como un ermitaño en el bosque de la Maremma en torno a seis años. Allí se había construido un refugio con una tienda de campaña. Tanto la Guardia Forestal como los vecinos del pueblo le habían visto en alguna ocasión merodeando por los alrededores y lo describen como una persona tranquila.