LOS PALACIOS
Antonio «el de la Mulera» lleva 70 años como carretero del Rocío de Triana
Carretero también de Valme durante medio siglo, su hijo y su nieto realizan las tareas que hasta hace tres años desempeñaba él
La hermandad del Rocío de Triana nació hace 203 años, realizando su primera romería el 27 de mayo de 1814 con treinta y cuatro carretas y veintiocho caballos. Actualmente lo hace con cinco mil peregrinos, treinta y siete carretas de bueyes, setecientos vehículos de motor y mil caballistas.
Pues bien, Antonio Espinosa «El de la Mulera» ha guiado sus carretas durante setenta. Es decir, en más de un tercio de los caminos trianeros está presente el nombre de este palaciego, quien ha sido testigo directo de los cambios experimentados por esta peregrinación con el paso de los años, «que no han sido solo numerarios», como aclara Antonio a ABC Provincia .
«El de La Mulera » es un hombre curtido en el campo, con la piel arrugada y el pelo blanco, merced a las noventa primaveras que cumplirá en dos semanas, pero tiene una mente al que los almanaques no han pasado factura, con una memoria, sensatez y cordura que deja ojiplático al más pintad o.
Su llegada a la corporación rociera de Triana surge a raíz de su vinculación con Luís Ramos-Paúl, hombre de reconocido prestigio, con mucho peso en la hermandad y propietario de la finca La Corchuela , lugar donde prácticamente se cría Antonio. Corría 1943, Antonio apenas contaba 17 años y fue la primera vez que hacía el camino, y lo hacía como carretero de la familia de su jefe .
La experiencia fue satisfactoria en todos los sentidos, y continuó desempeñando la misma función hasta cumplir los 30 años de edad (salvo dos en los que no pudo ir por estar cumpliendo el servicio militar), momento en el que desde la hermandad, viendo la pericia que demostraba en estas labores le encomiendan hacerse cargo de la carreta del Simpecado de Triana.
Permanece dos décadas, hasta 1975, teniendo el privilegio de guiar dicha carreta, y es que la Hermandad del Rocío de Triana es la sexta hermandad filial de la Matriz de Almonte , tras Villamanrique, Pilas, La Palma del Condado, Moguer y Sanlúcar de Barrameda; y es de todas la que mayor peso humano y logístico despliega en el camino. El súmmum de cualquier boyero. No obstante, a este curriculum de oro hay que añadirle más de medio siglo como carretero de la hermandad de Valme en Dos Hermanas.
A partir de 1976 el palaciego pasa a ser el encargado de domar a todos los bueyes que hacen el camino (entre sesenta y ochenta cada romería repartidos entre los 30 carros aproximadamente que organiza la hermandad trianera) y ser el responsable de dichos animales desde la salida hacia Almonte hasta la llegada a Sevilla . La labor de doma de los bueyes la llevaba a cabo de enero a mayo en la finca Torrequemada, en Bollullos.
Hasta hace 3 años
Ambas funciones las ha estado realizando a la perfección hasta hace solo tres años, con nada más y nada menos que ochenta y siete años. Y es que con los años y arrobas perdió en agilidad y frescura lo que ganó en aplomo y experiencia, yéndose lo uno con lo otro, ya que hasta el final siempre cumplió.
En 2013 cedió el testigo a su nieto Antonio Luis, siendo, además, su hijo José Luis el carretero del Simpecado. Retirado de la primera línea (sigue visitando la finca de Bollullos), para él es un orgullo imaginar que su hijo y su nieto caminan ahora las mismas arenas que durante tantísimos años pisó él cargado de responsabilidad y fe.
Persona humilde y de buen corazón, Antonio ha sabido ganarse el respeto, el cariño y la amistad de todos los rocieros que han acompañado a Triana durante estas siete décadas. Prueba de ello son los reconocimientos que la hermandad le ha dedicado «por hacer historia y prestar tan enorme servicio a lo largo de tanto tiempo», como reza en una placa que luce en el salón de su casa .