LORA DEL RÍO
Un alfarero de 87 años con cerámica en la Plaza de España
José Monje dirigió la restauración del emblemático enclave, con motivo de la Exposición Universal de 1992 y dice que no se jubila, aunque se lo haya recomendado el médico
Situada en el número 42 de la Avenida de La Campana se encuentra uno de los negocios familiares más emblemáticos de Lora del Río. Y es que cuado se escucha, no solo en Lora sino en toda la provincia de Sevilla, Alfarería Monje, sabemos a qué familia nos referimos, una familia de alfareros que se ha consolidado generación tras generación.
La historia de esta empresa loreña se remonta al año 1942, cuando un artesano alfarero de nombre José Monje Naharro proveniente de Salvatierra de los Barros (Badajoz) , montó su taller de alfarería en la localidad que se convertiría desde su venida en su nuevo hogar. Sería concretamente el 30 mayo de 1942 cuando se encendería por primera vez el horno de esta alfarería que llevaba el nombre por aquel entonces de su propietario y se cocería su primer ladrillo.
José Monje Naharro , que provenía de familia de alfareros y que se dedicaba a la alfarería en su municipio natal, llegó a parar a Sevilla, según cuenta su hijo Antonio Monje Cintas , debido a su enfermedad estomacal, porque el especialista que lo trataba, de Sevilla, le recomendó dejar de consumir tanto embutido para llevar una dieta suave.
«Por aquel entonces lo que más se consumía en Extremadura era la chacina, y no había pescado blanco que es lo que le recomendó el médico». Entonces viendo como oportunidad una oferta de trabajo en Dos Hermanas como guarda rural, se deplaza a la localidad sevillana donde permanece un año.
Al año siguiente y debido a finalización de contrato, José Monje se desplaza con su familia a Lora para incorporarse como guarda municipal en esta localidad, puesto en el que permanece hasta 1938, año en el que entra a trabajar como encargado en la fábrica de alfarería loreña, adquirida y restaurada por aquel entonces por Felipe del Río .
«La relación laboral de mi padre con este comerciante loreño fue hasta la Navidad de 1941, sin embargo, mi padre ya disponía de un horno para la cerámica que se trajo estando de guarda municipal de casa de mis abuelos y realizaba pequeños encargos», explica Antonio Monje.
Al año siguiente su padre monta lo que hoy se conoce como Alfarería Monje, pero que paso por varios nombres «a la muerte de mi padre pasó a llamarse viuda de José Monje, al fallecimiento de mi madre, Hermanos Monje pues, mi hermano y yo nos habíamos hecho cargo junto a mi padre del negocio familiar y c on la muerte de mi hermano, le puse el nombre actual».
En edificios patrimoniales
En 1988, se presentó en la alfarería de los hermanos Monje , José León Olmo, encargado del patrimonio nacional para encargarles la restauración de la Plaza de España , con motivo de la Exposición Universal de Sevilla del 92 . Durante tres años y medio, los alfareros repusieron las piezas rotas de la obra de Aníbal González. Un total de 30 gárgolas, 25 tronos provinciales y varios de los remates de las torres realizados en ocho piezas con una altura de 2,20 metros cada uno.
Otro de los edificios emblemáticos en los que se puede encontrar su cerámica es la chimenea de la antigua Pimentonera de Lora , pero de la que ha permanecido su chimenea constituyéndose esta como uno de los momumentos de la localidad.
«13.500 piezas conforman esta obra hecha al completo por nosotros», recuerda Antonio que, pese a traspasar el negocio a su hija Mari Carmen , sigue encargándose de la elaboración de las piezas a sus 87 años, pues afirma que no puede dejarlo. « Esto es mi pasión y mi vida, me encanta y tampoco puedo estar parado, aunque me lo haya recomendado el médico», cuenta a la vez que elabora una vasija de barro .