EL MEJOR PERFUMISTA DEL MUNDO

Alberto Morillas: «En cada perfume que hago hay una gota de Sevilla»

Este sevillano, que emigró a Suiza con 10 años, es el autor de 400 perfumes de más éxito de CK, CH, Bylgari o Armani

«Soy autodidacta. He sido el único perfumista que he llegado donde estoy sin formación académica previa»

«La creación de un perfume no empieza en la nariz, sino en el cerebro. Primero escribo la fórmula»

Alberto Morillas, en el Hotel Palace de Madrid antes de recibir un homenaje por parte de Telva JOSÉ RAMÓN LADRA

M. J. PEREIRA

Alberto Morillas (Morón de la Frontera, 1950) habla español con acento francés porque reside en Ginebra (Suiza) desde los 10 años, cuando sus padres tuvieron que emigrar por motivos económicos. Allí se casó con una suiza y tuvo tres hijos, que le han hecho ya abuelo. Calificado por los expertos como «la mejor nariz del mundo », Alberto es un hombre apasionado, tanto que logró que la multinacional Firmenich le aceptara como aprendiz con 20 años sin ser licenciado en Química ni haber estudiado en ninguna escuela de perfumería. «Les escribí una carta pidiendo trabajar allí y me dijeron que no era posible sin formación. Sin embargo, cuando vieron que yo tenía esa pasión tan grande -dice- me llamaron a los siete días». Cuarenta años después, Alberto Morillas forma parte de un selecto club de 20 perfumistas autores de los perfumes de más éxito. Conocido como el mejor perfumista del mundo, este sevillano continúa trabajando para Firmenich, donde ha creado 400 perfumes para firmas tan importantes como Armani, Gucci, Carolina Herrera, Calvin Klein, Bvulgari, Loewe , Yves Saint Laurent, Givenchy o Cartier. Fragancias como CK One, Acqua Di Gio de Armani o212 Carolina Herrera han salido de su cabeza... y de su nariz.

-¿Desde pequeño notó que tenía una «nariz» privilegiada?

-Me acuerdo de tener esa sensibilidad, esa emoción olfativa, desde que era pequeño.

-¿Qué olores recuerda de su infancia en Morón de la Frontera (Sevilla)?

-Mi infancia está vinculada al olor del patio de mi abuela, que tenía un jazmín y claveles. Era fantástico el olor del agua y del pozo. Recuerdo que mi padre nos llevaba al campo y nos bañábamos en los pozos. Imagínese, a seis o siete metros de profundidad. Cada vez que empiezo un trabajo, mi infancia sale inmediatamente, como también el olor de las procesiones de Semana Santa. Aquello era lo que teníamos los niños de entonces porque no había televisión y cada día disfrutábamos las cosas simples de la vida. También recuerdo el olor a Heno de Pravia.

-¿Sevilla tiene un olor especial?

-Sevilla tiene el olor de la piedra, de la cal, de los limones, del azahar, el incienso y la cera en la Catedral... Cuando hago un perfume pongo gotitas de olores que te dan ese tipo de sensaciones, del calor, del frío, del lujo... Recuerdo que cuando veníamos a Sevilla desde Morón cogíamos en la ciudad un coche de caballos para ir al médico. Eran los años 50. Me acuerdo de esa emoción del olor del caballo, las casas, las piedras, del olor que desprendía la Catedral...

-¿Y a qué huele España?

-Pues Barcelona huele a campo y a mar. Madrid no tiene ese olor porque incluso la polución no huele tan mal como en París.

-¿El perfume tiene un poder tan evocador como la famosa magdalena de Marcel Proust?

-Todos tenemos una memoria olfativa. Desde el más humilde al más rico puede acordarse de cosas de su pasado evocando olores, aunque no se de cuenta.

-¿Sevilla le ha inspirado algún perfume?

-Cuando pierdes algo como yo lo perdí al dejar aquí a mi familia y llegar a un país tan frío como Suiza, para darte calor tienes que rememorar todos esos momentos de la infancia. Por eso, cada perfume que he hecho tiene una gota de Sevilla. Con el CK One quise hacer la colonia que me ponían de pequeño. En el Acqua di Gio quise rememorar cuando íbamos desde Morón a Chipiona para pasar el día y encontrábamos ese olor de mar, de yodo...

Alberto Morillas nació en 1950 en Morón de la Frontera y co 10 años emigró a Suiza JOSÉ RAMÓN LADRA

-¿Cuándo supo o decidió que su vida profesional iba a estar marcada por las esencias?

-A los 18 años leí en el Vogue francés que detrás de un perfume había un creador y desde ese momento hice todo lo posible para aprender el oficio de perfumista, un proceso que es muy complicado. Entré con 20 años en la multinacional Firmenich sin tener estudios previos de Química ni perfumería. He sido autodidacta y puedo decir que soy el único perfumista del mundo que he podido llegar a donde he llegado sin tener formación académica previa.

-Christian Dior dijo que el perfume es el toque final de un vestido ¿Qué es para usted un perfume?

-Es algo que da personalidad. El perfume es como una magia en tu piel. Cada persona tiene un olor personal y eso influye en cómo se percibe el perfume en cada uno. Además, una jovencita de 18 años no huele igual que una señora de 70 años (risas).

-¿Qué características debe tener un buen perfumista?

-Lo más importante que tiene que tener un perfumista es la emoción y, ante todo, la perseverancia porque tener la idea es importante pero terminarla es complicado. Además, el perfumista tiene que saber escuchar al cliente cuando te hace un pedido, sobre todo porque es importante acertar en lo que quiere porque una campaña de lanzamiento de un perfume puede costar 60 millones de euros. Es como el cine, una semana o un mes después de lanzar un perfume ya sabes si va a tener éxito.

-¿Hasta qué punto el éxito de un perfume lo marca el dinero invertido en publicidad?

-La primera vez que compras un perfume lo haces por el frasco, la marca, la imagen, la publicidad... pero el segundo perfume lo compras porque te gusta. Así que si el perfume no funciona no es culpa de la publicidad. Un perfume tiene éxito cuando te lo pones y te preguntan cuál es. Porque muchos no saben ni quién es Armani, pero muchas personas pueden reconocer ese perfume.

-¿Cuál es su proceso de creación de un perfume desde que se lo encargan?

-El proceso de creación de un perfume empieza en mi cerebro. Es decir, primero tengo la idea y después la realizo. Al principio es simple: escribo la fórmula y la envío al laboratorio para que los asistentes de Farmacia la desarrollen. Es como una receta de cocina. Pero hay que poner las esencias una en relación con la otra. Es como ver un paisaje que va tomando forma. La nariz está para verificar que lo que has pensado tiene forma. Después vas haciendo ensayos y ensayos hasta que verificas que la idea está bien hecha porque el perfume tiene que oler bien al primer impacto, tener una duración...

-¿Cuánto tiempo se necesita para crear un perfume?

-Hasta dos años. El proceso es complicado porque hay mucho dinero en juego y hay que hacer muchas verificaciones. Yo intento que todo eso no me afecte.

-¿Cuál es el perfume más raro que ha hecho?

-Bueno, el último que he hecho para Gucci, Guilty Absolute, es raro porque Alessando Michele quería que oliera a cuero antiguo. En 25 ensayos salió ese perfume, cuando hay veces que tengo que hacer miles. Con él el proceso fue rápido porque le gustan los perfumes, pero no es lo normal en los estilistas, la mayoría de los cuales les tienen miedo a los perfumes porque es algo que no ven, a diferencia de una prenda, y cinco minutos después huele diferente que al principio.

Este es autor de más de 400 fragancias de éxito en todo el mundo J. RR. LADRA

-¿Con qué diseñadores ha tratado personalmente para la creación de perfumes para grandes firmas?

-Normalmente los veo al principio y final del proceso. He trabajado con Armani, Karl Lagerfeld...

-¿Los perfumes se estropean como el vino? ¿Cuánto tiempo recomienda conservarlo?

-Si no lo abres puede durar uno o dos años. En el momento en que lo usas, dura seis meses. Por tanto, no tiene sentido dejar de usar un perfume porque si no lo haces se estropeará.

-¿Cuánto hay de matemáticas y química en un perfume? ¿Cuánto de inspiración o creatividad?

-La inspiración y la creatividad son el 90%. La técnica se controla después de tantos años. Cuando al cliente le gusta hay que comprobar que se pueden hacer millones de litros durante años y para eso hay que contar que tendrá todas las materias primas.

-¿Su nariz no se embota cuando trabaja con tantas esencias y aromas sintéticos?

-Nooooo. Yo no paro nunca y cuando viajo me llevo bolsas y bolsas de perfume para seguir trabajando esté donde esté. Preparo un pequeño laboratorio en cualquier hotel y puedo hacer ensayos incluso cuando nos vamos de veraneo.

-Tener un buen olfato puede ser un arma de doble filo porque imagino que sufrirá con olores poco agradables.

-Ufffff. Soy maniático con los olores en casa. No aguanto el olor de los fritos, por ejemplo.

-¿Cada perfume es una obra de arte enfrascada?

-Lo veo más como una emoción que como una obra de arte.

-¿Le han encargado perfumes personales?

-Sí, la emperatriz de Irán Farah Diba vivía cerca de casa y una vez me pidió un perfume que oliera a su tierra y ahí me di cuenta de que las personas que no pueden estar donde han nacido y vivido quieren recrear los olores de esos sitios. Ella me dijo que su tierra olía a tierra, a azafrán, a rosa...

-A la hora de hacer un perfume ¿cuántos tipos de olores distingue?

-Tienes que aprender casi 3.000 tipos de olores y memorizarlos, pero no es tan complicado cuando es tu pasión. Cada uno tiene un proceso para acordarse de esos elementos. Para mí es algo natural. Cierro los ojos, veo la naranja y rápidamente tengo el olor de la naranja en mi nariz.

El último perfume de Gucci lleva la firma de Alberto Morillas J. R. LADRA

-¿Se agota la capacidad de encontrar nuevos olores en la naturaleza o habrá que recurrir a la químicas para crear nuevas moléculas

-La creación de nuevas moléculas es muy importante. Si la empresa Firmenich no invirtiera hasta 25 millones de euros cada año en encontrar nuevas moléculas no existirían los perfumes que hay ahora. Tenemos 40 doctores en Química sólo buscando nuevos olores. El Acqua di Gio no existiría si no se hubiera encontrado esa molécula que reproduce el olor del agua.

-¿Cuál es el último perfume que ha hecho?

-Acabo de presentar Guilty Absolute de Gucci. Alessandro Michele, el diseñador de Gucci, me ha escogido para hacer sus últimos perfumes. Pronto sacaré un nuevo Calvin Klein One, los nuevos Bvulgari... cada año hago unos 20 perfumes, algo que hacen pocos perfumistas.

-¿Cuál es el olor que más le atrae?

-Mi olor preferido es el olor del azahar e interpretar un cielo azul sevillano, esa profundidad, esa limpieza y es forma de luz. Todos mis perfumes tienen ese toque y esa forma de luz de Sevilla.

-¿Usted sueña más con olores que con colores o imágenes?

-Ja, ja. Yo no desconecto nunca. Por la noche, cuando me voy a dormir me pongo los perfumes para olerlos y así el subconsciente los percibe mejor. Mi mujer dice que ella sufre con los ensayos de los perfumes porque también se los pone ella y si están mal hechos los sufre ella.

-Ahora proliferan las falsificaciones de perfumes de éxito. ¿Cómo se puede defender esa propiedad intelectual?

-Es complicado porque las compañías falsificadorass no están controladas. No entiendo cómo Sanidad deja que se copien esos perfumes cuando las fórmulas de las grandes firmas están testadas y verificadas por organismos públicos. Las falsificaciones de perfumes son un robo porque copian algo ajeno. Quienes las hacen dicen que las compañías importantes cobran oro por un perfume pero la verdad es que las compañías que falsifican hacen perfumes con productos baratos y muy diluidos. Lo que sí sé es que quienes falsifican los perfumes de éxito ganan millones porque conozco algunos y lo que no comprendo es que estén integrados en la asociación de perfumistas de España cuando son plagiadores.

-Algunos perfumistas han creado su propia firma. ¿Lo ha pensado usted?

-Sí, mi mujer y yo hemos creado la marca Mizensir, que son velas y perfumes.

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