BAJO GUADALQUIVIR
Agricultores de Lebrija crean un banco de semillas para salvar variedades en peligro de extinción
Durante las últimas décadas se han perdido casi el 70 por ciento de las que existían por el retroceso de la agricultura tradicional
El dominio de los mercados agrícolas por las empresas multinacionales y la globalización de la sociedad de consumo han provocado en el sector primario la práctica desaparición de las técnicas, usos y costumbres de la agricultura tradicional, entre las que se encuentran la producción propia de semillas adaptadas a cada zona, con lo que también han dejado de consumirse productos agrícolas y se ha reducido considerablemente la variedad botánica en la actual agricultura convencional.
En los últimos cincuenta años se ha perdido el 70 por ciento de las variedades hortícolas y otro tanto de sus semillas. Ante esta situación, en 2013 nace en Lebrija una agrupación de productores tradicionales que se integran en la Plataforma Libre de Transgénicos y que en 2015 se presentan como la asociación La Simiente, miembro de la Red Andaluza de Semillas que tiene como objetivo hacer frente a la pérdida de biodiversidad agrícola y recuperar el saber campesino tradicional, fomentando una agricultura ecológica como base del desarrollo rural.
«Si no llega a ser por las personas mayores, prácticamente no había semillas autóctonas», señala a ABC Provincia Manuela Torres, miembro activo de La Simiente, mientras que su compañera en la asociación Laura Muñoz destaca que el banco de semillas que gestionan ya cuenta con 42 de otras tantas plantas, «casi todas de variedades hortícolas locales».
Entre estas variedades están las preferidas por las personas que participan en los encuentros de intercambio de semillas, «como tomate, pimiento, berenjena y todos los cultivos de verano», pero también hay curiosidades como berenjena blanca, zanahoria morada andaluza, tomates corazón de toro o lechuga oreja de mulo , «que por estas latitudes se conoce como lechuga de aceite».
Todas estas semillas se pueden cultivar en huertos, pero también en macetas y jardineras, «para autoconsumo», aclara Aurora Sánchez , otra de las integrantes de la asociación.
La Simiente ha celebrado tres encuentros de intercambio de semillas en los que se ha pasado de entregar las propias del banco local por parte de la asociación a los interesados en los dos primeros encuentros , al intercambio real en el último donde llegaron de la mano de pequeños hortelanos semillas hijas de las primeras entregadas.
Objetivo ecológico
«Queremos evitar la erosión genética, que lleva también a la erosión cultural», explica Aurora Sánchez que insiste en que «actualmente se siguen perdiendo plantas, animales y organismos, pero también conocimientos agrícolas».
Desde la asociación lebrijana se defiende la soberanía alimentaria, el libre acceso de todas las personas a sus propios alimentos, y la independencia de las multinacionales agrícolas. Sánchez recuerda que «se ha utilizado el conocimiento humano durante miles de años para conseguir variedades hortícolas que ahora desaparecen, semillas naturales adaptadas a las condiciones ambientales de cada suelo y de cada clima» y resalta que la labor de La Simiente y la creación del banco local de semillas «no es una afición».
«Defendemos la agroecología, que tiene en cuenta suelo, agua, semillas, insumos y fertilizantes propios, el proceso productivo completo, y la relación directa entre productores y consumidores », sentencia.