ÉCIJA
El aceite, los molletes y los dulces andaluces calman la nostalgia de los que tienen que irse a Europa a trabajar
Juan González fundó «Hecho en Andalucía» en Écija hace tres años con el recuerdo familiar de los avíos típicos que enviaban sus padres a su hermana cuando estaba lejos de su pueblo
Juan D. González no olvida como sus padres enviaban productos típicos de Écija a su hermana y tíos para aliviar la añoranza de estar lejos de la tierra. Ese recuerdo ha crecido con él y hace tres años le impulsó a crear la empresa «Hecho en Andalucía», que provee de productos andaluces a residentes de toda Europa, tanto extranjeros como, especialmente, a emigrados andaluces, quienes a través del aceite, los molletes o los dulces mantienen el vínculo con sus raíces.
«Tengo clientes que incluso viviendo en España llevan más de 30 años sin bajar al Sur », cuenta Juan desde el establecimiento que abrió hace un año en Écija como complemento a la página web ( hechoenandalucia.net ), a través de cual se ordenan diariamente pedidos de toda Europa: en España, principalmente desde Madrid, Cataluña y País Vasco; y fuera del país, desde Francia, Alemania, Austria e Inglaterra.
Según explica, la tienda virtual cuenta con un catálogo de 400 productos de más de 50 proveedores andaluces , seleccionados por sus cualidades naturales y artesanales pero a un precio asequible, lejos de la etiqueta «gourmet». Su idea es la de funcionar como la «antigua tienda de barrio o el ultramarinos», acercando los olores y sabores propios de los pueblos andaluces a los que los dejaron atrás.
También surten, por supuesto, a los foráneos, quienes demandan sobre todo vinos y aceites andaluces, también pipas. «Este alemán, por ejemplo, me acaba de pedir vino dulce de naranja» , dice señalando la página web. En un plazo de entre cuatro y siete días laborables estará en su casa, tiempo que se reduce hasta las 24 horas en territorio nacional.
Una partida de bautismo
Pero como explica Juan D. González «Hecho en Andalucía» no es sólo una tienda, sino que también actúa de punto de encuentro, tanto entre la comunidad andaluza como con la extranjera. Así, el ecijano cuenta como muchos europeos les piden consejo para organizar sus visitas y alojarse en Écija u otros municipios de Andalucía, o como ha puesto en contacto a empresas nacionales con extranjeras.
Incluso, en una ocasión, buscaron en Écija una partida de bautismo del padre de una clienta francesa. «Muchos clientes incluso nos visitan en su viaje por Andalucía , con lo que la relación ya supera lo comercial», indica.
Prueba de ello es lo que llaman la «anécdota del cortadillo», a través de la cual conocieron a Marina , una clienta catalana que para sorprender a su padre, ecijano, en su 65 cumpleaños, preparó de manera casera uno de sus manjares favoritos: el cortadillo de cidra. Marina publicó la receta en su blog y así entró en contacto con «Hecho en Andalucía» , quien desde entonces provee a la familia de cortadillos y tortas de manteca ecijanas.
Y es que los productos ecijanos son de los más demandados a la empresa: molletes, las citadas tortas de manteca, manteca colorá o los famosos bizcochos marroquíes. De ello sabe mucho Jacobo Cortés, ecijano que vivió un par de años en Augsburg y que gracias a la empresa consiguió «tener parte de casa» allí.
Empezó haciendo pedidos para él y terminó coordinando un grupo de una decena de personas que periódicamente encargaba aceite, vinos, chacinas ibéricas, quesos, pestiños, tortas de aceite e incluso hicieron populares los molletes ecijanos. «Nuestro grupo de whatsapp se llamaba de hecho ‘molletes en Augsburg’» , confiesa.
La llegada de los pedidos era la excusa perfecta para organizar cenas de emigrados de diferentes países y socializar. «Nos ayudó mucho tener los productos de nuestra tierra a mano; esa parte de nuestro día a día en España no llegábamos a echarla de menos», afirma el ecijano, quien tras su estancia en Alemania ha conseguido un trabajo en una empresa aeronáutica con sede en Madrid . No obstante, el recuerdo de la estancia es muy grato y la próxima semana volverá de visita.
Para compartir con los vieneses y andaluces residentes en la ciudad un trocito de la tierra, el pasado Día de Andalucía volaron hasta la capital austriaca para ofrecer junto al Lola Tapas Bar de Viena un desayuno molinero con molletes, aceite virgen extra y zumo de naranja natural, además de ofrecer una cata de aceite y vino PX. Juan D. González explica que quieren instaurarlo como tradición y continuar en el futuro, llevando a otros países los olores y sabores esenciales de Andalucía.