LAS CABEZAS DE SAN JUAN

Una abuela quiere desahuciar a sus tres nietos y a su ex nuera

Reclama el domicilio conyugal concedido a la madre por el juez que dictaminó el divorcio. La mujer asegura que su ex marido nunca pagó por el alquiler de la casa mientras la abuela esgrime un contrato

Carmen Dorado, en la fachada de la vivienda donde vive y que puede perder A.H.

ALEJANDRO HERNÁNDEZ

Las demandas de desahucio para privar al inquilino del uso del inmueble que habita mediante una resolución judicial por un incumplimiento del contrato de arrendamiento o hipotecario , no son exclusivas de los bancos y entidades financieras. También son habituales la presentación de este tipo de demandas por parte de propietarios particulares. Lo que ya no es tan común son demandas de desahucio por parte de familiares y menos aún cuando entre los afectados se encuentran menores.

Este último es el caso de Carmen Dorado , de 43 años de edad, ama de casa y madre de tres menores de 17, 12 y 8 años , que ha visto como su suegra, la abuela paterna de sus hijos, le ha hecho llegar un requerimiento notarial avisando de la no renovación del contrato de alquiler de la casa y, por lo tanto, exigiéndole que ella y sus tres hijos abandonen el domicilio conyugal que compartía antes del divorcio con su esposo, directivo en una empresa del sector de la construcción, de 44 años de edad.

A esta situación se suma una denuncia por violencia de género presentada por Carmen Dorado contra su exmarido por unos hechos acaecidos el 20 de marzo de 2014 en plena calle y que está pendiente de juicio. A raíz de la denuncia, el juzgado dictó al padre orden de alejamiento.

Del divorcio al desahucio

Según los datos aportados a ABC Provincia por el abogado de la requerida notarialmente, Manuel Pulido , «durante el juicio por divorcio, celebrado el 27 de octubre de 2014 en el Juzgado número 1 de Lebrija , la guardia y custodia de los tres hijos así como el uso del domicilio conyugal se concedió a la madre».

Pulido asegura que una hora más tarde de que su marido diera el visto bueno a la sentencia de divorcio, «la abuela de los pequeños se personó en la notaría de Las Cabezas de San Juan y al momento envió el requerimiento notarial a su nuera, argumentando el impago del alquiler de la vivienda según el contrato vigente que su hijo había firmado con la bisabuela de los menores, propietaria de la vivienda y fallecida con anterioridad».

«Él no pagaba nada de alquiler», indica la madre de los tres pequeños que señala que el contrato se hizo para que su marido pudiera desgravar en la declaración de la renta, «nunca se pagó nada y, además, esta casa era de los abuelos de mi exmarido y siempre dijeron que sería para su nieto », insiste.

Dorado dice sentirse impotente ante la posibilidad de verse en la calle con sus tres hijos. En esta circunstancia no tendría otra alternativa más que trasladarse a vivir toda la familia a casa de su madre, «pero ahí no hay sitio para cuatro personas más y no tengo otro lugar a donde ir». La afectada lamenta que su exsuegra quiera que abandone la casa «sin que le haga falta para nada, puesto que además de su casa ella tiene un chalet en Chiclana y trabaja en la empresa familiar».

La situación es conocida por los tres hijos «aunque el mayor es el que lo está pasando peor», y se ve agravada por el hecho de que sus exsuegros viven a unos metros del antiguo domicilio conyugal.

La casa en litigio fue reformada meses antes del 25 de octubre de 1998, fecha de la boda, «y después nos vinimos a vivir aquí, y aquí hemos criado a nuestros hijos que no conocen otra casa más que esta en la que siempre han vivido».

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