san fernando
Recorrer España en bicicleta sin apenas poder andar: los «retos» inspiradores de Sergio Cámara
El isleño de adopción se comprometió a base de fuerza de voluntad a superar los obstáculos que la vida le había puesto, entre ellos, un accidente laboral y un atropello
Tras alcanzar un peso de 163 kilos, el traumatólogo le advirtió que debía coger la bicicleta o hacer natación para adelgazar; sino se movería en silla de ruedas en 5 años
Es la primera persona con discapacidad en cruzar España en MTB tres veces
Subido a la bicicleta, los dolores se apagan. «No puedo andar. Yo de aquí a la esquina me tengo que sentar. Sin embargo, cojo la bici, me hago cien kilómetros y soy un hombre más feliz». Fue la necesidad la que llevó a Sergio Cámara Madrid (Granada, 1968) a descubrir su pasión por la bicicleta. Con cada pedalada, ha superado grandes obstáculos de la vida hasta convertirse en la primera persona en recorrer España de punta a punta con discapacidad. Una hazaña que no solo ha logrado una vez. Ahora, su próximo reto es motivar a otras personas para que se marquen y cumplan los suyos.
Hace 23 años, Sergio Cámara dejó Palma de Mallorca y aterrizó por amor en San Fernando. Allí, al igual que en Granada, había jugado al rugby, incluso en la selección balear, un deporte que practicó hasta los 30 años y que ha sido uno de los grandes responsables de que hoy sea quien es. «El entrenador que teníamos en Granada nos decía, hasta que no termina el partido, hay que seguir luchando, por tus compañeros y por la gente que ha venido a verte aquí, y nunca hay que rendirse«, explica. Fue en 2005, en la calle Juan de Austria, cuando todo empieza a torcerse.
«Trabajaba en una empresa de telecomunicaciones y un día me fui con un tirón en la espalda. Me tuvieron que operar de la columna L4-L5», recuerda el ciclista aficionado. Tras ese fatídico episodio, se vio obligado a dejar de dedicarse a las telecomunicaciones y empezó a trabajar en un salón recreativo de la calle Colón, un trabajo en el que se pasaba más de 12 horas de pie, con un cigarrillo en los labios. «Eso me provocó un trombo en la pierna derecha». A la salida de otro paso más por el quirófano, decide presentar la solicitud para trabajar en la ONCE. Pero lejos de contribuir a salir de la espiral en la que estaba inmerso, lo empeora todo. «Es un trabajo muy sedentario. Estás sentado en un mismo sitio durante muchas horas y eso me hizo engordar», sostiene. Sergio Cámara llegó a pesar 163 kilos, hasta que su cabeza hizo clic.
«Yo veía que, para atarme cordones, mi mujer se tenía que agachar. Yo no podía atármelos solo. Ella me dijo: 'tranquilo que yo estoy para cuidarte'». En ese preciso momento, sacó su «vena granadina» y puso remedio para darle una vuelta a la situación. «O pongo solución a mi vida, o una carga no voy a ser. Pero yo voy a salir adelante, sea como sea». Pero la vida todavía le tenía preparado otro revés. En la primera semana con la bici, un coche se salta un stop y lo atropella. «El golpe me sacó la rótula. El bajonazo que me entró fue muy grande, caí en una depresión«. Pero el afán de superación aplastó a los golpes de la vida y a la mala suerte. Aunque no fue fácil.
La recuperación fue en pleno confinamiento. Y la falta de movilidad provocaba que los trombos volvieran a aparecer. En una de las sesiones de rehabilitación, el traumatólogo se lo dejó claro: o hacía natación o bicicleta y adelgazaba, o en cinco años se movería en una silla de ruedas. Así que se puso manos a la obra: pidió un rodillo por redes sociales y empezó a pedalear desde casa. Ver la ayuda que recibió por Facebook, por donde también le hicieron llegar una equipación a medida, le hizo abrir los ojos. «Cuando la recibí, le dije a mi mujer: Loli, me voy a marcar el reto de adelgazar y cruzarme España en bici».
Mucho más que 11 días y 1350 km
A pesar de los comentarios destructivos que recibió por redes sociales cuando contó su objetivo, él no desistió. «Lo más bonito que yo escuchaba era 'estás enfermo', 'quédate en tu casa', 'tú no eres profesional', 'tú no te haces ni cien kilómetros'», ironiza. Sergio Cámara cogió todo ese odio y lo convirtió en gasolina para sus piernas. Once días tardó en callar todas esas bocas, once días tardó en llegar en recorrerse los 1350 kilómetros que separan San Fernando y Santiago de Compostela. «Cuando yo terminé y me vi allí enfrente de la plaza del Obradoiro empecé a llorar. Nadie había apostado por mí y lo había conseguido». Ahora, en su brazo derecho queda inmortalizada con tinta la hazaña que le cambió la vida, y que dio paso a otras más.
A ese reto le siguieron dos más: pedalear hasta Bilbao y subir el monte Oiz, en «agradecimiento a todas las personas que le ayudaron en el primer reto», y San Fernando-Delta del Ebro para fomentar el respeto en la carretera entre ciclistas y conductores. Pero, ¿cómo una persona que no puede andar más de 100 metros puede hacer un centenar de kilómetros diarios? «El traumatólogo me decía: 'Cuando tú estás sentado en la bici, el movimiento que haces es en estático. Estás ejercitando la rótula, evitas que pierda la movilidad, fortaleces las articulaciones, activas la circulación de tus piernas, que te viene muy bien, y aparte, como estás sentado y llevas la columna doblada, no ejerces presión en el disco y por eso no te duele esto'», responde.
Sergio Cámara pretende plasmar sus retos y su historia de superación personal en unos libros, cuyas ganancias donaría al estudio de enfermedades raras, con el objetivo de inspirar a otras personas a alcanzar sus propias metas. Hacerlo sería cumplir otro de los muchos logros que ha conseguido subido a su bicicleta, con la que pedalada a pedalada ha logrado salir adelante.