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Crimen en San Fernando: «Prendió el fuego de madrugada sabiendo que su tía estaba dormida y no podría salir»

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La sentencia que ha condenado a Rocío M. por haber asesinado a Paquita, de 84 años, tras robarle todo lo que tenía no deja ninguna duda abierta de que fue un crimen

La acusada de matar a su tía quemando su casa en San Fernando prendió fuego hasta en tres habitaciones

La habitación de la casa de Paquita que quedó completamente calcinada. La Voz

M. Almagro

Paquita, una señora de 84 años, viuda y sin hijos. Buena vecina. Querida por todos en su barrio de San Fernando. Una buena mujer que tuvo la mala fortuna de confiar en su sobrina Rocío, quien acabó matándola. Y ésta lo hizo de manera «premeditada», trazó un plan. Tras haberle robado durante meses sus ahorros y sus joyas, provocó un incendio en la casa de la anciana para que no tuviera escapatoria. Así quizá, con Paquita muerta creía que nadie podría delatarle y que jamás se enterarían de lo que había estado haciendo.

Sin embargo, las investigaciones realizadas después del incendio apuntaron que ese fuego no había sido accidental y que había que descubrir quién o quiénes lo habían hecho. Todo comenzó a cuadrar y, finalmente, la asesina de Paquita, su propia sobrina, ha sido condenada por ello.

El juicio se celebraba este pasado mes de mayo. Una Rocío de aspecto muy cándida de primeras y arreglada al detalle para la ocasión se ponía delante de un tribunal de jurado y contestaba todas las preguntas. Incluso aquellas que no estaban dirigidas a ella. Sus argumentos y los de su defensa no cuadraron, las evaluaciones del peritaje del incendio tampoco se ponían de su lado, ni las pruebas que demostraron que esta chica había estado apropiándose de las joyas de la anciana durante mucho tiempo.

Así lo mantuvieron dos testimonios clave ante el tribunal. El de una prima de la acusada y sobrina de la víctima y también el de una vecina de Paquita durante 33 años y con la que tenía una relación muy cercana, «como hermanas», dijo. Ambas dejaron claro que la víctima «jamás» le habría regalado las joyas a su sobrina Rocío, que «jamás» se habría desprendido de una medalla de su marido difunto que desapareció, y que la procesada se «volvió loca» cuando la anciana se dio cuenta de que le podía haber robado y se lo reprendió. Además, los documentos de las tiendas de compro-oro demostraron que se había apropiado de estas piezas, incluida una pulsera de media caña por la que la acusada despidió a una empleada del hogar achacándole que había sido ella.

Con respecto al robo a través de las cuentas bancarias, el fallo deja claro que Rocío, «sin conocimiento ni autorización y con el ánimo de obtener un incremento de patrimonio ilícito», realizó desde el 1 de septiembre de 2020 hasta el 4 de octubre de 2021, hasta 127 traspasos de cantidades económicas de la cuenta de su tía a la suya particular de la misma entidad. En total fueron más de 12.000 euros. Dichos traspasos los realizaba de manera online con la apariencia de que eran cobros de agua, de luz, móvil, comisiones, recibos de seguros y otros conceptos, «que no respondían a la realidad, para que su tía creyera que eran esos gastos» y no se diera cuenta que, en realidad, le estaba robando.

Pero se dio cuenta. Y eso parece que fue lo que, según los testigos, «volvió loca» a Rocío. Por ello, y según confirma la sentencia emitida por la Audiencia de Cádiz, sobre las dos y media de la mañana del 20 de septiembre de 2021, entró en la casa de su tía y «con el propósito de causarle la muerte» prendió fuego en su habitación en la zona de la cama donde dormía Paquita, y también en el sofá, en una banqueta reposapiés y en una tercera habitación.

Lo hizo de madrugada, «a sabiendas de que su tía estaba dormida y, al no poder reaccionar a tiempo, no podría salir». El incendio se propagó por toda la casa, al igual que la densa humareda, que impidió a la anciana ver con claridad la puerta de salida y poder escapar. Cuando la rescataron ya crítica se pudo comprobar que había intentado huir de las llamas y el humo. Paquita pudo llegar con vida al hospital pero falleció al día siguiente a causa de la inhalación oxicarbonada debido al referido fuego.

Durante el juicio Rocío negó haber estado allí aquel día, sin embargo, el testimonio de un vecino también fue determinante al asegurar que la había visto por la casa momentos antes. Además, Paquita llegó a dar al botón para llamar a servicio de teleasistencia a mayores en el que estaba incluida. Pidió auxilio y dijo que creía que había podido ser un relámpago.

Tras el juicio, el veredicto de culpabilidad del jurado y ahora la resolución judicial de la Audiencia de Cádiz, Rocío, quien se encuentra ya en prisión desde que se le detuvo como investigada, es responsable de un delito de asesinato (20 años de prisión), de otro de apropiación indebida (un año y nueve meses), y además, de un delito de hurto con la agravante de abuso de confianza, otro año y dos meses de cárcel. Contra esta sentencia cabe recurso ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía.

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