Sucesos

Salvan la vida a un hombre atrincherado y armado en Sanlúcar que amenazaba con matarse

Los policías no cejaron hasta que depuso en su actitud que por momentos fue muy violenta y desafiante

Una agente llegó a sentarse con él para intentar que se calmara

M. A.

Fueron minutos, más de una hora, de muchísima tensión. Momentos en los que cualquier movimiento pudo provocar que la balanza se inclinara hacia uno u otro lado y que el desenlace fuera el peor de los posibles. Un hombre se encontraba fuera de sí, atrincherado en su casa de Sanlúcar de Barrameda, armado con cuchillos y amenazando constantemente con hacerse daño y quitarse la vida. No atendía a nadie, al parecer había sido denunciado por un presunto caso de malos tratos y su estado estaba completamente alterado por lo que todo hacía temer lo peor si no se actuaba rápido.

Sucedía hace unos días en la localidad sanluqueña. En una de esas intervenciones policiales en las que el modo de actuar se convierte en lo prioritario para evitar que esa persona se cause mal o pueda provocar más daño a un o unos terceros. Todo ocurría de madrugada cuando un familiar de este hombre de 37 años, vecino del municipio, llamaba con gran preocupación a la Policía Nacional asegurando que esta persona le había dicho que se iba a quitar la vida.

Ante tal aviso, que era urgente, los agentes del servicio de seguridad ciudadana, radiopatrullas, comenzaron de inmediato a hacer sus indagaciones ya que en un primer momento el sujeto no se encontraba en su casa y estaba dando vueltas con el coche, lo que suponía también un evidente riesgo para todos sus vecinos. Sin embargo, al poco se les avisaba que había vuelto a su casa, aunque seguía en la misma actitud completamente violenta. Por ello, los policías se personaban en este domicilio y entonces tras hablar con él sin que les abriera la puerta se aseguraban que estaba más calmado y se comprometía a presentarse al día siguiente en comisaría.

Pero nada más lejos de la realidad. A los pocos minutos de nuevo los policías tenían que volver a acudir a la vivienda ya que de nuevo había hablado con su familiar y ahora amenazaba con ahorcarse. En la puerta los agentes insistían una y otra vez que les abriera pero el sujeto no les escuchaba y les gritaba de manera constante y completamente agitado que se marcharan. Sin embargo y ante el riesgo evidente de la situación los policías lograban acceder al domicilio. Y nada más entrar, se lo encontraban con un cuchillo, clavándoselo en el cuello e incluso llegando a pincharse.

Entonces, y ante esta situación tan extrema y sin que hiciera caso alguno, una agente optó por intentar acercarse a él, llegándose a sentar a su lado para intentar conversar, escucharle, mientras que el individuo no soltaba el arma. Y así, poco a poco, y ante un extremo riesgo, el hombre comenzó a escuchar los requerimientos que se le hacían. Finalmente, y tras muchos minutos de absoluta tensión, entregaba el arma.

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