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El río Guadalete toma fuerza como punto negro de los petaqueros del narco en Cádiz tras la caída de los Monís de Chiclana
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La última operación contra una de estas bandas dedicadas a suministrar gasolina a las narcolanchas es prueba de la gran actividad de estos delincuentes en la zona
La caída de Los Monís de Chiclana: los 'reyes' del petaqueo desde los esteros a las narcolanchas
Cae una organización de petaqueros que surtía de gasolina a las narcolanchas por el río Guadalete de El Puerto
La última gran operación policial contra aquellos que dan cobertura al narcotráfico y facilitan su expansión ha vuelto a constatar un cambio en el modus operandi de estas bandas criminales que ya se venía advirtiendo desde hace tiempo. Tras una laboriosa investigación y varias interceptaciones, la Policía Nacional ha desarticulado a una organización de petaqueros (los que surten de gasolina a las narcolanchas) que facilitaban ese combustible a las semirrígidas por la ribera del Guadalete. Por el entorno de El Puerto y el Poblado de Doña Blanca, otro de los canales para descargar y acercar esas garrafas hasta las 'gomas' que esperan en el agua a la espera de poder entrar a alijar en cualquier otro punto del litoral.
Esta localización en este río no es nueva -de hecho también se producen descargas de droga- pero sí es cierto que, según demuestran los operativos que se han ido realizando, la actividad en este punto ha crecido en los últimos meses. Es más. Durante este tiempo numerosos vecinos de El Puerto han visto desde la orilla del Guadalete, desde la propia ciudad, como 'paseaban' las narcolanchas a vista de todos, tomando esta vía para recibir el repostaje y cargarlo en las embarcaciones desde tierra. Así ha habido avistamientos de este tipo por ejemplo por Valdelagrana o desde el Club Náutico, la Puntilla o el entorno del Molino de Mareas. hasta el Poblado.
Y la razón parece ser un cambio de ruta de estas collas del narco. Sobre todo desde la desarticulación el pasado mes de diciembre del mayor clan del petaqueo que se había detectado hasta el momento en la provincia: el de los Monís de Chiclana, que actuaban casi a diario por la zona de los caños de Sancti Petri y alrededores. A cualquier hora del día y también con una gran impunidad como así demostraban la gran cantidad de imágenes que llegaban sobre sus 'pases' y la multitud de intervenciones también realizadas en dichos parajes.
Sin embargo este grupo fue finalmente detectado, identificado y se detuvo a sus presuntos miembros. Cuatro de ellos fueron enviados a prisión provisional, entre ellos, sus cabecillas. Una decisión judicial bastante 'pionera' ya que dicha medida cautelar no se tomaba hasta el momento en cuanto a las redes del petaqueo; pero las pruebas aportadas y la acusación de la Fiscalía llevaron a esta resolución.
En esta última ocasión, la investigación ha estado comandada por el grupo Udyco Bahía de la Policía Nacional y como ya se informó se produjo tras dos importantes intervenciones. Una de ellas en Sanlúcar -lugar habitual de alijos debido a la desembocadura- pero la segunda se producía en el Guadalete. Allí los agentes realizaron siete detenciones e incautaron 5.000 litros de combustible, además de seis embarcaciones, unas pequeñas neumáticas que les servían presuntamente para realizar estos portes a las potentes narcolanchas. Durante el operativo se pilló in fraganti a los cinco pilotos de estas 'gomitas' y a dos conductores que transportaban la gasolina. Es decir, el entramado entero que dividía así sus funciones.
Por ello a los implicados se les ha imputado los delitos de tenencia , transporte y depósito de sustancias inflamables o explosivos y pertenencia a grupo criminal.
Esta nueva operación guarda cierta relación con la comentada de diciembre en la que caía el clan de Los Monís. Por un lado, por el desplazamiento de las collas a otro lugar tras este golpe policial, y por otro, por la conexión que ese grupo también tenía con la zona del Poblado de Doña Blanca.
Dicha operación fue realizada en diciembre de forma conjunta por agentes de Udyco Bahía, el Grupo de Estupefacientes de San Fernando, EDOA y Equipo Roca de Chiclana, además de efectivos de Aduanas. Entonces más de un centenar de agentes se desplegaban por diferentes localizaciones de Chiclana, Conil y El Poblado de Doña Blanca para los registros y las detenciones de los objetivos tras una investigación que tuvo su inicio en el caño de Sancti Petri, punto negro de estas cargas y descargas de garrafas.
También se les pudo intervenir 21.580 euros en metálico y una máquina digital de contar billetes. Y en cuanto a la mercancía: unos 2.500 litros de combustible que mantenían almacenada en 'guarderías' que tenían próximas a las zonas de 'entrega'.
Desde las fuerzas policiales insisten en el peligro que supone esta actividad delictiva para la ciudadanía. Las condiciones en las que se transportan las garrafas ponen en grave peligro la seguridad del tráfico rodado y de los viandantes. Así se ha demostrado también con diversos incendios de furgonetas en Chiclana en plena calle y persecuciones con estos vehículos cargados. Además también son un evidente riesgo las fincas en las que se almacenan ingentes cantidades de combustible, al lado de zonas pobladas y sin ninguna medida de control ni seguridad.