No Sin Música
«Hasta que uno no canta en Cádiz, no puede decir que ha cantado»
Aquí de cantar y contar, algo se sabe. Ya que tienen la osadía de hacerlo, al menos, vayan a verlo. Cádiz No (es) sin Música
Hace poco más de un año estábamos en Carnaval. Igual es por eso que echo de menos escribir y Cádiz. Igual es por eso de vivir. Igual es por eso del verano, de la «estación violenta».
O de tomárselo todo «como si la vida fuese…»
Igual es que nada encaja sin Ella. Sin Cádiz, sin la música. O que todo, hasta cuando se llama 3x4 sin pretenderlo, en Ella y con ella encaja. 'En-caja, encaja', que decían.
Al igual que me paso todo el invierno escuchando las mismas agrupaciones, me paso todo el verano viendo a los mismos grupos. No me canso, no. Una es jartible, sí, pero en distintas vertientes. 'No todo va a ser', que diría el maestro Krahe.
He visto a Vetusta más veces que años tengo, repetiré con Sidecars en Huelva porque 'ha sido inevitable', he cantado 'El fin del mundo' en el 'Principio de algo' (y de alguien) y cuando iba 'Todo mal', he perdido de los 'desmadres' en el escenario de Palomar, y me esperan cinco actuaciones en tres meses con María y Mónica.
Que no, que no me canso.
Pero es que, además, aquí es diferente.
Quizás lo que más me gusta de vivirlo aquí es que hay algo que supera la magia de la música, y ese algo es la propia Gades. Tenía que ser diosa para enamorar a quienes vienen a ella a presentarle su arte. No es lo mismo cantar '23 de Junio' en Cádiz que hacerlo en cualquier otro sitio. Pedir que San Juan, o Momo, te 'queme en la hoguera'. Dejar los equipajes en la ribera y vernos como queremos que nos vean.
Aquí empieza el verano, 'la estación violenta', y suena muy fuerte.
Desde hoy pueden acudir al puerto, mas cara es la terapia y se tarda más en liberar tantas emociones, y escuchar lo mejor del panorama nacional emergente y consolidado. A jóvenes con ganas de comerse el escenario, y alguna tapa de caballita después, abriendo sus vidas en canal. A mujeres que ya no lloran, ni facturan tanto como deberían, que sanan heridas y comparten sus duelos. A cantantes incombustibles y músicos que, lo juro tras seguirles durante años, han hecho un pacto con el diablo para mantener esa vitalidad.
Y ustedes lo pueden hacer aquí, en su ciudad, a pocos metros de su casa.
Hace años que vengo a este festival pero lo más bonito de todo lo escuché la edición pasada, tomando Cruzcampo con uno de los grupos a horas antes del concierto.
Hay bastantes lagunas de esa conversación, pero uno de ellos me dijo que «cuando se canta en Cádiz, se canta distinto»
Yo le dije que no se confundiese, que la realidad es que hasta que uno no canta en Cádiz, no puede decir que ha cantado.
Por aquí de cantar y contar, algo se sabe. Ya que tienen la osadía de hacerlo, al menos, vayan a verlo. Cádiz No (es) sin Música.
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