EDUCACIÓN
El reto de poner freno al acoso escolar: San Fernando, pionera contra el bullying
DÍA INTERNACIONAL CONTRA EL ACOSO ESCOLAR
Un estudio pionero en nueve institutos de La Isla busca hacer una radiografía para proponer medidas de prevención
El 2 de mayo se conmemora el Día Internacional contra el acoso escolar. Instaurado desde 2013, en esta fecha se busca concienciar sobre un peligro para la infancia y la juventud.
Actualmente, no existen datos oficiales sobre número de denuncias que permitan conocer la verdadera dimensión del problema. Un estudio reciente de la Fundación ColaCao junto a la Universidad Complutense de Madrid y que abarca todo el territorio nacional, ha permitido ponerle algunos números al bullying. Según estas conclusiones, dos alumnos por clase (6,2%) sufren acoso escolar. Hasta cinco alumnos de cada clase (16,3%) se declaran testigos de estas situaciones y un alumno por cada dos clases se define como acosador (2,1%).
Conocer una dimensión realista del problema para proponer las soluciones adecuadas es la idea de la que parte el estudio de Enrique Rodway y José Manuel Delgado, licenciados en Criminología por la Universidad de Cádiz.
Un estudio pionero
Tras concluir sus estudios de máster, ambos plantearon realizar su TFM (Trabajo de Fin de Máster) sobre el acoso escolar. Para ello, contactaron para su tutoría, con Gloria González Agudelo, directora de la sección de Cádiz del Instituto Andaluz Interuniversitario de Criminología (IAIC), una institución creada para investigación científica, técnica y de especialización en el campo de las disciplinas criminológicas, penales, penitenciarias y político-criminales.
El interés en el trabajo es lo que ha llevado a plantear el uso de los datos obtenidos para dar un paso más y darles una utilidad real.
San Fernando es la ciudad elegida para realizar este estudio y para iniciar un proyecto piloto con medidas de prevención y protocolos de actuación una vez obtenidas las conclusiones del trabajo. A pesar de las dificultades para contactar inicialmente con algunos centros, el apoyo desde el Ayuntamiento ha sido fundamental para poder contar con las aportaciones de 31 clases de 9 de los 12 institutos de la ciudad. Los tres centros concertados han declinado participar en este estudio.
Para obtener los datos, se ha realizado un cuestionario anónimo a alumnos de 3º de la ESO. Primero, sobre cuestiones sociodemográficas por si eso permitiera extraer conclusiones adicionales posteriormente. Los otros bloques iban referidos a haber sido víctima de situaciones de acoso, sobre ciberacoso o a considerarse agresor.
Esta primera fase de recopilación de datos está próxima a su conclusión y, posteriormente pasarán al análisis de datos y obtención de conclusiones que se compartirán con los centros implicados y con todos los interesados en una exposición abierta al público.
Pero una vez presentado el TFM con una radiografía sobre la situación del acoso escolar en San Fernando, el siguiente paso es darle una utilidad a esos datos. José Manuel apunta que «nosotros, como criminólogos, abogamos por la prevención. Tratamos todo el proceso, pero realmente lo que queremos es prevenir las situaciones de acoso».
Aunque los datos estén recogidos en alumnos de 3º de la ESO, los dos investigadores apuestan por aplicar las medidas preventivas desde el primer año de instituto, para evitar que esas conductas se propaguen a cursos superiores.
Con este estudio, San Fernando se convierte en una ciudad pionera y en punta de lanza del análisis y de la lucha contra el bullying. Tanto Enrique como José Manuel esperan que su proyecto piloto pueda hacerse extensivo a otras ciudades.
Sin un Plan Nacional contra el Acoso Escolar
Y es que, una de las principales razones para abarcar este estudio es, no solo la falta de datos, sino también la ausencia de protocolos unificados. «En España no hay un Plan Nacional contra el Acoso Escolar», apunta Enrique. En Andalucía existe un Plan de Convivencia aprobado en 2011 que, actualmente, como modelo marco, se queda anticuado con la evolución del bullying en centros escolares y la aparición de nuevas fórmulas como el ciberacoso.
Esto hace que, en muchas ocasiones, los tutores y profesores no tengan herramientas para afrontar de la manera más adecuada cada una de las diferentes situaciones que se pueden plantear en el centro. «Se sienten si recursos para activar porque no hay referencias claras», apuntan los investigadores. Igualmente, son conscientes de que de forma mayoritaria los orientadores son los responsables de manejar los casos de acoso escolar, cuando tampoco es el papel que deberían desempeñar dentro del instituto. La consecuencia es que no haya ninguna figura con las herramientas suficientes para proteger o prevenir este tipo de violencia, que tiene graves consecuencias, no solo para el agredido, sino para todo su entorno.
Al final, el resultado es la desatención de las víctimas, que muchas veces sufren la carga, por ejemplo, cambiando de centro. José Manuel y Enrique tampoco abogan por el castigo: «El problema no se soluciona con medidas punitivas. Hay que tomar medidas coherentes».
Por ello, esperan poder aportar un poco de luz en los institutos sobre la mejor forma de hacer frente al bullying y mejorar la convivencia dentro de los centros escolares.
Igualmente, para ellos es importante mantener el contacto con los institutos participantes y hacerles llegar las conclusiones de cada centro, con la intención de ofrecer conocimiento sobre situaciones que puedan no haberse detectado aún por los docentes.
Aunque una vez finalizado el máster sus carreras profesionales vayan por diferentes caminos, el IAIC continuará su investigación y tanto a José Manuel como a Enrique les gustaría seguir de cerca la continuación que este proyecto piloto pueda tener, su implantación en otras ciudades y los resultados obtenidos, esperando poder ayudar a los centros, a las víctimas y a los agresores a afrontar las situaciones de acoso y a ponerle fin a un problema que marca de por vida a los niños y jóvenes que lo sufren.