INDUSTRIA
Regresan las protestas a los astilleros de la Bahía en demanda de un nuevo convenio y carga real de trabajo
Piquetes de los distintos comités de empresa se han apostado en los accesos a los centros de trabajo para informar de la situación de las negociaciones
A primera hora de la mañana, el acceso a la planta de San Fernando era lento y no había bloqueo en Puerto Real ni Cádiz
Las movilizaciones han regresado este martes a primera hora a las factorías de Navantia en la Bahía de Cádiz. Las protestas de los trabajadores vuelven después de un largo periodo de paz social. En esta ocasión, el motivo del paro obedece, por un lado, al atasco en la negociación del convenio colectivo de Navantia y, por otro, a las dudas que ofrece el plan industrial de la empresa.
Los primeros en salir a la calle en su momento fueron los trabajadores de las factorías gallegas de Ferrol y Fene, que empezaron con sus reivindicaciones en mayo. Ahora son los astilleros gaditanos los que han dado un paso adelante para reclamar carga de trabajo real y un convenio colectivo con mejoras, ya que el vigente caducó el pasado año.
Ante esta situación los representantes sindicales de los tres centros de la Bahía de Cádiz han convocado para este martes actos en las puertas de sus factorías. Así, el primer turno de la mañana, el que entra a partir de las 6.30 horas, se ha encontrado con piquetes en la puerta del astillero de San Fernando. El objetivo de esta primera acción de protesta era bloquear el puente de acceso a La Carraca. También se han producido protestas en la puerta del astillero de Cádiz, en la carretera Industrial de la capital. Se espera que en estas primeras horas de la mañana también salgan a la calle los trabajadores de la planta de Puerto Real, la más afectada por la ausencia de actividad.
Esta movilización de los tres comités de empresa de la Bahía de Cádiz responde también a los dos actos simbólicos que la dirección de Navantia llevó a cabo este lunes en los astilleros de San Fernando y Puerto Real. A juicio de los representantes de los trabajadores ambos fueron un simulacro o «paripé» de una carga de trabajo que no es real.
Es decir, el presidente de Navantia, Ricardo Domínguez, y miembros de su equipo directivo de la compañía acudieron este lunes al astillero de San Fernando en compañía de una delegación de Marruecos encabezada por la embajadora de este país en España, Karima Benyaich. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, se encargó la semana pasada de anunciar que el corte de chapa del patrullero de altura que ha encargado la Marina Real de Marruecos a Navantia se llevaría a cabo, precisamente, este lunes. Sin embargo, la ceremonia interna que tuvo lugar en la planta isleña se basó solo en un acto de información general sobre las características del buque, la formación que recibirá su tripulación y los sistemas tecnológicos y de defensa que incorporará el buque. Este patrullero, modelo Avante 1800, se construirá en la planta de San Fernando.
Más tarde la comitiva marroquí y la dirección de Navantia se desplazaron al astillero de Puerto Real, donde tuvo lugar un acto simbólico de corte de chapa del BAM-IS de apoyo a submarinos que ha encargado la Armada Española a la empresa pública naval. En esta planta, en los Talleres de Elaboración, se hizo un corte de uno de los bloques del futuro BAM-IS para que los invitados marroquíes comprobaran 'in situ' el desarrollo inicial de una obra de estas características. Navantia informó que tanto el acto de San Fernando como el de Puerto Real significaban el pistoletazo de salida a dos obras de vital importancia para la Bahía de Cádiz, algo que han rechazado de plano los agentes sociales, ya que en San Fernando no hubo corte de chapa y el acto de Puerto Real fue simbólico porque el BAM-IS aún se encuentra en fase de diseño y no se espera el arranque de su obra hasta el primer trimestre de 2024.
Esta es la gota que ha colmado el vaso de la paciencia de los comités de empresa gaditanos. El astillero de Puerto Real sigue esperando carga real de trabajo desde hace dos años, mientras que el de San Fernando agota la actividad que durante el último lustro le ha proporcionado la construcción de las cinco corbetas saudíes.
La dirección de Navantia ha mantenido hasta tres reuniones con el Comité Intercentros de la compañía desde la pasada primavera explicando el contenido del plan industrial Horizonte 5.0, que recoge la carga de trabajo prevista en los centros de Navantia para los próximos cuatro años. Los representantes de los trabajadores insisten en que no pueden respaldar un plan de viabilidad que solo se basa en conjeturas y se sustenta en acuerdos, caso de Arabia y Angola, que aún están por firmar o en otros, caso de las inversiones que prevé la Armada Española, que aún necesitan de financiación por parte del Gobierno.
La situación de la carga de trabajo es bien distinta en la planta de Reparaciones de Cádiz, que tiene asegurada la actividad hasta final de año con las obras en cruceros, gaseros y petroleros.
A esta situación se le suma un convenio colectivo que caducó el pasado año y cuya negociación ahora se encuentra estancada. Por un lado, al empresa es partidaria de su prórroga, mientras que los trabajadores quieren negociar nuevas mejoras.
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