97 CRUCERO DE INSTRUCCIÓN

Todo a punto en el buque Elcano para recibir a una invitada de excepción

El bergantín goleta partirá el 11 de enero del puerto de Cádiz con la Princesa Leonor como guardiamarina, que llegará a la capital el día 8

Se han remodelado en los últimos meses cocinas, camarotes y aseos del barco con motivo del plan de obras por su centenario

El mes que viene cubrirá el 97 crucero de instrucción y su mirada está puesta en 2027, fecha en el que cumplirá cien años

Incorporación de la princesa Leonor a la Escuela Naval de Marín LA VOZ
Javier Rodríguez

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Todo está a punto en el buque escuela Juan Sebastián de Elcano para un nuevo crucero de instrucción. El próximo 11 de enero partirá el barco desde Cádiz con destino a varios puertos de hispano-américa para adiestrar durante cinco meses a otro grupo de guardiamarinas. El 97 crucero que emprenderá el bergantín goleta tendrá una invitada de excepción. Se trata de la Princesa Leonor, que llegará a Cádiz el 8 de enero, casi tres días antes de su embarque.

La Casa Real ha detallado que no quiere ningún tipo de trato especial hacia la princesa durante el tiempo que dure su formación militar. Este mensaje ya se dio justo cuando doña Leonor ingresó en la academia militar de Zaragoza y se ha repetido a lo largo del último trimestre de 2024 tras la llegada de la Princesa a la Escuela Naval de Marín (ENM). Ahora toca el turno a una nueva etapa de formación militar. Doña Leonor seguirá sus estudios a bordo de un barco muy gaditano donde su bisabuelo, su abuelo y su padre han formado parte de la tripulación.

Según la Armada, la princesa embarcará el 8 de enero con los demás guardiamarinas y desembarcará en Nueva York a principios de junio para embarcar en una fragata. Luego se volverá a embarcar en el Elcano en Gijón. Embarcará a bordo de una fragata de la clase Álvaro de Bazán, integrada dentro del despliegue operativo del Grupo de Combate Estratégico DEDALO, junto a otros buques de la Armada. El objeto del embarque es complementar la formación marinera recibida a bordo del Juan Sebastián de Elcano, con una formación operativa. Este periodo le permitirá conocer de primera mano la organización interna de buque de la Armada, su régimen de vida a bordo en la mar durante un periodo prolongado y poner en práctica la formación recibida en la Escuela Naval de Marín a través de un programa de adiestramiento avanzado. Durante su estancia a bordo, realizará los cometidos propios de un oficial de la Armada: maniobra y navegación, guardia en puente de gobierno, seguridad Interior del buque, armas y sistema de combate.

El barco tiene dos retos que superar a muy corto plazo. Por un lado, la presencia de doña Leonor en su cubierta y, por otro, el centenario de su construcción. El buque escuela se botó en 1927 en los astilleros gaditanos de Echevarrieta y Larrinaga y desde entonces no ha cesado en su misión como buque escuela de la Armada Española. Se entregó a la Armada en 1928, año en el que empezó su primer crucero de instrucción.

No obstante, el barco ha estado durante varios meses en el dique de La Carraca para someterse a una obra de calado. En julio de 2024 regresó a Cádiz tras cubrir su 96 crucero de instrucción y en septiembre de este año también se desplazó a Barcelona para participar en la Copa de América.

Tras cumplir en Barcelona con la prueba deportiva, el barco ha permanecido en el dique del astillero de San Fernando. Precisamente, ha sido en el Arsenal de La Carraca donde el barco se ha sometido a las últimas obras y pruebas, que han tenido un carácter previo a la llegada de doña Leonor. Así, el barco se ha puesto a punto para esa navegación y prosigue también con el objetivo de abrir un ambicioso plan de mejoras que culminará en 2027 con la celebración de su centenario. Fuentes de la Armada han destacado que el barco aborda un plan de modernización de cara al centenario de su botadura.

Estas obras pretenden hacer del barco unas instalaciones «más seguras, energéticamente eficientes, más funcionales y cómodas para su dotación». Y todo, «manteniendo la esencia y espíritu del Elcano, para que siga mostrando con orgullo sus cien años de historia allá por donde recale».

El barco ha encarado este año unas obras que han pasado desde «la remodelación de la cocina, la reforma de camarotes y aseos de suboficiales hasta la modernización de la enfermería».

Cabe recordar que en un principio estaba previsto el cambio del tercero de los palos, de los cuatro que se encargan del despliegue de sus velas, sin embargo, esta maniobra pasará a realizarse en 2025.

Obras de calado

En 2022, se renovó el palo mesana, el más cercano a la popa y que hace de tubo de escape; en 2023 fue el trinquete, es decir, el más cercano a la proa, y este 2024 le ha tocado el turno al mayor popel. El año que viene, por tanto, quedarán reniovados los cuatro palos del bergantín.

A ello habrá que sumarle tareas periódicas como la revisión de las balsas y embarcaciones de salvamento, los chalecos salvavidas o los chigres (molinetes) de maniobra, que son preceptivas hacerlas en cada crucero. Y por supuesto el lijado, calafateado y barnizado de cubiertas, es otra de las tareas que se incluyen dentro de la preparación del buque, junto con el pintado del casco y palos, añade.

El Buque Escuela Juan Sebastián de Elcano ha tenido varias reformas de envergadura en los últimos veinte últimos años. En 2011 realizó su travesía número 82 y la vuelta a casa fue muy esperada por los ingenieros, ya que todo estaba preparado en La Isla para someter al buque a una minuciosa inspección y renovación de sus motores.

La intervención practicada en 2005 ha sido, de momento, la más importante de su historia. Ese año, el Juan Sebastián de Elcano sufrió una remodelación integral, que obligó a los ingenieros a dejar al descubierto el esqueleto de la embarcación, lo que sirvió para examinar el interior del casco. Esta inspección desveló las buenas condiciones en las que se encontraba una estructura hecha sólidamente a la antigua usanza. La inversión para modernizar el barco superó entonces los 14 millones de euros y se aprovechó para mejorar la distribución y adaptar su interior a la incorporación de la tripulación femenina. La obra redujo el número de camas un 20% y ganó espacio para las zonas de aseo. Esta transformación permitió mejorar las condiciones de habitabilidad en el barco, ya que redujo en un cuarto la dotación, para pasar de sus 280 plazas iniciales a 215.

La segunda intervención de calado que sufrió el barco tuvo lugar en 2009. El barco pasó casi cuatro meses en el astillero para un 'lifting' en su mascarón de proa, encarnado por la Diosa Minerva. El conocido imaginero malagueño Rafael Ruiz Liébana fue el encargado de restaurar el mascarón. También en la zona de guardiamarinas se ha mejorado la climatización de la cámara y se ha popasado de 78 plazas a 90.

Pendiente para los dos próximos años previos a su centenario quedará uno de los proyectos más ambiciosos de la modernización por la entidad de los trabajos y por el plazo disponible para hacerlo«: un nuevo motor para convertirse en un buque más ecológico. Se está trabajando con Navantia para dar encaje al proyecto, que se realizaría entre los años 2025 y 2026. El primero de ellos serviría para preparar la reforma desde el punto de vista de la ingeniería y adquisición de equipos, el segundo para la instalación.

Últimos flecos

Los últimos detalles para hacer más llevadera la vida en su interior se están ejecutando en estos momentos. Se sigue mejorando la conectividad del buque, «con mayores capacidades de ancho de banda en las comunicaciones satélite y mejora de los sistemas de conexión WIFI en todo el buque». También en la zona de guardiamarinas se ha mejorado la climatización de la cámara. «Con un mayor número de alumnos, se pasó en 2023 de 78 plazas a 90, resultaba necesario dar más caudal de aire a esta zona».

Pendiente para los dos años previos al centenario quedará «uno de los proyectos más ambiciosos de la modernización por la entidad de los trabajos y por el plazo disponible para hacerlo»: un nuevo motor para convertirse en un buque más ecológico.

El barco, a la vuelta del pasado crucero, el 96, ha habido un nuevo reto en materia de renovación. Se trata de su adaptación a las nuevas exigencias medioambientales. Navantia será la encargada de realizar un estudio de viabilidad para la modernización del sistema de propulsión del buque escuela. Esta modernización tiene un objetivo claro: evolucionar «hacia un sistema más ecológico y comprometido con el medio ambiente».

La Armada ha reservado presupuesto para contratar este trabajo de ingeniería avanzada, que servirá para definir los equipos a instalar a bordo del buque Juan Sebastián de Elcano, sus sistemas de control, mecanismos de seguridad, sistemas auxiliares afectados como el coste de suministro y mantenimiento.

Los trabajos que más han llamado la atención son los que se efectúan sobre el palo trinquete y el mascarón de proa. Mientras que el año pasado se sustituyó el palo mesana, el situado más a popa, en esta ocasión será el que está a proa el que será sometido a una revisión completa. Una curiosidad, los característicos cuatro palos del Elcano miden más de 50 metros y cada uno de ellos tiene nombre propio, en honor a antiguos buques escuela de la Armada. Así, de proa a popa, se llaman 'Blanca' (trinquete), 'Almansa' (mayor proel), 'Asturias' (mayor popel) y 'Nautilus' (mesana). Y, en está ocasión, será el 'Blanca' el que entre en el taller.

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