Provincia de Cádiz
Sin previsiones de lluvia a corto plazo en Cádiz
El fuerte viento de levante y la ausencia de precipitaciones en la primera quincena de abril ha agravado la situación de sequía en la provincia
La ausencia de lluvias en 2023, una constante en el último lustro, presenta una dura realidad en la provincia de Cádiz. Los embalses gaditanos se encuentran al 30,09% de su capacidad, mientras que hace justo un año estaban al 38,06% y hace diez años al 66,60%.
El mes de abril está siendo espacialmente cálido, con temperaturas que han alcanzado los 30 grados. No ha llovido en abril, las previsiones a corto o medio plazo no son optimistas. Una sequía que preocupa, por las consecuencias que puede tener en la agricultura y ganadería gaditana, y por como pueda afectar a los vecinos de la provincia. El pasado verano, en declaraciones a LA VOZ, la delegada territorial de Medio Ambiente y Cambio Climático de la Junta de Andalucía en la provincia de Cádiz, Ana Bertón, aseguraba que «en un principio durante dos años está garantizado el consumo de agua». Por el momento, la situación no mejora y los cortes de agua que hubo en otras provincias en el pasado periodo estival, podría finalmente a tener que aprobarse por las autoridades.
La primavera está siendo seca, pero la situación que se está viviendo en 2023 se viene repitiendo en los últimos años. Diego Patrón, licenciado en Ciencias Ambientales y cuenta con un Máster en Meteorología y Geofísica, y señala que «la sequía en el suroeste de la Península persiste desde hace unos cuatro años, con algunas interrupciones con periodos húmedos cortos como el que tuvimos en diciembre».
El año natural más seco en el Observatorio de Cádiz desde el año 1956 fue el 2019, con una precipitación acumulada de 183 mm, según datos de AEMET. En 2023, hasta el 15 de abril se cuenta con una precipitación acumulada de 92 mm en la provincia, mientras que en 2019 hasta esta fecha la cifra era de 68 milímetros. «Es difícil saber si 2023 acabará siendo el año natural más seco, pero desde luego, hasta la fecha está siendo un año muy seco».
«El déficit de lluvia en estos últimos tres meses está afectando al cultivo, y ha dado lugar a un agravamiento de la sequía hidrológica, la que afecta a los recursos hídricos como los embalses o aguas subterráneas, que ya arrastramos desde hace tiempo», destaca.
Además, «en esta primera quincena predomina el viento de levante en la provincia, la temperatura media está muy por encima de los valores normales, y todo eso está provocando un aumento de la evapotranspiración, que da lugar a que el suelo se seque con más rapidez, provocando una mayor demanda de agua por los cultivos». «La meteorología de esta primera quincena de abril no está ayudando a paliar la situación, sino que la está agravando», apunta.
Un futuro preocupante
En los observatorios de la Bahía de Cádiz de AEMET, «fundamentalmente el de Cádiz y el de Rota», se da la circunstancia de que «no llueve desde hace justamente un mes».
En el año agrícola, que transcurre desde el 1 de septiembre hasta el 31 de agosto del año siguiente, la lluvia acumulada hasta la fecha «es un 25-30% inferior» a la media según los datos que se tienen entre los años 1991 y 2020.
«En la zona norte de la Bahía, en la zona que linda con el parque de Doñana, es el año agrícola más seco de los últimos seis», mientras que «en toda la franja norte de la provincia, exceptuando Grazalema, sería el quinto año consecutivo con déficit de lluvia». A fecha del 15 de abril, «en el Observatorio de Cádiz los valores en cuanto a precipitaciones son un 25% inferiores a los valores normales, en Rota son un 35% más bajos y en Jerez un 25%».
Las previsiones para el futuro no son halagüeñas. «Se pueden producir algunas lluvias asociadas al paso de algún frente, pero en ningún caso tenemos a la vista episodios de lluvia abundante que puedan paliar la sequia en el corto-medio plazo». A día de hoy las previsiones estacionales de AEMET indican que «el final de la primavera será normal y ligeramente seco y el verano sería como son nuestros veranos, secos», por lo que «cabe esperar sería un agravamiento de la situación de sequía».