Consumo
El precio de la luz escala a su máximo anual en puertas de la llegada del frío: «Va a subir la factura»
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La energía continúa al alza en una época del año en la que se aproxima la bajada de las temperaturas, lo que suele aumentar el consumo
Pese a ello, hasta el momento el precio abonado durante 2024 es menor que en los años anteriores
Una cuesta de enero más empinada
La energía lleva semanas encareciéndose y en esta ha alcanzado su máximo anual. El precio fijado el pasado lunes, con 136,37 euros/megavatio hora (MWh) de media, es el más alto de lo que llevamos de año y llega precisamente en un momento del otoño en el que se espera que, con quincenas de retraso, los termómetros comiencen a descender cuando queda prácticamente un mes para las Navidades.
El martes la electricidad cayó mínimamente hasta fijarse un precio medio de 133,49 euros, el segundo día más caro de los últimos 12 meses, de forma que la tendencia actual se puede calificar como un alza fuerte si se tienen en cuenta los registros anteriores.
Tras una leve bajada en el ecuador de la semana, con 95,79 y 77,92 euros el miércoles y el jueves respectivamente, en la jornada del viernes se produjo una nueva subida que situó la luz a 119,52, aunque se espera que pueda caer algo durante el fin de semana. De hecho, para este sábado el precio medio establecido será de 78,19, un descenso de más de 40 euros.
La subida respecto al anterior mes de octubre es de un 17%, si bien es cierto que en términos anuales el desembolso que las familias han tenido que asumir por el consumo eléctrico, hasta el momento, es un 19% más bajo que en 2023. Habrá que esperar a que termine el año para poder hacer una comparativa más exacta, pero lo previsible es que aunque estos dos últimos meses vayan a ser más caros, en el cómputo global podría haber bajada.
Después de alcanzar el pico histórico registrado en 2022, con la electricidad desbocada y muy influenciada por factores como la invasión rusa de Ucrania que generó una gran inestabilidad en el mercado y propició un corte parcial del gas exportado por Rusia en represalia por las sanciones impuesta al país que preside Putin, el precio ha ido bajando paulatinamente en los dos años posteriores, dando un pequeño alivio a las economías familiares, sensibles a este tipo de fluctuaciones.
Sin embargo, en este mes de noviembre, el precio medio ha superado los 100 euros el megavatio hora en más de una decena de días, por lo que la siguiente factura de la luz seguramente presente un encarecimiento notable respecto a la de octubre, que se situó en 63,06 euros en la tarifa regulada PVPC (Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor).
Tanto es así que, en la primera quincena el precio medio se ha situado en 100,66 euros por megavatio hora, el valor más alto desde septiembre de 2023, siendo el incremento en comparación con este mismo mes del año pasado de un 58,7%.
Hay que recordar que esto va ligado al mercado regulado, siendo indiferente para aquellos usuarios que tienen contratada una tarifa en el mercado libre, cuya tarifa está pactada de antemano con las compañías eléctricas que lanzan determinadas ofertas.
El gas tira hacia arriba la factura
Tras un año de cierta tranquilidad y bajos guarismos en el precio del gas, este está empezando a escalar y está haciendo que se encarezca el valor de la energía, que se ve condicionada de forma acuciante por la generación del gas.
El PVPC fluctúa en función de muchos factores. Dependiendo de la demanda y la oferta energética que haya para cada hora, se establece un valor determinado, razón por la que no cuesta igual poner una lavadora a mediodía que por la tarde.
Para satisfacer la demanda, se hacen uso de distintas fuentes de energía. Primero se utilizan las renovables, que son las más baratas, como la hidráulica, la solar y la eólica. De este modo, si se cubre la demanda, tendremos un precio barato. Si no es el caso, hay que hacer uso de la nuclear y posteriormente de las fósiles como el carbón y el gas.
El caso es que el OMIE (Operador del Mercado Ibérico de Energía) marca el precio final rigiéndose por el valor establecido por la última fuente de energía que haya sido necesaria para satisfacer la demanda. ¿Qué significa esto? Pues que aunque haga falta muy poco gas, toda la energía se pagará a ese precio, mucho más elevado que el de otras fuentes más baratas como son las renovables y encareciendo sobremanera el consumo.
Esta subida llega en un momento crítico del año, en el que se supone que el uso de la electricidad puede subir conforme las temperaturas vayan bajando y la calefacción sea más común con la llegada del invierno.
Además, los precios de estas fuentes se ven alteradas por coyunturas geopolíticas que pueden desestabilizar los mercados, no siendo descartable que tanto el cambio de gobierno en los Estados Unidos y las alianzas que puedan trazarse en la próxima administración Trump como los ataques que Ucrania está empezando a lanzar en territorio ruso puedan tener su reflejo en la factura de la luz.
También sube el butano
Otro suministro al que se suele prestar atención es a la bombona de butano, cuyo uso sigue siendo habitual en muchos hogares. Este pasado martes se actualizó el precio, que sube un 4,27% hasta llegar a los 16,61 euros.
El valor de este producto está al alza desde el mes de julio, tras un periodo en el que cayó algo más de un euro en relación al precio fijado en marzo del presente año. En cualquier caso, la oscilación es, dentro de lo cabe, mínima, quedando lejos ya la enorme subida registrada en 2022, momento en el que llegó a costar la bombona 19,55 euros.
Pese a todo, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico inició a principios de mes una revisión de la fórmula con la que se calculan los costes de comercialización, de cara a abaratar el precio a corto plazo.
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