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Poveda, colosal, forma el taco en Sancti Petri
concert music festival
El flamenco catalán Miguel Poveda deleita con un concierto apasionante donde alterna la presentación de su último álbum 'Diverso' con el cante puro
El artista flamenco Miguel Poveda protagonizó la noche del viernes 19 la velada del Concert Music Festival en Sancti Petri 2022, que va tocando a su fin y se quiere despedir por lo alto.
Había una buena entrada en el recinto chiclanero, pero se notaba que Melendi actuaba en El Puerto. Porque Poveda es un artista tan grande, que todo lo que no sea un lleno hasta la bandera, no se justifica. Al artista catalán debería ser obligatorio ir a escucharle.
De blanco inmaculado se presentó el flamenco de Badalona cantando coplas por bulerías, «Ay qué pena, Carmen Amaya». A Federico García Lorca, su Federico, fue el segundo tema, 'Enlorquecido', 'Oda a Walt Wilthman'. Del poeta de Fuente Vaqueros al poeta de Nueva York, con versos coloreados por la voz de Miguel Poveda.
Bulerías trianeras suceden a la poesía lorquiana. Poveda dio las buenas noches de rigor y tomó la senda pop, más comercial, 'Patria', «son tantas cosas bellas», uno de los temas de su reciente álbum, 'Diverso', donde sienta los límites de su patria al más puro estilo Rilke: «La patria es la infancia». Se trata de la versión de una composición de Rubén Blades, el de 'Pedro Navajas'.
Declaración de intenciones del flamenco barcelonés al público de la tierra, «Vengo a haceros el amor musicalmente», «voy a dejar aquí mi corazón para todos ustedes». Y cumplió: qué entrega sobre las tablas, qué poderío y qué dominio escénico.
Atacó una composición de Serrat –traducido por el mismo Joan Manuel al castellano–, 'Padre'. Tema concienciado ecológico-climáticamente. «Que sin peña y sin peces, padre, / habrá que quemar la barca». «Padre, deje usted de llorar, nos han declarado la guerra».
Sones caribeños para narrar cantando la historia de «Simón, tu hijo, 'El gran varón'». Homenaje a los homosexuales que sufrieron la represión durante el franquismo. Una historia triste que acabó en muerte por VIH, «una extraña enfermedad».
Suena el piano y le sigue un bolero en la voz de Poveda, que se posa en un taburete para poner la nota romántica a la velada. 'Te odio y te quiero', composición original del ecuatoriano Julio Jaramillo, «el ruiseñor de América».
De Ecuador a Argentina para mecer a Chiclana al son de un tango. Obra del mismísimo Carlos Gardel, 'Cuesta abajo'. Y sin solución de continuidad, trayecto hasta el corazón de México con una legendaria ranchera, versionada, «Y volver, volver, volver a mi Chiclana otra vez»; se atrevió con el magno Vicente Fernández.
Acometió otra ranchera por bulerías, tamizada por Poveda, 'El Rey': «Con dinero o sin dinero / hago siempre lo que quiero». Ya saben. «Y mi palabra es la ley».
Invitó a subirse al escenario a la artista Noemí Humánez, del corte de Niña Pastori, para cantar una petenera que representase un puente entre los dos países, el español y el mexicano.
«Sentenciao estoy a muerte / si me ven hablar contigo», seguía el catalán por peteneras.
Regresó a su Badalona natal para acometer un popurrí de rumba de Los Chichos, que, aunque madrileños de Parla, siempre fueron banda sonora, con Los Chunguitos y Peret, de la charneguería patria de Santa Coloma al Prat de Llobregat.
Sentado en la silla de enea y de negro luto, cambió de tercio el artista para entregarse al flamenco puro. Una seguiriya abrió la veda a la palabra 'jonda'. Siguió por tangos y pronto cambió de palo a los fandangos. Piezas clásicas interpretadas con la maestría de la mejor, la más versátil, voz flamenca que tenemos a día de hoy.
Bulerías de Jerez, perdón por la redundancia, prolongaron la noche. «Como quieres que tengas la cara blanca / si eres gitanita de Salamanca». «El día que nací yo / que planeta reinaría».
La prodigiosa guitarra de Jesús Guerrero, hijo de La Isla de León, despejó el camino para que el flamenco bordara la soleá.
«Se quedaron sin caballos / campo de Ronda la vieja». Media granaína.
Y ahora sí, alegrías de Cai. La traca. El tirititrán de Espelta y Pericón, cómo no. «Tres cosas tiene mi caí, / que a mí me llaman la atención:/ La Viña y El Mentidero/ y la plaza San Juan de Dios». «Con las bombas que tiran los fanfarrones/se hacen las de Chiclana tirabuzones».
Con el caray, 'Artesano'. Temazo. «Mire usted qué gracia, / mire usted que fiesta / tiene este país». Y de Cai pa' Jerez. Fin de fiestas, como Dios manda, por bulerías.
No quiere decir que acabara aquí el espectáculo. Paseo por Sevilla, Utrera y La Habana por rumbas. Se despide Poveda, Miguel, presentándose con 'Diverso'. «Llegó el momento de decir que soy diverso». Respetable en pie y larga ovación, como de faena importante.