Meteorología
Las playas de Cádiz sufren los efectos del temporal a un mes de la Semana Santa
Las cuatro borrascas que han azotado con virulencia a la provincia en apenas veinte días han dejado su huella en el litoral gaditano con marejadas, pérdida de arena y daños en la infraestructuras costeras
Pescadores de Conil se juegan la vida luchando contra las olas por el cegamiento de la bocana del puerto
Denuncian el estado de la playa de Camposoto: «Los temporales están asolando su orilla...«
Las cuatro borrascas que han azotado con virulencia a Cádiz en apenas veinte días han dejado un balance con luces y sombras en la provincia. Nunca llueve al gusto de todos. Los embalses y pantanos rozan el 50%, cuando hace un año llegaron a estar solo al 15%, un alivio en el contexto de sequía en el que vive Andalucía desde hace años. Estas lluvias, no obstante, empañaron la celebración del carnaval en las distintas localidades gaditanas, que en muchos casos tuvieron que posponerla una semana, y aun así, la lluvia siguió haciendo acto de presencia, y si hay un colectivo de la sociedad que ha respirado tranquilo con estas abundantes precipitaciones, y nunca mejor dicho, han sido las personas alérgicas, ya que el paso de Jana, Konrad, Laurence y Martinho ha mejorado la calidad del aire.
El turismo se ha visto fuertemente afectado por el paso de las cuatro borrascas. En el momento en el que se escriben estas líneas, hasta cuatro cruceros que tenían previsto hacer escala en el muelle de Cádiz durante el mes de marzo han cancelado su atraque y estancia en la capital gaditana, y podrían ser más. Durante la celebración del Carnaval de Cádiz, las cancelaciones de última hora en los hoteles y hostales de la capital provocaron que la ocupación hotelera cayera al 71% en el segundo fin de semana, cuando las previsiones hablaban de un índice de ocupación superior al 85%.
Jana, Konrad, Laurence y Martinho han impactado de lleno en la vida cotidiana de los vecinos de la provincia por sus efectos en el entorno rural. La crecida del río Guadalete obligó a desalojar a más de un centenar de habitantes de pedanías como El Portal, La Corta o Las Pachecas en Jerez; muchos de ellos pasaron dos noches lejos de casa. Pero también ha dejado su huella en el litoral gaditano, con marejadas, pérdida de arena y daños en las infraestructuras costeras.
Un recorrido por el litoral gaditano
La provincia de Cádiz tiene 285 kilómetros de costa, que incluye playas, acantilados y marismas a lo largo del océano Atlántico y el mar Mediterráneo. Un total de 83 playas repartidas en 16 municipios, 16 localidades que tendrán que redoblar esfuerzos para adecentar las playas de cara al verano, pero también para la Semana Santa, ya que se prevé, como todos los años, un importante desembarco de turistas, pero también para el disfrute de los gaditanos. El Domingo de Ramos será el próximo 13 de abril, y las playas de la provincia de Cádiz presentan una estampa desoladora, gris, sombría.
La Voz de Cádiz hace un recorrido por el litoral gaditano para captar de primera mano cómo se encuentran las playas de la provincia cuando queda tan solo un mes para el inicio de la Semana Santa.
El viaje comienza en El Puerto, en la playa de Fuentebravía, muy cerca de uno de los accesos a la Base Naval de Rota. Una zona muy frecuentada por turistas de regiones como Madrid, Sevilla o País Vasco, ya que muchos de ellos tienen su segunda residencia en El Puerto, en urbanizaciones como Vista Hermosa o Fuentebravía. El acceso a la playa no se encuentra excesivamente dañado, pero pueden observarse en la arena hasta cinco tapas de registro de hormigón, que habitualmente están ocultas por la arena, pero que el viento y la lluvia las han dejado visibles.

Es un día lluvioso, con fuerte viento, el agua del mar salpica a los vecinos que se atreven a pasear, aprovechando cualquier rayo de luz para salir de casa. Avanzando hacia la playa del Ancla, pero aún en Fuentebravía se observa cómo uno de los accesos a la playa está «temporalmente fuera de uso», ya que el temporal ha destrozado una de las pasarelas que dan acceso a la playa. El chiringuito de la playa ha amarrado incluso con cadenas las sillas y mesas que habitualmente están en la propia playa para que no se las lleve el mar, que ha llegado a tirar varias macetas con pequeñas palmeras.

La estampa de la playa de Fuentebravía no dista en exceso de la imagen que presenta otra playa portuense, la playa de La Puntilla. Aquí, las lluvias y la marea alta han creado una laguna de más de cien metros de longitud. Las caravanas que suelen pernoctar en el aparcamiento junto al acceso a la playa resisten a pesar del mal tiempo. La playa no se encuentra en mal estado, pero al igual que en Fuentebravía se puede ver una tapa de registro de hormigón y una manguera de toma de agua. En el caso de Puerto Sherry, la situación es idílica; parece una playa extraída de la novela 'La cúpula' de Stephen King. Allí parece que no ha habido temporal, que apenas ha llovido. La playa presenta el mismo aspecto que en mayo o agosto, y solo la arena presente en la carretera de esta urbanización o el propio agua de las olas del mar que rompen con virulencia contra las rocas que salpican a los coches te traen de nuevo a la realidad del invierno.

San Fernando y Chiclana
La travesía por las playas de Cádiz continúa en La Bahía, en este caso en Camposoto, en San Fernando. En este enclave, que habitualmente presenta una estampa paradisíaca, la fotografía difiere de su estado normal en marzo. El viento y las fuertes mareas han dejado a simple vista un soporte de torre de hormigón junto al acceso de la playa, que puede ser utilizado habitualmente para colocar algún soporte luminoso o de protección ante el sol, como una sombrilla. También puede verse una toma de agua. Las pasarelas se han visto gravemente afectadas, con tablones de madera en la arena y se aprecian las puntillas clavadas. Hay tuberías, registros de hormigón y una toma de tierra al aire en el espacio en el que habitualmente montan el módulo de casetas con aseos, lavapiés y duchas en la playa.

Si se avanza por la playa en dirección a Sancti Petri, se aprecia incluso una gran poza para aguas fecales, un desagüe, tablones de madera e incluso algún bidón de plástico. En la orilla, el fango y las piedras de gran tamaño son los protagonistas, mientras escasea la arena, que apenas se ve.
Totalmente diferente es la imagen que presenta la playa de La Barrosa en Chiclana, donde a diferencia de El Puerto o San Fernando, y a pesar del mal tiempo, hay muchos vecinos o turistas paseando. La arena llega hasta el aparcamiento junto a Cruz Roja, y el módulo reservado para personas con discapacidad sigue funcionando a la perfección.
Las Playas de La Janda
Si en las playas de la Bahía de Cádiz el temporal ha dejado un panorama desolador, en la comarca de La Janda la situación no ha sido diferente. Las playas de Conil, Vejer y Barbate han sufrido los estragos del fuerte oleaje y los intensos vientos, también con pérdida de arena, daños en infraestructuras, junto a un mar revuelto que ha cambiado por completo la habitual imagen de la costa.
En el acceso a Roche desde Chiclana por la carretera CA-4202 se aprecian los efectos de las cuatro borrascas en apenas veinte días con la formación de una laguna junto al pinar que está muy cerca de invadir la propia carretera. Las calas de Roche, como la Cala del Pato, playas masificadas en verano y donde encontrar un hueco en el que clavar la sombrilla es prácticamente imposible si llegas tarde, están completamente vacías, no hay un solo coche aparcado, están desiertas. Los accesos se encuentran bien, y el agua del mar apenas ha dejado importantes destrozos, salvo algún tablón de manera que ha ablandado por la constante presencia de la lluvia.

En la playa Fuente del Gallo, ya en Conil, faltan algunos tablones de madera en las barandillas de entrada a la playa. Es una playa que se ubica bajo un acantilado en el que suele haber muchas piedras, en estos días más si cabe, y donde la escasez de arena ha dejado a la vista el fango. Playas como La Fontanilla o Los Bateles, aún en Conil, apenas han sufrido daños por el paso de Jana, Konrad, Laurence y Martinho.
En la playa de El Palmar, en Vejer, la carretera junto al paseo marítimo presenta un estado complicado para la conducción debido a la acumulación de arena mojada, que hace que los neumáticos patinen. Sin embargo, el arenal en sí no ha sufrido importantes daños.
La situación es más preocupante en la playa de Los Caños, donde, a solo un mes de la Semana Santa, las escaleras de acceso están cubiertas de verdín resbaladizo y algunos tablones de madera han desaparecido, dejando al descubierto clavos sueltos que suponen un riesgo para los visitantes.