Operación Atalanta

La piratería en Somalia se combate desde Cádiz

Defensa

La Base Naval de Rota acoge desde 2019 la Operación Atalanta, un dispositivo «de éxito» en el que participan una veintena de países y que vela por la seguridad en el Océano Índico y el Mar Rojo

La fragata Reina Sofía en su puesta a punto antes de incorporarse a la Operación Atalanta. AntoniO Vázquez
Álvaro Mogollo

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«Hay más casos de piratería de lo que la gente cree», dice el vicealmirante Ignacio Villanueva Serrano a un grupo de periodistas citados en la Base de Rota. El militar español fue designado el año pasado como responsable de la Operación Atalanta, una unión de fuerzas europeas que se despliega en el Océano Índico, especialmente frente a las costas de Somalia, y el Mar Rojo para combatir la piratería.

El cuartel general de esta operación conjunta «de éxito» se encuentra en la localidad roteña desde 2019, después de que abandonara la provincia de Londres tras el Brexit, y acoge a 120 trabajadores llegados de diferentes estados miembros, la mitad de ellos españoles al ser del país anfitrión, que vigilan la actividad de los buques que navegan por una región muy convulsa y que es esencial para el comercio, pasando por sus aguas el 15% del tráfico mundial. El centro marítimo se encuentra en la ciudad francesa de Brest y en esta Fuerza Naval Europea no sólo está presente la Unión, puesto que están enrolados igualmente militares de Serbia, Montenegro, Colombia y Corea del Sur.

La presencia comunitaria en la zona el el Cuerno de África, en la que llevan la voz cantante España, Italia y Francia, está avalada por el Consejo de Europa y fue impulsada en 2008 tras el estallido de casos en los que los piratas abordaban barcos extranjeros para exigir posteriormente un rescate para la liberación del pasaje. Especialmente recordado fue el secuestro del atunero vasco Alakrana en 2009 durante 47 días.

En aguas internacionales se despliegan una fragata y un avión españoles, además de un buque italiano. Las misiones en las que Atalanta tiene atribuciones ejecutivas son la custodia de los barcos de alimentos de Naciones Unidas, así como las acciones encaminadas a luchar contra la piratería y el tráfico de drogas y armas. Además, dan apoyo a otras misiones europeas y colaboran con administraciones locales, fortaleciendo sus capacidades.

Desde el JOC (Join Operations Centers) se controla en tiempo real a los buques que navegan por una región de vastísima extensión en la que confluyen una amalgama de inestabilidades locales que hacen que la situación geopolítica sea muy compleja a todos los niveles. Villanueva es enormemente gráfico a la hora de escenificar la densa actividad que allí se sucede: «Es como Sanlúcar en verano».

Los barcos que han de atravesar el Índico o el Mar Rojo, donde ahora se une la tensión de lidiar con los insurgentes hutíes, tienen la oportunidad de registrarse de forma previa en la Operación, de modo que desde Rota se puede actuar con mayor celeridad en caso de que sufran algún tiempo de incidente. Tomarse la molestia de hacer el registro puede ser esencial ante esas eventualidades, pues los militares tienen acceso a datos confidenciales y de contacto que pueden marcar la diferencia en contextos complejos.

En función de diversas condicionantes, se etiqueta un riesgo para cada embarcación, volcando lógicamente mayores esfuerzos de vigilancia en aquellos en los que la probabilidad de asalto es mayor. Eso sí, Atalanta se despliega igualmente para quienes se han registrado como para los que no, independientemente del riesgo previsto anteriormente.

Con todo, los casos han descendido muy notablemente. En el periodo que va de 2008 a 2011 se registraron 140 incidentes, mientras que de 2019 a 2023 no hubo ninguno. «Está suprimida, no erradicada», expone el vicealmirante sobre esta actividad criminal. De hecho, en el primer semestre de este mismo año se han registrado 45 casos, mientras que en la segunda mitad únicamente uno, un buque pesquero chino que continúa frente a Somalia y cuya situación puede ser resuelta en los próximos días.

Este aumento se puede deber a la mayor convulsión en algunos países de la zona, aunque Villanueva Serrano no cree que vaya a ser la tónica de los próximos ejercicios: «Reclutar más piratas no va a ser fácil». Con el pretexto de lograr la soberanía en la pesca somalí, las bandas buscan captar adeptos para emprender estas acciones: «Son como las pandillas de cuando teníamos 15 años. Dos llevan la voz cantante y convencen a los demás».

La orden es muy clara para quienes son asaltados. Dar aviso a la Operación y reunir a toda la tripulación en la ciudela del barco, un espacio que debe estar aislado y acondicionado para tener elementos de control de la nave, comunicación y víveres, de modo que estén a salvo de los asaltantes mientras que Atalanta se despliega.

Relevo de la Reina Sofía

La fragata Reina Sofía de la Armada, que se pondrá en breve a las órdenes comunitarias del vicealmirante Villanueva, será la próxima que dé relevo en Somalia y aguarda en perfecto estado de revista en el muelle 2 de la Base Naval de Rota.

Su comandante es Salvador Moreno Regil y tras meses de adiestramiento afirma que «la gente está preparada e ilusionada», con ganas de volver a una zona de operaciones. El barco, «veterano pero no viejo», está «certificado por todos los estándares».

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