opinión
Menoc Donald y punto
«Lo más curioso del tema es que ambos restaurantes de comida rápida convivieron pacíficamente, o simplemente ignorándose el uno al otro, durante la friolera cantidad de treinta y cuatro años»
Mucho se ha hablado sobre el cambio de nombre de la famosa hamburguesería gaditana y yo no quiero ser menos, por mucho que se llame ahora Menoc Burguer, que también suena bien y que sería de recibo si fuera un cambio voluntario, siempre será Menoc ... Donald y punto. Algo que no sabe la gran empresa corporativa por lo visto, no por nada algunos de nuestros mayores aún llaman «Zamacola» a la residencia o al «Puertadelmá», la plaza Adrúsbal siempre será la plaza de toros y los cuarteles de Varela está cual edificio fantasma en la memoria de muchos gaditanos.
Pues repito por mucho que esta gente quiera que cambien el nombre, siempre será el Menoc Donald. Lo que me lleva a pensar en lo ridículo de la situación, en qué le afectaría a la gran cadena americana que un pequeño comercio familiar y local tenga un nombre similar y con actividad comercial similar, que para nada es igual. El «hamburguesero» americano jamás de los jamases haría un sándwich de pollo como los de aquí, sí, ya saben los de huevo, jamón york, mayonesa y demás (no voy a soltar toda la receta por si nos plagian), son tan de aquí que ni siquiera los he comido en Córdoba o Madrid (o al menos no los he encontrado). Es más, el Menoc Donald lleva treinta y cuatro años a pie del cañón, no estoy segura de si desde antes de la empresa americana, pero por ahí por ahí, ya que los «hamburgueseros» americanos llevan unos cuarenta años en España, y me da que su primer restaurante no fue abierto en Cádiz precisamente, así que cuando llegó a Cádiz, el Menoc Donald ya estaba en «su casa».
Lo más curioso del tema es que ambos restaurantes de comida rápida convivieron pacíficamente, o simplemente ignorándose el uno al otro, durante la friolera cantidad de treinta y cuatro años, ¿por qué?, porque simplemente uno estaba en el casco antiguo y el otro en el edificio de «El barril» (afamada cervecería de los 70), y así se llamó precisamente durante un tiempo, en los inicios decíamos que íbamos a por una hamburguesa adonde «El barril» (la nuevas generaciones ya no). Pero…, todo cambió cuando los americanos abrieron una sucursal en el casco antiguo, hace apenas un año o año y poco, y por lo visto se habrán sentido amenazados por la «gran competencia» que les supondría tan idílico local, no fuera a ser que los repartidores fuesen confundidos unos con otros, o que consideren tan tonto al consumidor como para no saber diferenciar un local de otro (Really George?, ¿En serio, Jorge? como dice el anuncio. ¡Anda ya, hombre!), porque otra cosa…, no lo entiendo. Si por exclusividad de nombres se tratara, bien podría uno de los clanes más antiguos de la heráldica escocesa, con un tartan en tonos verdes, azules y negros precioso, he de decir, reclamarle el nombre a los «hambuergueseros» americanos.
Así que chapó por el Burguer King, que se ha comportado como un King, al convivir tranquilamente y sin hacer tanto ruido, con la Teja, con Laly, con la Huella, entre otros, y por supuestísimo con Menoc Donald, compartiendo una competencia sana y feliz. A la vista está que a los gaditanos nos gusta tener opciones y no dejamos a nadie de lado, es más, en carnavales cuantos más sitios para «papear» haya, mejor. Por si no os habéis dado cuenta, no he nombrado directamente al denunciante, que ha puesto la denuncia en términos amistosos, por supuesto (nótese la ironía), a posta y con premeditación, porque solo ha hecho el ridículo. Así que vamos todos a por un sándwich de pollo al Menoc Donald y punto.