SANIDAD

La labor del veterinario, crucial para proteger la salud de las personas

Expertos del Colegio Oficial de Veterinarios de Cádiz ponen en valor la relevancia de la profesión y el papel que desempeñan cada día, siendo ellos una parte vital de la sociedad

«Tenemos que controlar las colonias felinas. Es una responsabilidad también de los ayuntamientos»

«La humanización de los animales puede llegar a hacer mucho daño a la sociedad»

Los veterinarios que han participado en el coloquio organizado por LA VOZ de Cádiz, en el Colegio de Veterinarios. FRANCIS JIMÉNEZ

Esther Macías

Cádiz

La labor de la veterinaria, desconocida para tantos, resulta vital para la preservación de la salud animal, pero también de la humana. Porque garantizar el mantenimiento y el cuidado de los animales es proteger la salud humana. La medicina veterinaria contribuye a que la salud pública pueda prevenir enfermedades desde su origen que afectan a la población mundial.

Y es que son muchas las enfermedades de origen animal a las que los seres humanos son susceptibles como la influenza aviar, la rabia, la brucelosis, la encefalopatía espongiforme (vacas locas) o el mismo COVID-19. Estos patógenos representan riesgos globales para la salud pública, para los cuales el punto de inicio de prevención es el cuidado de la salud animal.

Bajo esta premisa, seis expertos del campo se reúnen en el Colegio Oficial de Veterinarios de Cádiz para debatir sobre la actualidad del sector y sus retos, evidenciando la importante aportación para la salud de los animales, el sector pecuario y la salud pública. Un coloquio organizado por LA VOZ de Cádiz.

La primera en llegar al encuentro es Isabel Ruiz, funcionaria de la instituciones sanitarias de la Junta de Andalucía y veterinaria desde 2007. En esa misma área está Luis Díaz, que lleva consigo una trayectoria profesional de 42 años. Alberto Méndez y Lourdes Carrasco son veterinarios clínicos y cuentan los retos que se encuentran en el día a día. Y por último, Agustín Fernández y Alejandro Fernández, que ponen sobre la mesa la realidad de la ganadería.

La vocación, el punto de partida

La mesa redonda la comprenden veterinarios que van desde los 26 a los casi 60 años. Pero todos coinciden en que esta profesión nace de la propia vocación. No todas las profesiones cuentan con este ingrediente tan fundamental en muchas ocasiones. «Aunque no todos se dedican a lo mismo, al final partimos de la clínica. Pero lo que tengo claro es que mi vocación ha estado presente desde siempre», relata Lourdes, la más novata de la reunión. Reitera Isabel Ruiz que lo suyo también es algo vocacional: «empecé a montar caballo desde muy joven y hasta día de hoy. Tuve mucha suerte».

En esa misma línea, Alberto Méndez, veterinario clínico, confiesa que antes de topar con la carrera de este sector, hizo otras cosas «pero finalmente, la vida me llevó a esta profesión que admiro y respeto cada día».

«Mi motivación principal para ser veterinario siempre fue la pasión por los animales, especialmente los caballos. No obstante, a día de hoy, con una comprensión más amplia de la profesión y el concepto aún subestimado que se tiene en España, tal vez me lo pensaría más detenidamente, especialmente cuando tienes una familia. La organización y conciliación familiar se vuelven aspectos críticos», comenta Alejandro Fernández, veterinario especializado en la ganadería.

Los retos de la veterinaria

Los médicos veterinarios desempeñan un papel vital en la salud pública como es la producción de alimentos de origen animal, la inspección y certificación de productos de origen animal, la seguridad alimentaria, la conservación de la biodiversidad y el uso eficiente de los recursos naturales. Pero son muchos retos los que, después de tanto, siguen encontrando en los diferentes campos. Y reivindicando.

El reto de la veterinaria clínica, por ejemplo, es la nueva forma de negocio en las clínicas. «Están entrando los fondos de inversión. Los veterinarios nunca hemos sido gestores de clínica, no nos han enseñado este tipo de cosas en la facultad. Es un reto porque no estamos preparados para gestionar un negocio», abordan Alberto y Lourdes.

Sin embargo, para la seguridad alimentaria, Luis Díaz asevera que «para nosotros, la salud pública, desgraciadamente, tiene un protagonismo en la sociedad de últimas. Yo no he conocido otro momento donde para la sociedad sea más necesaria las actuaciones, los planteamientos del concepto de salud pública». El veterinario se refiere a todo lo que se presenta como consecuencia de cambio climático, enfermedades emergentes, enfermedades que estaban erradicadas y vuelven a aparecer, nuevas enfermedades. «Todo ello nos hace estar en todo momento en alerta y tener que responder a lo que se conoce y a lo que no se conoce que aparecen como nuevos brotes».

Díaz explica que empieza a hablarse de salud pública con la colza «donde un ministro se atreve a decir que es un germen que se elimina por la boca pero que cuando cae al suelo, cae muerto. Con lo cual ponen en evidencia que la estructura, que hasta esa fecha tenía relacionada con la salud pública, no da la respuesta a los nuevos peligros. Y eso, en los años 80, es el arranque de la salud pública. Como este verano con el virus del Nilo. Brotes que habrá que afrontar con las formas que correspondan», apunta el sanitario sobre los nuevos retos.

En el caso de la ganadería, «aspiro a que el trabajo en equipo se fortalezca, con mayor compañerismo, mejores condiciones laborales y de vida, y, como resultado, un mejor servicio al cliente. En EQUISPORTMED SLP, somos 2 compañeros D. Antonio Andrades Merchán y yo, y ya trabajamos de esa manera. Gracias a ello podemos dar un mejor servicio y conciliar mejor la vida familiar. Sin embargo, aún queda mucho camino por recorrer, aunque vamos por el buen camino», ahonda Alejandro Fernández. Aunque resalta que los tres grandes retos a los que se enfrenta la ganadería en España son a la economía, a la sociedad y a la zoonosis.

¿Y dentro de 20 años? ¿Cómo lo ve? Fernández contesta desanimado: «el panorama no es alentador. La relación entre los costes y los beneficios es negativa, y la falta de mano de obra, combinada con políticas de empleo que no favorecen la creación de puestos de trabajo, empeora la situación -incide- Lo más complicado es cuando no podemos hacer más por el animal debido a las limitaciones económicas de los propietarios, que impiden abordar los tratamientos adecuados».

«Los propietarios son cada vez más exigentes, pero, al mismo tiempo, siento que no valoran suficientemente nuestro trabajo, o tal vez somos nosotros los que no nos hacemos valer adecuadamente», zanja.

Papel del veterinario en la crisis del Coronavirus

La necesidad de un trabajo coordinado por parte de todos los responsables de la salud pública es esencial para actuar con eficacia y celeridad ante cualquier adversidad. Como pasó, recientemente, con la pandemia causada por la crisis del Coronavirus. Y, como apunta Luisa, «los veterinarios son una parte integral de la comunidad mundial de la salud, aunque siga siendo un asunto desconocido para muchos».

«Nosotros en nuestra área participamos e hicimos visita de ancianos -y restaurantes- donde hacíamos inspección de trabajo para comprobar que efectivamente se cumplía la normativa de prevención, pero aún así, seguimos siendo los grandes desconocidos», subraya la veterinaria.

Asimismo, Agustín Fernández, especializado en ganadería, aunque actualmente funcionario de la Consejería, indica que «estuvo curioso porque se adoptaron conceptos de uso veterinario cuando se hablaba de efectos rebaños cuando había que vacunar la mayoría de la población. La idea de vacunar a un número grande de población para generar una protección global es una estrategia veterinaria, de rebaño precisamente. Nosotros tenemos esa gran queja, el haber tenido la experiencia de trabajar con grandes poblaciones y que el enfoque veterinario puede ser muy interesante a la hora de afrontar la pandemia». Aprovecha para recordar que «la brucelosis la hemos erradicado. Pero vamos acabando con una, y van apareciendo otras. Esto es una lucha que no tiene final».

Sin embargo, el veterano de la profesión, Luis Díaz, no está de acuerdo con lo anterior. Recuerda a un reconocido catedrático de veterinaria que durante la pandemia transmitía tranquilidad e información. «De Fernando Simón sabíamos que era médico, pero de él no sabíamos que era veterinario. Y fue el que solucionó el problema de las vacas locas. Nosotros estábamos presentes», asegura.

Díaz recuerda el primer fin de semana pandémico y corrobora la importancia de los veterinarios en la crisis del Covid: «Cuando se cierra el mundo, a mí me tocó el primer fin de semana de guardia y yo tuve que venir a la Delegación de Salud para gestionar una serie de información y no había nadie en la calle. Al día siguiente, nos fuimos a donde la población podía estar: supermercados, ultramarinos. Quienes comprobamos si se estaba cumpliendo el aforo, las medidas de seguridad, fuimos nosotros. No hay otra estructura en la administración que actúe. Nuestro protagonismo en esta última pandemia ha sido total».

¿Qué piensa la sociedad de la figura de veterinario?

Esta crisis sanitaria, pues, ha puesto de manifiesto la necesidad de apostar fuertemente por la figura del veterinario que, como se ha hecho hincapié anteriormente, reconoce que la salud de las personas, de los animales y del medio ambiente están interconectadas.

Pero, ¿y qué concepto tiene la sociedad de esta profesión? «A grandes rasgos, creo que piensan en veterinario y directamente piensan en clínica. Y hay mucho más allá que eso», sostiene Luisa.

Agustín cree que el concepto todavía no ha calado porque «creo que es un fenómeno que tiene que ver con la urbanización. La población se concentra cada vez más en ciudades o pueblos grandes y se va alejando de lo rural. Cada vez hay más población que vive en la ciudad y estamos menos en contacto con lo ganadero. Tiene cierta lógica que las personas de las ciudades no vean al veterinario como el médico de los animales. Nos han dado mucho apoyo, pero en cierta manera ocultan el resto de línea del sector».

Consejos para los futuros veterinarios: «especializarse»

Para cerrar el coloquio se pide consejos para aquellos estudiantes que se estén replanteando ser veterinario. «Tener paciencia. Estos cambios lo están sufriendo ya más los novatos que los veteranos. No perder el norte. Tenemos que ser especialistas en algo. No podemos hacerlo todo y saber de todo. Tenemos que especializarnos», insiste Alberto. «El veterinario tiene que estar en ese equilibrio y tener esa perspectiva global, independientemente del campo que te haya tocado trabajar».

En el caso de Luis, también ve muy necesario la especialización. «Cabe destacar que la carrera ha tenido un cambio de género evidente. Es decir, mi promoción terminó con el 10% de féminas. Eso se ha invertido. Más del 50% hoy son mujeres. Mi pesar y mi rabia es que una carrera con una exigencia comparado a otras. Hay un desequilibrio en la veterinaria. Es una profesión que se puso de moda y sigue estándola, que está totalmente actualizada. Antes era una carrera vieja, con olor a lo rural. Eso no tiene nada que ver ahora. Se está generando una producción de puestos de licenciaturas que hoy no son absorbidas por la sociedad, y ese es el gran reto para ellos».

Lourdes, la última en promocionarse -exactamente en 2019-, reflexiona que hay que «generar un número de profesionales que la sociedad no es capaz de absorber pasa por puestos de trabajo más precarios, que la nueva generación se tenga que marchar fuera, y creo que es algo a tener en cuenta por parte de las administraciones. Al final, hay unas expectativas que no se cumplen».

Retos a nivel colegial

Y por último, los expertos se despiden de este debate en el Colegio de Veterinarios de Cádiz agradeciendo el trabajo que hacen por ellos. «La principal función que tiene este colegio hoy por hoy es la formación. Y hay un amplio abanico de cursos para desarrollar especialización. Este colegio es ejemplo. La proyección en la sociedad con la divulgación de campañas sobre prevenciones y el protagonismo de la profesión de la sociedad y la necesidad de la misma. Este colegio puede ser ejemplo de lo que debe ser un colegio», reconoce Luis Díaz.

Pero dejan alguna que otra tarea pendiente para seguir mejorando. En el caso de Agustín propone hacer trabajo en cuanto a ética profesional, imagen o política de precios hacia el interior. «Hay que comportarse con ética, competitividad sana, con tener una imagen profesional potente. Es un campo que se puede trabajar todavía».

«Tenemos un reto importante: el veterinario frente a la sociedad. Tenemos que intentar mejorar la visión que tiene la sociedad de la profesión y en nuestro campo, por ejemplo, se ven denuncias por negligencias. Tenemos un reto importante, decirle a la sociedad que somos sanitarios que nos basamos en la salud y mejorar esa visión de todos los campos del sector», concluye el veterinario clínico, Alberto.

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