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La odisea de encontrar un alquiler anual en la costa de la provincia
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El mercado inmobiliario, con enorme demanda estacional, complica las posibilidades de los gaditanos que buscan una vivienda para todo el año

«De septiembre a junio». Esas cuatro palabras le resultarán familiares a todas aquellas personas que hayan buscado alquilar una vivienda en alguna localidad costera de la provincia de Cádiz. Son los meses entre los que se suelen acotar los alquileres para quienes pretenden vivir de forma permanente en un mismo inmueble.
El turismo es un sector con un gran peso en la provincia. Un elemento dinamizador de la economía y que genera empleo, aunque bien es cierto que suele tener su auge durante la época estival pese a que las administraciones y el sector privado luchan por desestacionalizarlo y hacerlo más estable.
Sin embargo, el tirón que tiene la provincia de Cádiz para atraer visitantes que acuden a disfrutar de sus playas, produce un daño colateral para las personas que tienen intención de encontrar un piso o una casa en la que estar durante los doce meses del año.
Los propietarios de los inmuebles en alquiler distinguen entre dos épocas del año, una en la temporada escolar, en la que arrendan las viviendas a un precio, y el verano. En época estival la demanda se dispara y optan por alquilar por meses, quincenas, semanas e incluso días sueltos con la vista puesta en maximizar el nivel de ingresos.
Esto supone una problemática extra al difícil acceso a la vivienda de la población joven, que generalmente, al no disponer del dinero para la entrada de una, buscan emanciparse alquilando. Eso, en lugares como Cádiz, El Puerto, Chiclana, San Fernando o Sanlúcar se hace aún más complicado.
Hasta el punto de que algunos jóvenes se ven abocados a regresar durante el verano a casa de sus padres para volver posteriormente en septiembre al que ha sido su hogar hasta el mes de junio. Con doble mudanza incluida. Esa situación hace que algunos, puestos a tener que volver cada nueve meses al hogar familiar, prefieran no alquilar y ahorrar ese dinero para invertirlo en el futuro en comprar una vivienda.
Para entender esta situación hay que prestar atención a los números. Si se toma de ejemplo un piso cercano a la playa que se alquila de septiembre a junio por 500 euros, la persona propietaria ingresa 5.000 euros por esos diez meses. Y alquilándolo quincenalmente a 1.250 euros durante julio y agosto obtiene el mismo rédito que durante toda la temporada baja: 5.000 euros. O incluso más, desnivelando claramente la balanza en favor del verano.
Eso deja en una posición de debilidad al residente que busca vivir todo el año en el mismo lugar, porque en los pocos casos en los que un casero opta por ofertar un alquiler anual, normalmente tiende a subir el precio para compensar el hecho de que no obtendrá los sustanciosos beneficios del verano.
También hay que tener en cuenta la cantidad de estudiantes que acuden a cursar sus estudios en la Universidad de Cádiz, algo que tiene su reflejo en el alquiler de los pisos. Presentan un perfil muy atractivo para los propietarios porque únicamente están durante la temporada baja, permitiendo alquilarlo durante los meses más demandados, y además suelen ganar más dinero que dando cobijo a un núcleo familiar, porque en muchos casos alquilan por habitaciones.
Para algunos profesionales del sector inmobiliario consultados, una de las claves para lograr una vivienda para el año entero es buscar a partir del mes de septiembre. A pocos meses del verano, los propietarios prefieren esperar por si reciben ofertas para la temporada alta. Pero con el inicio del curso escolar y la larga rutina, algunos optan por ofrecer sus propiedades en alquiler anual. Son varios los motivos que pueden propiciar este paso.
Uno de ellos es que no le hayan salido las cuentas que preveía anteriormente debido a que el inmueble se quedase vacío, sin alquilarse en alguna fase del verano. Y otra es la comodidad que supone tener a los mismos inquilinos de forma permanente, evitando que pasen por las casas un número elevado de personas, un factor que generalmente produce mayor cantidad de averías por uso y desperfectos.
«Yo tengo un contrato anual en Cádiz porque es ilegal, no está dado de alta en la Junta de Andalucía. Si no, sería casi imposible», explica un profesional del sector sanitario que prefiere mantener su nombre en el anonimato y que se considera afortunado por llevar varios años viviendo en su ciudad de forma ininterrumpida. Por contra, esta circunstancia le coarta en otros sentidos: «Llevo así varios años y podría haber recibido algunas ayudas autonómicas que no he podido solicitar precisamente por eso».
«Es un problema grave que hay en Cádiz y que todo el mundo conoce. Cada vez hay más turismo pero cada es más difícil para un gaditano encontrar una casa en la que vivir. Y si lo hace es teniendo que pagar mucho dinero, con la paradoja de que durante el invierno se quedan pisos vacíos porque a los propietarios les interesa priorizar los alquileres de verano», afirma.
Trabaja fuera de Cádiz y ya tiene decidido mudarse: «La situación te acaba expulsando porque por menos dinero en sitios como Jerez puedes alquilar, de forma legal, un piso para todo el año, con ascensor y otras muchas prestaciones».
Muchas condiciones
Además, para acceder a alquilar una vivienda, buena parte de los caseros exigen el cumplimiento de una serie de requisitos tales como ser funcionario o profesor.
Los docentes son los candidatos preferidos para muchos propietarios porque generalmente pueden afrontar el alquiler por su condición contractual. Pero a ello se le suma que, si están destinados en la provincia y su familia se encuentra en otro lugar, probablemente vivan solos y viajen durante los fines de semana para visitar a sus seres queridos. Eso se traduce en que pasará un menor tiempo en la vivienda y el desgaste de esta será mínimo. Y por supuesto, vuelta al punto central, como tienen vacaciones durante los meses del verano, surge la oportunidad para el propietario de alquilar la propiedad a un precio más caro que durante el año.
Control a la turistificación
La mayoría de las personas que no pueden vivir en sus municipios por las circunstancias expuestas abogan por establecer medidas de control para que el sector del turismo crezca pero de forma regulada.
En ese sentido, el Ayuntamiento de Cádiz aprobó el pasado viernes de forma provisional la modificación puntual del Plan General de Ordenación Urbana que pretende «un modelo equilibrado que garantice el derecho a vivir aquí y también la economía que viene de la mano del turismo», expresó el portavoz del equipo de gobierno Martín Vila.
Desde hace siete meses ya no se otorgan nueva licencias urbanísticas que supongan una modificación del régimen urbanístico en referencia al uso de hospedaje en suelo residencial.
El Partido Popular se mostró contrario a la propuesta votada la pasada semana al entender que las medidas tomas hasta el momento no han surtido el efecto deseado, apuntaba su portavoz municipal José Manuel Cossi: «Los precios del alquiler han aumentado un 10 por ciento en estos últimos meses, por lo que es falso que esta medida haya mejorado el acceso a la vivienda de los gaditanos». Para los populares, la clave está en acotar las medidas a las zonas de Cádiz que se encuentran más saturadas de turistas y no a toda la ciudad: «El problema de la turistificación se soluciona haciendo políticas de vivienda y no actuando contra el turismo».
Jerez, una alternativa cercana para vivir durante todo el año
Las zonas de interior de la provincia, por cerca que estén de los lugares costeros, no presentan este tipo de problemas y ofrecen una posibilidad interesante para las personas que no logran alquiler anual.
El parque de viviendas de Jerez es el mayor de la provincia y se ha remozado mucho durante los últimos años. La variedad es muy amplia y generalmente se pueden buscar vivienda de muy diversos tipos en función de las pretensiones de cada arrendatario.
Algo que, unido a la poca distancia respecto a varias localidades costeras y que permiten desplazarse en pocos minutos tanto en vehículo privado como en transporte público, hace que cada vez más gente joven considere la opción de mudarse a Jerez.
Además, hay muchos pisos de nueva construcción que cuentan con numerosas comodidades como piscina o pistas deportivas, lo que posibilita acceder a viviendas que ofrecen cierto nivel de confort, durante todo el año y en algunos casos, hasta a un precio inferior que en las zonas costeras.
Paco Escot, de la Inmobiliaria MisterCasa de Jerez, afirma que la demanda de viviendas por parte de personas de ciudades costeras como Cádiz, Puerto Real, San Fernando o El Puerto se ha incrementado considerablemente. Y no solamente en régimen de alquiler, también se hace notorio el aumento en la compra de inmuebles.
«Hay que recordar que los precios en Jerez siguien siendo más baratos que en esas localidades, así que el interés por adquirir viviendas en Jerez o alquilarlas anualmente es mayor», afirma.
El gerente explica que desde febrero aprecia un mayor flujo de habitantes de zonas del litoral que buscan comprar una casa en Jerez. Y desde mayo también se percibe en el alquiler, justo antes del verano.
Respecto al arrendamiento, resulta curioso que hay gente que no se marcha a Jerez para vivir allí durante una larga estancia, sino que al tener que salir de sus alquileres de temporada escolar, se mudan a la ciudad jerezana para pasar allí los meses estivales.
«Es algo más común de lo que parece, sobre todo de gente que vive en sitios muy turísticos como Valdegrana. Hay funcionarios o profesores que son de fuera de la provincia y durante esos dos meses se van a Jerez y vuelven en septiembre a sus casas en la costa», concluye.