INDUSTRIA

Nuevo rumbo para el astillero de San Fernando con la obra de los dos hidrográficos

El proyecto, adjudicado el pasado verano, entra en fase de planificación y diseño

Los nuevos buques sustituirán a los obsoletos 'Tofiño' y 'Malaspina', con sede en La Carraca, construidos en 1975

Corte de chapa del patrullero marroquí en el astillero de San Fernando el pasado julio NAVANTIA

JAVIER RODRÍGUEZ

CÁDIZ

El astillero de San Fernando continua con los preparativos para la construcción de dos buques hidrográficos para la Armada española. El Consejo de Ministros de finales de agosto adjudicó a Navantia este proyecto naval, que ahora se encuentra en fase de planificación y diseño. El Ministerio de Defensa ha autorizado el inicio del expediente de contratación para que Navantia diseñe y construya dos buques hidrográficos costeros (BHC) para la Armada por importe de 158,6 millones de euros.

Los buques sustituirán al hidrográfico 'Antares', construido en la década de los setenta y único aún en servicio de los cuatro de la clase Castor. Con los nuevos buques se dará un paso importante en la renovación de la Flotilla Hidrográfica, avanzando además en la transición verde, ya que los nuevos buques podrán operar con biocombustibles.

Cabe recordar que varios astilleros privados pujaban también por esta obra. Los astilleros privados españoles tienen experiencia en la construcción de este tipo de embarcaciones utilizadas para uso científico. Así, el 'Hespérides' lo construyó Bazán en Cartagena para la Armada en 1991, mientras que los de carácter civil como el 'Sarmiento Gamboa' lo hizo el astillero vigués Freire en 2006 y el 'Ramón Margalef' y el 'Ángeles Alvariño', el astillero Armon en 2011.

La financiación de los dos hidrográficos está recogida en los Presupuestos Generales del Estado de 2023 con una dotación inicial de 40,3 millones de euros. Los buques hidrográficos tienen como misión principal la publicación, difusión y mantenimiento de la cartografía náutica oficial del Estado, en aguas y costas españolas, un cometido del Instituto Hidrográfico de la Marina (IHM), responsable de operar estos buques y garantizar el cumplimiento de dichas misiones.

Para ello, el Ministerio de Defensa ha trabajado con Navantia para elaborar un diseño conceptual conforme a los requisitos necesarios para el cumplimiento de las misiones del buque. Serán buques de 47 metros de eslora y un desplazamiento de alrededor de 900 toneladas. Con una dotación reducida de 30 personas, por su alto grado de automatización, tendrán una autonomía de 3.000 millas para mantenerse operando en aguas poco profundas durante 15 días.

Estos buques se construirán en el astillero de Navantia en San Fernando. Durante los próximos cuatro años, la obra sostendrá 700 puestos de trabajo, incluyendo empleos directos, indirectos e inducidos. Estos barcos serán capaces de realizar levantamientos hidrográficos que permitan la elaboración de la cartografía, apoyo a la Flota con información geográfica, medioambiental y meteorológica y protección del patrimonio arqueológico subacuático. Para ello, estarán dotados de equipos hidrográficos como ecosondas, sonar de barrido lateral o sistemas de posicionamiento que contribuirán al estudio de la columna de agua y del lecho marino.

 

La planta isleña construye ahora el patrullero de Marruecos y aguarda la firma del nuevo contrato naval con Arabia

 

 

Además, contarán con medios autónomos como un ROV (Remotely Operated Vehicle), un USV (Unmanned Surface Vehicle) y un bote hidrográfico, que trabajarán de forma autónoma para compilar y registrar datos y que tienen la capacidad de realizar trabajos hidrográficos y oceánicos.

La Armada tiene la competencia legal, asignada por el Estado español, para llevar a cabo las actualizaciones cartográficas náuticas que sean necesarias. España posee una línea de costa con una longitud aproximada de 7.800 km. Desde esta hasta los límites de la Zona Económica Exclusiva (ZEE) hay en torno a 1.330.000 km2 y un total de 245 puertos marítimos.

La misión principal de estas embarcaciones es efectuar la adquisición de datos, principalmente batimétricos, que permitan la elaboración de la Cartografía Náutica Oficial de España. También realizan levantamientos hidrográficos, trabajos oceanográficos y exploraciones del relieve submarino; actualización de derroteros, libros de faros, libro de ayudas radioeléctricas; instalaciones de reglas de marea y mareógrafos para el cálculo del cero hidrográfico; toma de fotografía de costas; comprobación marcas de corrida de la milla; o toma de datos meteorológicos, entre otras misiones.

Primeros avances

Sobre la renovación de la flotilla hidrográfica se dieron los primeros detalles en unas jornadas técnicas celebradas en Madrid en mayo de 2022 bajo el nombre de 'La Industria de Defensa, Motor Económico y de Bienestar Social'. En ellas se pusieron sobre la mesa la necesidad imperiosa de su renovación. El Ministerio de Defensa ya anunció un plan en junio de 2021 para la adquisición de dos nuevas unidades que sustituyan a las actuales 'Malaspina' y 'Tofiño', ambas con sede en San Fernando.

La Armada cuenta en estos momentos con tres buques de las características hidrográficas: el ' Malaspina' (A-31) y el ' Tofiño' (A-32), ambos de la misma clase y construidos por la Empresa Nacional Bazán (hoy Navantia) en La Carraca y San Fernando respectivamente y entregados a la Armada en 1975. Un año antes había entrado en servicio el 'Antares' (A-23), tercer buque de la clase 'Castor' diseñado y construido en San Fernando.

Por lo que respecta al buque oceanográfico, la Armada cuenta con el 'Hespérides'. Es un barco de 1990 con base en Cartagena y operado por la Unidad de Tecnología Marina. Sobre este tercer buque se están elaborando los requisitos de Estado Mayor. Respecto a las cinco lanchas hidrográficas transportables, de las que se están redactando los Requisitos de Estado Mayor, dos irán embarcadas en el buque oceanográfico y las otras tres serán autónomas.

La flotilla hidrográfica de la Armada española tiene una edad media que supera los 40 años y aunque los equipos son más modernos, las plataformas están obsoletas. Estos barcos se han indo adaptando a las nuevas tecnologías, pero se han quedado anticuados. Dado que la Armada tiene la competencia legal para actualizar la cartografía náutica en las aguas y costas españolas se trata de una renovación vital para seguridad de la navegación .

Por ello, una de las principales urgencias de la Armada española es la pronta renovación de los buques hidrográficos, buques que desempeñan misiones no estrictamente militares, por lo que la financiación procede de otras partidas más allá de las del Ministerio de Defensa.

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