INDUSTRIA
Navantia y tres astilleros más pujan por el nuevo contrato de fragatas australianas
La empresa española ha sido seleccionada con su propuesta de fragata Alfa 3000
El gobierno australiano decidirá en 2025 qué empresa se encargará de la construcción de esta flota, de entre 7 y 11 barcos
El Gobierno de Australia ha seleccionado a Navantia para la próxima renovación de su flota. La empresa española ha pasado la criba y opta junto con tres compañías más a un jugoso contrato para la construcción de entre siete y once fragatas. Navantia acude a este concurso con la propuesta de la fragata Alfa 3000, pero en la terna también se encuentran el astillero alemán Thyssenkrupp Marine Systems, un astillero japonés y el coreano de Daewoo.
Australia es uno de los clientes preferentes de Navantia junto con Noruega y Arabia. De hecho, la empresa española ha construido por transferencia tecnológica tres destructores de la clase 'Hobart', basados en la veterana F-100 española, además de dos buques de asalto anfibio y otros dos AOR, desarrollados en los astilleros de la ría de Ferrol, lo que convierte al grupo naval en uno de los principales aliados estratégicos de la nación oceánica.
Cabe recordar que Navantia Australia y los astilleros australianos Austal y Civmec se asociaron en noviembre de 2023 para ofrecer al Gobierno de este país una propuesta de diseño y fabricación de seis corbetas, con el objetivo de suplir la urgente necesidad de la Marina Australiana de aumentar su capacidad. Estas corbetas, diseñadas por Navantia, requieren una tripulación más reducida que los buques de mayor tamaño, manteniendo al mismo tiempo altas capacidades integradas de guerra antiaérea, antisuperficie, antisubmarina, electrónica y asimétrica, incluyendo soluciones soberanas como el sistema de combate australiano Saab y los radares de CEA Technologies.
El objetivo del nuevo contrato que se abre ahora en Australia persigue la sustitución de la vieja flota de la clase Anzac. El ministro de Defensa australiano, Richard Marles, hizo público un minucioso análisis en el que contemplaba reducir el número de fragatas Hunter previstas, basadas en el diseño británico Tipo 26 y seleccionadas en 2018 para reemplazar a las ocho Anzac, y el lanzamiento de un nuevo programa con un socio internacional para obtener con rapidez entre siete y once fragatas. La decisión se tomará en 2025. El nuevo plan, explica el ministro, «tiene en cuenta el estado actual y de deterioro de la clase de fragatas Anzac, acelerando la adquisición de una nueva fragata de propósito general más capaz para remplazarla».
Sobre las posibilidades de la compañía española entre en los nuevos planes, todo apunta a que la relación de Navantia con la Marina Real Australiana es muy buena desde hace casi dos décadas y la elección en esta recta final es un paso importante. E La empresa española ha sido en la última década el principal suministrador de buques de la Marina Real Australiana. En concreto, Navantia acumula en los últimos diez años más de 110.000 toneladas en grandes buques militares entregados a la Marina Real Australiana: dos buques de asalto anfibio, tres destructores AWD de la clase Hobart y dos buques de suministro. Además ha entregado 12 lanchas de desembarco.
La empresa española recibió en 2018 un revés de Australia. Finalmente pesaron las razones políticas y Navantia perdió la carrera para hacerse con el contrato de 22.000 millones de euros con el Gobierno australiano para construir sus futuras fragatas SEA 5000. El contratista militar británico BAE Systems se adjudicó este gran encargo para crear nueve buques al que, además de Navantia, aspiraba la italiana Fincatieri. La propuesta española se basaba en la F-110, aunque adaptada a los requerimientos de la Armada de Australia. Y su fortaleza residía en la fiabilidad y la reducción de riesgos que implica un tipo de barco ya probado. Mientras, el contratista inglés, BAE Systems, alegaba que el suyo era un buque más moderno y con mayores capacidades.