narcotráfico
Los narcos pusieron un precio de 400.000 euros a la cabeza del exjefe antidroga investigado por la Audiencia Nacional
ABC accede a los mensajes de un traficante con un amigo del guardia civil en el que le avisan del riesgo que corría
La historia del 'capitán David', el azote de los narcos del Estrecho
El teniente coronel David Oliva es una de las personas más perseguidas por los narcos de Andalucía, a los que ha detenido por centenares, incautado miles de kilos de droga y despojado de millones de euros en riquezas, tanto a ellos como a sus familias. Hasta ha llegado a detener a los abogados por blanqueo. Golpe a redes con un poder ilimitado en el territorio que le granjearon enemigos. Ahora, cuando la Audiencia Nacional lo investiga por revelación de secretos y cohecho, por unas supuestas presiones a un teniente de Asuntos de Internos para recibir información de una investigación en la que estaría metido, ABC accede a los mensajes con los que pusieron 400.000 euros como precio por su cabeza.
Así lo demuestra una conversación de un traficante con un amigo del teniente coronel. ABC ha accedido al contenido de esos mensajes. «A tu amigo David le pasa igual, cualquier día le va a pasar y tiene que tener cuidado porque la gente, miles de personas, ya están en su contra y hablan malamente de él», dice el narco en un primer mensaje y aclara en un segundo: «Ojalá que nunca pase ninguna desgracia, pero el otro día me mandaron fotos, que están rulando, de él con sus hijos y con su familia entera».
El traficante advierte que es «el primero en defender que esas cosas no se deben usar porque, ante todo, la familia hay que tenerla al margen siempre». «Pero eso lo respetamos los que sentimos que somos humanos de verdad», afirma el narco, antes de que el amigo de Oliva conteste: «Me han dicho, no él, que le ha llegado que ofrecen 400.000 euros por él».
«Pero gente de coca y de alto nivel, esa gente juega en otra liga y él debe tener cuidado», contesta el traficante y prosigue: «Yo siempre que me entere de algo así soy el primero en defender estas cosas». El amigo de Oliva le contesta que él también advierte al guardia sobre estos riesgos, a lo que el narco contesta: «Una vez se lo dije y le dije que no había problemas, incluso le pasé fotos de los asesinos y etc. Para que estuviera atento».
El amigo reconoce en la conversación, a la que ha tenido acceso ABC, que están «preocupados». «¿Tú crees que esto es vida? ¿Que tenga la gente fotos de estas rulando por todos los lados? A mí cuando me llegó esta foto dije que no lo veo bien, que una cosa es él y otra es su familia, que no tiene nada que ver», contesta el narcotraficante, quien añade «si tengo en contra de alguien, voy a por él de frente y nunca haría daño segundas personas».
La conversación se produce en 2019, meses después de que David Oliva se hiciera cargo del Organismo contra el Crimen Organizado y el Narcotráfico (OCON Sur). Eran los primeros meses en los que este grupo de unos 200 guardias civiles, apoyados por grupos operativos como el GAR, se había desplegado y comenzaban a hacer daño a las organizaciones. Narcos como el 'Messi' se habían fugado del país tras un polémico acuerdo con la Fiscalía.
Los clanes empezaban a ver amenazado su poder. En 2018, el narcotráfico era el futuro más esperanzador para los niños. Los grandes capos se sentían impunes. Era el tiempo en el que en ciertos barrios La Línea de la Concepción, si preguntabas por el contrabando, se sacaba pecho y te decían que con eso un día ganaban más que en otro trabajo un mes. El poder llegaba al punto de que un grupo violento entró en un hospital para sacar a Samuel Crespo, lugarteniente de 'Los Castañitas', cuando estaba detenido.
Es cuando explotó el problema. Es cuando el Ministerio de Interior creó el Plan Especial de Seguridad del Campo de Gibraltar, que llevaba un organismo especial para combatir esta lacra y su arraigo social. Era OCON Sur. Al frente colocaron al comandante David Oliva, uno de los guardias civiles más condecorados de España. A los pocos meses su cabeza ya tenía precio. Y se lo hicieron saber. Por eso, llevaba escolta siempre, protección que se extendió a su familia, que vive en la zona.
Oliva es un mito. «Un depredador de narcos», explican fuentes consultadas por ABC como definición de su trabajo. Ahora pasa las horas más complicadas de su laureada carrera tras la denuncia de uno de esos a los que detuvo por narcotráfico. Una cadena de WhatsApp en los que presuntamente ofrecía un puesto en OCON a un miembro de Asuntos Interno a cambio de información pone en duda una reputación que sus compañeros defienden. «Es un ejemplo a seguir», dicen sus subordinados cuando se les cuestiona por el teniente coronel.