narcotráfico

Las narcolanchas se apostan en Barbate por segundo día y llegan más, hacia las 48 horas al descubierto: «¡No ha cambiado nada!»

Llegan nuevas 'gomas' a la costa barbateña, tanto a su muelle como a la playa de la Yerbabuena, para refugiarse del temporal. Lo mismo en el Guadalquivir o en otros puntos del litoral gaditano

Asociaciones de guardias civiles siguen lamentando la falta de medios, la «impunidad» de estas organizaciones y la necesidad de una mayor contundencia penal

Vídeo: Narcolanchas salen a la vista de todos del río Guadalquivir tras refugiarse por el temporal

Avistan narcolanchas en el puerto de Barbate, en el mismo lugar y casi un año después del crimen de los guardias civiles

Lanchas apostadas en la playa de Barbate, este miércoles al mediodía. la voz
María Almagro

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El descaro sigue navegando por la costa de Cádiz. La denunciada «impunidad», la alerta y, sobre todo, el delito, va desafiando el temporal de lluvia y viento como puede a pocas millas de su litoral. Hace menos de 48 horas, dos lanchas, dos 'gomas' de las que se dedican a alijar hachís, coca o suministrar combustible a quien lo hace, se apostaban en el muelle de Barbate, tal y como avanzaba este periódico ayer. Pero este miércoles, más o menos a la misma hora, se siguen avistando dos de estas semirrígidas pero, además, están llegado más. Al menos ya se cuentan tres.

Esta situación- de la que hay imágenes, es decir, es absolutamente comprobable- se empieza a parecer a la que hace un año, el 9 de febrero, provocó ese gran dramático estallido del peligro y la realidad que fue el asesinato de dos guardias civiles que intentaban junto a otros agentes 'echarlas' de allí.

Pero cada temporal ocurre. Sea en Barbate, en Chiclana, en Sanlúcar o remontando la desembocadura del Guadalquivir hacia Coria, Isla Mayor... o ya incluso, Sevilla capital, como ocurría este martes en la Cartuja. La presencia de estas embarcaciones es continua, y sea llevando droga o no, su uso está prohibido.

Así lo denuncian los propios agentes que se dedican a perseguir a los narcotraficantes en una batalla constante que, aunque no es para nada nueva, si ha tomado otro rumbo «cada vez más complicado». Aseguran sentirse «abandonados», «frustrados», y además no dejan de advertir de un riesgo que supone un «verdadero peligro» para la ciudadanía y, también, para ellos mismos, como se comprobó de manera atroz en este mismo lugar y se ha podido sentir en otros de manera cada vez más frecuente.

«Es todos los días. Seguimos en la misma dinámica. Ahí puede haber tres pero por el río hay otras quince y en otros puntos... todo sigue y seguimos en la misma historia», cuenta Víctor Carrasco, secretario provincial de la Asociación Unificada de Guardias Civiles de Cádiz (AUGC). «Ahora se están refugiando del temporal y se les ve más porque están más cerca, se nota más, pero es diario y a todas horas», insiste. «La situación desde que ocurrió lo de Barbate con nuestros compañeros no ha cambiado en absoluto. Las patrulleras se siguen averiando constantemente, y la actividad del petaqueo aunque se han hecho algunas operaciones sigue, se mantiene».

Porque la logística es clave. De hecho si no tuvieran gasolina, esas 'gomas' no podrían estar apostadas en alta mar a la espera de moverse hacia la 'orden' que se les dé. Permanecen al pairo y muchas de esas veces con los motores encendidos o encendiendo y apagando. Tres o cuatro motores de 300 caballos. «Es necesario, imprescindible, que haya una mayor contundencia en todos los sentidos», reivindican desde AUGC. «El Gobierno no deja de decir que se está ganando la batalla al narco, pero no es verdad. Es evidente que no lo es, ¿no?».

Contundencia y código penal limitados

En este sentido, «el uso de la contundencia es muy limitado». Por un lado, la penal. «El Código Penal tiene que cambiar para estos temas. El 'petaqueo' tiene que ser considerado ya delito relacionado con el tráfico de drogas y con la pertenencia a organización criminal. Mientras que eso no cambie, les compensa. Se les pilla y se enfrentan a multas y el que entra en prisión, sale». Además, supone un peligro para el ciudadano. «Todos esos cientos de litros de gasolina en una guardería al lado de las casas. Hasta que no explote y haya una desgracia como la que hubo de nuestros compañeros... no se hará nada», lamenta.

Pero, además, se pide, poder tener una mayor contundencia de estrategia. De táctica. De las conocidas en el 'argot' como normas de enfrentamiento. Es decir, poder combatir con más cobertura de protocolos de actuación y dureza a estos delincuentes. «Nos estamos enfrentando a muchos riesgos y la ciudadanía también».

Así que, desde AUGC se considera que «no todo son medios materiales» -«que también se necesitan»- sino que es urgente «un respaldo en todos los sentidos». «En cuanto a los medios, ellos siempre van a tener más y mejores que nosotros, tienen mucho dinero... eso es así... Por tanto, es frenarlos como se debe y con las herramientas que existen para ello». Como la ley y el Estado de Derecho.

O que, por ejemplo, esos medios incautados reviertan de alguna manera en esa misma batalla. «No puede ser que se incauten esas embarcaciones y luego salgan los motores a subasta y los compren hasta ellos mismos». Precisamente, desde el Servicio Marítimo son repetidas las veces que se han demandado nuevas embarcaciones. Patrulleras que cumplan con todas las garantías y medidas de seguridad establecidas y que nunca supongan mayor riesgo del que ya existe. Y están asumiendo.

Patrulleras y recuperación de OCON Sur

Por su parte, desde la Asociación Profesional Justicia para la Guardia Civil (JUCIL) recuerdan que llevan « varios años alertando de esta situación. Es un problema que va desde nuestras costas a tierra adentro, con todo lo que supone en términos de aumento de criminalidad. Consideramos que es urgente un plan para dotar al Servicio Marítimo de medios adecuados que incluya la reposición inmediata de naves aptas para persecuciones de alta intensidad y con capacidad para maniobras exigentes».

También consideran «crucial la recuperación del OCON SUR y la creación de nuevos grupos de GRS (grupos rurales de seguridad).

Además, coinciden en la necesidad de que se apruebe en el Congreso la tipificación de la actividad de transporte de combustible de los petaqueros, y que se declare para Cádiz-Algeciras la Zona de Especial Singularidad, ya que es una zona que «aúna inmigración, contrabando, frontera y elevado turismo».

«Lo que ha pasado ahora es que el temporal ha hecho visible este problema acuciante», afirman. «Y es que no pueden estar en alta mar. Así que se acercan a los puertos y acceden al río para refugiarse», comentan desde JUCIL. Además, y por último alertan que la situación de Cádiz se está repitiendo en otros puntos de Andalucía como Huelva o Almería, lejos de atenuarse. Una travesía de estos narcotraficantes que va ya desde el Estrecho y se extiende y esparce por todo el litoral andaluz.

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