narcotráfico
Así es la narcoacampada en aguas de Cádiz: lanchas de tres motores, pendientes de carga y mucho paseo
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El temporal acerca a pocas millas de la costa a estas 'gomas' y a sus tripulantes. La mayoría van vacías, a la espera de ir a Marruecos y poder entrar a alijar
Durante más de 48 horas se les ha podido ver por Barbate, Conil, Sanlúcar y toda la ribera del Guadalquivir
Vídeo: Narcolanchas salen a la vista de todos del río Guadalquivir tras refugiarse por el temporal
Las narcolanchas se apostan en Barbate por segundo día y llegan más, hacia las 48 horas al descubierto: «¡No ha cambiado nada!»
Las imágenes hablan por sí mismas. Y cuanta mayor nitidez, más se ve el descaro absoluto. Durante más de 48 horas decenas de lanchas de las que sirven para traficar con droga han estado mostrándose sin pudor alguno por casi todo el litoral gaditano. Desde el Estrecho, pasando por la Janda (Barbate, Conil...), la Bahía y hasta Sanlúcar. Y desde allí, por la desembocadura del río hacia Sevilla. Incluso hasta la capital.
Las fotos y vídeos que llegan de estos 'paseos' se repiten. Cualquiera puede ser testigo de esta presencia si se acerca a los puntos donde se encuentran. Como ocurre por toda la ribera del estuario de forma frecuente pero, en estos días, más repartidos por otros lugares para refugiarse de la mala mar, tal y como ocurrió hace un año y que desembocó trágicamente en la muerte de dos guardias civiles.
En dichas imágenes se observa claramente cómo son estas semirrígidas, cuyo uso y navegación se prohíbe por ley desde 2018. Nada de recreativas o petaqueras de logística para el combustible, sino embarcaciones de las grandes, de alta velocidad de unos catorce metros de eslora, con tres motores, antenas wifi y GPS y en la que viajan de tres a cuatro tripulantes. Mismas características que las que se abarloaron en el puerto de Barbate el 9 de febrero y que se siguen paseando por toda la costa de Cádiz listas para realizar los alijos de hachís o cocaína cada día y a cualquier hora.
En este caso se observan que van vacías. No llevan ni paquetes de droga ni tampoco garrafas de combustible. Simplemente se mueven buscando unas corrientes más tranquilas donde permanecer hasta poder volver mar adentro como, seguramente, y una vez pasado el temporal, habrán hecho. Allí esperarán a unas millas más lejanas al pairo hasta que les den la orden para ir hacia Marruecos, coger la mercancía y volver a hacer el mismo trayecto de siempre. Salir y entrar. Entrar y salir.
