Costas

El exceso de velocidad de las motos de agua provoca las quejas de los bañistas

cádiz

La alta demanda de estos medios de transporte marítimos y su uso indebido en algunas ocasiones genera controversia en las playas de Cádiz

Las motos de agua son un reclamo turístico en la costa gaditana. L.V.

Álvaro Mogollo

Cádiz

Las motos de agua son un atractivo que goza de muchos adeptos entre los visitantes que vienen a la provincia de Cádiz. Grupos de amigos suelen alquilarlas para pasar un día de diversión surcando el litoral gaditano a lomo de estos vehículos.

Las características de este medio de transporte náutico, ligeros y muy rápidos, están generando algunos inconvenientes durante los días de mayor afluencia en las playas, especialmente con otras embarcaciones que salen a navegar y algún bañista.

Hasta el momento no existe ninguna regulación respecto al límite de velocidad, únicamente en zonas portuarias y el canal de acceso al mar, por lo que en altamar suelen acelerar para desplazarse por diferentes puntos de la costa y disfrutar de una experiencia en la que la se da rienda suelta a la adrenalina.

Los especialistas en la materia aseguran que una de los principales problemas es pensar que la conducción de las motos de agua es igual que la de los ciclomotores, sin tener en cuenta los factores propios del mar como el oleaje y esto puede jugar malas pasadas a quien no tiene la suficiente experiencia.

El alquiler de estas motos no requiere estar en posesión de ningún título formativo para pilotarlas ni es necesario recibir lecciones previas, algo que no convence a la mayoría de patrones. Borja Gómez, de Sanlúcar, explica su punto de vista: «Creemos que hace falta una formación mínima porque cualquiera no puede conducirlas».

«El otro día, en el pantalán de Chipiona había varios jóvenes en motos de agua, que entiendo que eran alquiladas porque todos iban equipados de la misma forma, y no es que fuesen rápidos, pero era evidente que estaban muy despistados», comenta.

Javier, habitual usuario de La Caleta, comenta que ha visto varias en la famosa playa gaditana pero no le constan problemas por su uso. Respecto a la velocidad, cree que es inherente: «Están hechas para ir rápido y no debe haber problema mientras tengan cuidado al manejarlas».

Los empresarios del sector defienden que no se puede criminalizar la actividad por los riesgos que pueda suponer una mala praxis de algún conductor, mientras que estos alquileres complementan la oferta turística de los municipios costeros y generan economía.

Varias familias han denunciado que las motos de agua se acercan a la orilla a gran velocidad y generan situaciones peligrosas que podrían regularse de cara al futuro. Argumentan que normalmente las alquilan grupos de amigo que preparan jornadas festivas y creen que debería haber controles de alcoholemia como sucede con las embarcaciones.

En cualquier caso, pese a la ausencia de normativa específica, la Guardia Civil realiza controles para comprobar que no se producen conductas que puedan resultados perjudiciales y que los vehículos cuentan con la documentación exigida.

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