LABORAL

El Metal de Cádiz se prepara un año antes para negociar mejoras en su convenio

El marco laboral de este sector, uno de los de mayor mano de obra de la provincia, expira en diciembre de 2023

Su firma en noviembre de 2021 estuvo precedida de una huelga salvaje que forzó una importante subida salarial

Imagen de una de las cargas policiales tras la manifestación en noviembre del pasado año del sector del Metal A. Vázquez / F. JiméNEz

Javier Rodríguez

CÁDIZ

El sector del Metal de Cádiz ha convocado la Mesa de Negociación para iniciar el debate sobre el próximo convenio. El actual marco laboral expira el 31 de diciembre de 2023 y, desde UGT, por ejemplo, consideran que se debe tratar con antelación y tranquilidad los puntos de mejora del próximo texto que regulará a uno de los sectores con mayor mano de obra de la provincia: más de 25.000 trabajadores.

El objetivo de los sindicatos es que a principios de año «comencemos con la literatura; cabe recordar que en 2021 sólo se negoció la parte económica del convenio y hay puntos que tenemos y debemos modificar y no es solo lo económico, el convenio del Metal es un gran convenio en su conjunto y hay que seguir manteniéndolo». Los representantes de los trabajadores avanzan que la nueva negociación debe incluir actualización de las tablas salariales.

No hay que olvidar que la firma de este convenio en noviembre de 2021 tuvo como precedente dos semanas de huelga salvaje. Barricadas, piquetes y cargas policiales bastaron en noviembre de 2021 para firmar uno de los convenios clave del tejido laboral gaditano. La presión en la calle por parte de los huelguistas llevó a firmar un convenio que ahora puede pasar factura.

Esta semana se ha cumplido un año de aquella guerrilla urbana que mantuvo en jaque a la industria de la provincia. Empresas tractoras como Airbus, Navantia o Dragados Offshore, que gozan de un convenio colectivo propio, quedaron paralizadas por la huelga general convocada en el sector. Los sindicatos UGT y CC OO llamaron a la movilización en demanda de un «convenio digno» y con el ánimo de zanjar un año de bloqueo en su negociación. La Coordinadora de Trabajadores del Metal, una confluencia sindical que agrupa a las centrales minoritarias, se encargó de poner la guinda al pastel y de trasladar la calle una serie de protestas que terminaron en disturbios. Los piquetes se convirtieron en barricadas.

El acuerdo que suscribieron las partes incluye que la diferencia entre la inflación real de cada ejercicio (se prevé para 2022 un IPC del 8,5%) y la subida salarial acordada (un 2% anual) se consolide, en un 80%, en las tablas salariales. Asimismo, al final de la vigencia del convenio, si existiera diferencia entre las subidas totales y el IPC real de estos tres años, se incluirá también en las tablas salariales desde el 1 de enero de 2024. La patronal ha reconocido las dificultades para cumplir con este acuerdo en un momento de inflación y de incremento de los costes de producción.

Artículo solo para registrados

Lee gratis el contenido completo

Regístrate

Ver comentarios