La provincia de Cádiz esquiva las muertes por las altas temperaturas
Los médicos advierten de la necesidad de protegerse, sobre todo los colectivos más vulnerables: mayores, niños y personas con algunas patologías
Ninguna de las 360 muertes atribuibles a las altas temperaturas registradas en la ola de calor que ha vivido España en la última semana ha tenido lugar en la provincia de Cádiz. Así lo han confirmado fuentes de la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía a este periódico.
Cabe subrayar que la ministra de Sanidad, Carolina Darias, ha aclarado que este dato de 360 muertes debidas al calor realizado por el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) es una «estimación», y no «registros de defunción que darían la causa concreta de la muerte». Si bien es cierto que Darias ha hecho un llamamiento a los ciudadanos a «seguir las recomendaciones sanitarias» ante el calor, protegiéndose de las altas temperaturas «evitando esfuerzos», especialmente en personas vulnerables como niños, mayores o con patologías. «Hago una llamada a seguir protegiéndonos de esta intensa ola de calor», ha apostillado
Y es que, aunque este lunes y martes las altas temperaturas están dando un respiro, el miércoles volverán a subir los termómetros. Desde el punto de vista sanitario, Antonio Fernández Natera, médico y director de la Unidad de Gestión Clínica del SUAP (servicio de Urgencias de Atención Primaria) del Distrito Sanitario Bahía de Cádiz-La Janda, ha asegurado a este periódico que la «mayor frecuentación» de la atención sanitaria en la provincia se está dando por el incremento de población que vive Cádiz en verano y no debido a la ola de calor.
En el distrito sanitario Bahía de Cádiz-La Janda se suelen atender en todo el verano a dos o tres personas por golpe de calor. «Sí se ven más pacientes, sobre todo mayores y dependientes, a los que con el calor se les descontrolan un poco sus patologías de base, pero no es un golpe de calor como tal», subraya el médico. Ya que las altas temperaturas, si no hay una hidratación adecuada y una protección suficiente, «pueden conllevar desequilibrios y agudización de patologías como es el caso de la insuficiencia real o las patologías cardiovasculares», detalla el doctor Fernández Natera.
Mucha hidratación
Por su parte, Mari Carmen, farmacéutica en Puerto Real, señala que «hasta el momento no ha llegado nadie a la farmacia pidiendo algún tipo de suero por falta de hidratación», y reconoce que «no es habitual que alguien entre por la puerta y te diga que está deshidratado y que necesita algún producto».
Sí se piden productos hidratantes, pero para la piel. «Esto ya es más habitual. La gente va a la playa y se quema con facilidad, no suele usar cremas, y sí piden cremas hidratantes».
No obstante, en caso de deshidratación aconseja «los sueros de rehidratación oral» ya que «ayuda a compensar las pérdidas de agua y sales que perdemos cuando hacemos deporte o estamos mucho tiempo expuestos al sol».
Por otro lado, la ola de calor también afecta a los deportistas. Muchos de ellos tienen la fortuna de poder entrenar bajo techo, con aire acondicionado y sin apenas notar los 35ºC que puede marcar el mercurio en las horas más críticas. Otros no tienen esa suerte y deben entrenar a plena luz del sol. Es el caso de Alberto, atleta semi-profesional. «Tengo que salir muy temprano, sobre las siete y media de la mañana o las ocho como muy tarde».
«Yo suelo entrenar durante una hora y media, entonces tengo dos opciones, o salgo a correr y hacer mis ejercicios a primera hora, o espero prácticamente a que se haga de noche», asegura.
Afirma que «el verano es la peor época del año para entrenar, los deportistas lo sufrimos muchísimo. Yo habitualmente puedo beber una botella de litro y medio de agua mientras entreno, pero ahora no bajo de las dos botellas».
Medidas y grupos de riesgo
Los profesionales médicos y la Consejería de Salud y Familias recuerdan la importancia de adoptar medidas preventivas y protectoras frente al calor en la población en general, aunque especialmente en los mayores de 65 años; las personas dependientes en su vida diaria con alteraciones de memoria, de comportamiento u orientación; las personas con enfermedades crónicas (diabetes, obesidad, problemas cardiovasculares, respiratorios); las que toman medicación como diuréticos, antihipertensores, antidepresivos; las personas con fiebre o patologías agudas, que hayan manifestado dificultad de adaptación al calor; los bebés lactantes y los menores de 5 años.
Como medidas principales los médicos recomiendan evitar una exposición directa al sol; salir con protección (ropa ligera, sombrero y crema solar); ventilar las estancias; cerrar ventanas, mantener un buen nivel de hidratación; beber aunque no se tenga sed; tomar frutas y verduras; y moderar el esfuerzo físico en las horas de más calor.
Además, desde Salud y Familias se insta a la ciudadanía a extremar estas medidas en el caso de los bebés y menores de 4 años. De hecho, no se recomienda la exposición directa al sol de bebés menores de 6 meses. Se hace especial hincapié en las recomendaciones para un colectivo muy vulnerable como son los niños y las niñas como, por ejemplo, que se evite que los niños pequeños estén expuestos al sol entre las 11 de la mañana y las 6 de la tarde. Y cuando vayan a salir, que lo hagan con la debida protección, como gorras, gafas, parasoles, protección solar del 30 o más (aplicándolo cada dos horas y después de cada baño) y que beban líquidos con frecuencia, aunque no tengan sed.
Por otro lado, destaca la consejería que «las personas mayores son también más sensibles al exceso de calor en el ambiente porque producen menos sudor que una persona más joven, su capacidad para regular la temperatura es menor, su temperatura corporal puede subir más deprisa y se adaptan peor a las altas temperaturas, la piel es más fina y es más sensible a los rayos del sol. Además, las enfermedades crónicas pueden agravar los efectos del calor, y las personas con problemas de memoria, de comportamiento o dificultad para orientarse no son capaces de poner remedio a necesidades tan básicas como la sed, o la sensación de calor excesivo».
Las recomendaciones, para la población en general y para estas personas en particular, ante las altas temperaturas son evitar las salidas y las actividades en las horas de más calor y más aún las actividades físicas como el deporte, la jardinería, el bricolaje, etc. Al salir a la calle, procurar estar a la sombra, llevar la cabeza protegida, vestidos ligeros y amplios, de color claro, y una botella de agua consigo. También se aconseja cerrar las ventanas y cortinas en las fachadas expuestas al sol, manteniendo las ventanas cerradas mientras la temperatura de la calle sea mayor que la de su casa.
Respecto a la bebida y la comida, se recomienda ingerir líquidos lo más posible, incluso sin sed. Teniendo en cuenta que «la mejor bebida es el agua, no demasiado fría. Los zumos de fruta, la leche, o sopas frías como el gazpacho ayudan a estar bien hidratados. También es recomendable evitar el consumo de bebidas alcohólicas, y de bebidas excitantes como el té o el café. A la hora de comer, preferentemente fruta y verdura, fraccionando las comidas a lo largo del día y en cantidades moderadas, y evitando las comidas calientes, pesadas y copiosas».
Para disminuir los efectos del calor sobre el sueño, se aconseja establecer un horario regular y dormir una siesta no superior a 30-45 minutos. Así como cenar de forma ligera, esperando dos o tres horas antes de meterse a la cama, no consumir alcohol, cafeína ni otros excitantes antes de ir a la cama y huir de interferencias exteriores, como el ruido. Todo ello manteniendo las habitaciones frescas y usando el aire acondicionado. Si no dispone del mismo, los expertos recomiendan una ducha con agua tibia, no fría.
Síntomas y cómo actuar ante un golpe de calor
¿Y cómo saber si usted o alguien que está cerca suyo está sufriendo deshidratación? Algunos de los signos de alarma: piel y boca secas, ojos hundidos y disminución de la emisión de orina. Así como otros síntomas: aturdimiento, pérdida de conciencia, convulsiones, insomnio y agitación nocturna inhabitual, calambres musculares en brazos, piernas y abdomen, rápida elevación de la temperatura corporal, fiebre elevada, debilidad, cansancio, fuertes dolores de cabeza, náuseas, piel caliente, roja y seca y sed intensa.
Esto se agrava con el golpe de calor: la piel, además de estar seca, se siente caliente y enrojecida, hay un cese de la sudoración, con fatiga, e incluso se pueden detectar vómitos, dificultad respiratoria, taquicardia e inconsciencia.
Ante estas situaciones, desde la Consejería de Salud y Familias se recomienda que, «en caso de síntomas de deshidratación, se administre agua o soluciones glucosalinas por la boca siempre que la persona esté consciente, situarlo en un lugar fresco y ventilado y si se presentan vómitos u otros síntomas asociados se aconseja solicitar asistencia sanitaria». Mucho cuidado y a protegerse para evitar sustos los próximos días en los que la ola de calor azota toda España.