narcotráfico
Las mafias de la cocaína se instalan en el Guadalquivir como ocurrió en Galicia
La intervención de 19 toneladas de esta droga que iba a ser pasada en lanchas por esta ruta en tan solo un mes vuelve a confirmar la llegada de estos clanes sudamericanos al río
Colombianos y mexicanos se fijan en la desembocadura asociándose con redes locales para utilizar su logística como ocurrió en tierras gallegas
Detectan la presencia de cárteles mexicanos de la droga en Cádiz
La ruta del Guadalquivir se confirma como una potente vía de entrada de toneladas de cocaína en narcolanchas
Hay que tan solo fijarse en lo que ocurrió en otros lugares antes para poder prever situaciones que están a punto de cambiar las tornas en zonas que, aunque distantes, pueden ser la puerta de un mismo objetivo. La situación del narcotráfico en la desembocadura del Guadalquivir está cambiando. Que se pase droga por el río hacia la Península no es nada nuevo. Cierto. Hay grandes 'históricos' y una lucha de décadas. Pero sí hay determinadas maneras y nuevos modos que empiezan a afianzarse y que agrandan y están haciendo mucho más seria esta problemática delincuencial en este laberíntico estuario.
La 'coca' también va ahora en fardos en narcolanchas. Los mismos que se dedican al hachís están alternando el pase de esta droga con la del 'polvo blanco'. Da más dinero. Es más tentador y, encima, ahora, hay superproducción. Y si se une con que estas organizaciones aliadas son, en su mayoría, las que se trasladaron desde el Estrecho a la entrada por Sanlúcar para seguir moviendo los alijos ante una mayor presión policial, su poder de penetración y contactos también se ha dimensionado. Además, la rivalidad por el terreno con clanes locales les hace jugársela más y si es ampliando 'negocio', les sale más a cuenta.
Así, el trasiego de lanchas desde Chipiona, Sanlúcar, hasta Coria, Lora, la Puebla, Isla Mayor, Isla Mínima, el Brazo de la Torre... es persistente y permanente. A cualquier hora del día. Esta misma semana se comprobaba de nuevo. Este periódico publicaba un vídeo en el que se veían 'salir' del Guadalquivir, a la altura de Bonanza, a dos de estas potentes 'gomas' sin ningún tipo de reparo. Pero no habían sido las primeras. Durante la madrugada se pudo avistar otra quincena de ellas -mínimo-. Según las fuentes consultadas estas embarcaciones podrían haber estado refugiándose en los canales del estuario ante el mal temporal de mar que les impedía permanecer al pairo a millas de la costa como suelen hacer. Una vez que mejoró el tiempo y volvían a tener nuevos 'recados' salían todas una tras otra.
Esta misma circunstancia se dio cuando el pasado año en febrero decenas de 'gomas' se refugiaron en el puerto de Barbate donde, posteriormente, una de ellas arrolló a una patrullera causando la muerte de los dos guardias civiles.
Por tanto, la presencia y la forma de actuar de estas semirrígidas y sus tripulantes queda acreditada y también cómo permanecen. Así lo han venido expresando y advirtiendo los agentes que luchan contra el narcotráfico en la zona y que ven con «impotencia» lo que ocurre.
Pero es que, además, como decimos, estos grupos criminales han 'diversificado' el negocio. Las bandas que pasaban hachís en narcolanchas ahora también meten cocaína utilizando sus catorce/quince metros de eslora. Y a ellos se han unido otras que 'trabajan' solo esta droga y que han sido 'contratados' por clanes de narcos colombianos y mexicanos. Esta circunstancia también ha sido advertida en reiteradas ocasiones, tal y como ya contaba este periódico hace un año.
Aún así sigue tomando fuerza. «Se están asentando. Está ya muy claro, ¿no?», se nos avisa. Y volvemos al dato que puede ser quizá trasladado como lo más objetivo: En las últimas tres semanas se han interceptado casi 20 toneladas de cocaína que habían sido alijadas y permanecían en una 'guardería' de droga, y otros cientos de kilos que viajaban por mar para ser transportados desde el río hacia España y Europa. Una cantidad que jamás había sido aprehendida de esta manera.
Aliados y contratados
Redes colombianas y mexicanas y de otros países de Sudamérica han detectado que el canal de entrada de la desembocadura del río es otra opción como en su día lo fue y sigue siendo Galicia. Y para lograrlo cuentan con unos importantes aliados que son perfectos conocedores del terreno. Según indican algunas fuentes, estas organizaciones habrían entrado en contacto en los últimos tiempos con los líderes de clanes del Estrecho para poder utilizar su infraestructura de embarcaciones y demás logística a cambio de compartir ganancias. Y en otros casos se compran directamente los pedidos y cada uno los alija como puede.
De esta forma se ha podido comprobar en las diferentes operaciones que se han realizado y de las que se ha dado cuenta.
Como el pasado 27 de diciembre. La Guardia Civil incautaba en Coria del Río el mayor alijo de esta droga introducido en semirrígidas: siete toneladas que estaban enterradas en una finca a la espera de ser trasladadas. Según se informó, el operativo se realizó de madrugada, cuando los agentes detectaron dos 'gomas' que podrían ir cargadas. De esta forma se activó un dispositivo desplegando por la zona medios aéreos, marítimos y terrestres que hicieron un seguimiento de las embarcaciones. Así pudieron ver cómo varias personas descargaban una gran cantidad de fardos y los trasladaban a una finca colindante. La 'guardería' estaba siendo vigilada por otras personas que portabas «armas largas».
En la finca se localizaron dos zulos subterráneos que estaban hechos con contenedores marítimos. Estaban «adaptados específicamente para guardar la droga, tanto para su acceso como para su almacenamiento desde la parte superior. Junto a la detención de tres personas y la incautación de los fardos, la Guardia Civil aprehendió tres armas largas de fuego, incluyendo un fusil de asalto AK-47.
Se trató entonces ya del tercer gran decomiso de cocaína en narcolanchas en los últimos meses en Andalucía. El verano pasado, la Guardia Civil interceptaba otra en Barbate. En esa ocasión, fueron 22 fardos de esta droga con un peso total de aproximadamente 772 kilos los que pretendían meter por los acantilados de la Breña. Y más recientemente, entre las costas de Cádiz y Huelva se intervenía otra tonelada más de esta sustancia que otra organización intentaba también introducir con ayuda de otra narcolancha.
El 17 de este mismo mes se daba cuenta de otro importante operativo. Guardia Civil y Policía Nacional intervenían 2.883 kilos de cocaína y cuatro armas de guerra a un grupo de narcos que introducía el estupefaciente a través del río Guadalquivir. En la operación, bautizada como 'Colina King', eran detenidas cuatro personas que usaban una nave de La Puebla del Río para recepcionar y almacenar la sustancia antes de lanzarla hacia la Península. Al frente de esta red se sospecha que podían estar ciudadanos colombianos que contaban con apoyo de una red local.
La entrada al registro no fue fácil. Los agentes observaron en las vigilancias que fueron realizando cómo de la nave salía un individuo con un fusil de asalto -presumiblemente un kalashnikov- por lo que en el operativo se extremó la precaución. En el interior de la finca tenían más armamento. municionado y listo para ser utilizado. Así protegían los 131 fardos incautados.
Y, por último, esta semana también se conocía que unidades militares francesas abordaban en alta mar un pesquero que trasladaba nueve toneladas de cocaína. Los agentes galos hacían el abordaje el pasado día 10 y localizaban en la bodega del barco 250 fardos. A bordo de la embarcación iban cuatro personas. Tres ciudadanos colombianos (lugar de procedencia de la mercancía) y un español. Este español era el que les servía como enlace ya que procede de la zona de la desembocadura del Guadalquivir y los paquetes eran iguales a los interceptados en La Puebla del Río. Datos que vuelven a demostrar el vínculo que mantienen estas redes.
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