IX Congreso de la Lengua

Luis García Montero: «Todos nos hacemos en una lengua, es nuestra identidad, nuestra infancia»

García Montero destaca la importancia de los congresos de la lengua para, desde la diversidad, mantener viva la herramienta de comunicación de los hispanohablantes

Luis García Montero
Andrés G. Latorre

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Una semana queda para el gran día, para que todo lo esperado desde 2019 comience. Cádiz acogerá no el décimo, sino el noveno Congreso Internacional de la Lengua Española del 27 al 30 de marzo tras la suspensión de la cita en Arequipa. Uno de los protagonistas de la cita será el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero. Ha sido uno de los grandes defensores de que el Congreso, con independencia de su número, recalara en la que es una de sus patrias chicas. Su estado, ahora, es una mezcla de alivio, nervios y responsabilidad por abrir las puertas de su casa al español.

Queda una semana para el inicio oficial del Congreso. ¿Siente un poco de vértigo ante la proximidad del Congreso o ya es una sensación de alivio?

Las dos cosas a la vez. Vértigo por la sensación de responsabilidad y por cómo el Congreso se ha asumido con tanta urgencia. Y alivio porque todos los problemas se han ido solucionando y tenemos la certeza de que, con la calidad de los paneles y actividades, todo va a salir bien.

¿Qué expectativas tienen de cómo se va a desarrollar la cita?

Creo que los paneles tendrán una gran calidad académica y que se producirán debates interesantes. En este Congreso se va a debatir mucho sobre el mestizaje, sobre identidades abiertas que combaten al fanatismo y las identidades cerradas. Y de cómo la lengua es un buen método para este combate. Estos días tendremos más de mil personas discutiendo por la ciudad sobre los principales asuntos académicos y eso va a ser correspondido por Cádiz. Además, en el aspecto cultural, vemos que hay una calidad muy alta desde el primer concierto (con algunas de las principales figuras del flamenco) hasta el último, en el que confluirán las distintas lenguas oficiales del estado y que contará con Jorge Drexler.

En el aspecto académico, ¿cuáles son los temas más relevantes que se van a tratar?

Se tratarán las cuestiones teóricas que ya estaban marcadas para el programa de Arequipa (Perú), fundamentalmente las de la historia del español y de su conversación con otras lenguas. Además, se van a discutir distintos problemas que tienen que ver con las variedades sintácticas del español. Pero se han añadido otros temas que tienen que ver con el lugar del congreso, como el diálogo entre España y el norte de África y los movimientos migratorios (sobre todo, Marruecos y Argelia). Y se va a tratar lo que supuso la Constitución de 1812 en el español, ya que ésta defendía el idioma que se hablaba en ambos hemisferios.

«Cádiz es vista desde América como uno de los núcleos de ese español de ida y vuelta y se reconoce su papel como cuna del constitucionalismo»

Llama la atención que, pese a la imagen que se tiene de la lengua como algo lejano, se produzcan debates tan enconados como con la tilde de 'sólo'.

Tiene sentido, porque todos nos hacemos en una lengua. Nuestra lengua es parte de nuestra infancia y de nuestra identidad, por eso nos afecta tanto cuando la tocan, como cuando en los chistes se identificaba el habla andaluza con la falta de cultura. Y por eso ha tenido tanta repercusión la discusión de la tilde en 'sólo' aunque, hay que reconocerlo, aquí ha habido bastante de humor. La tilde de solo es una cosa menor, pero da cuenta de que ese tipo de decisiones sirve para custodiar la unidad del idioma.

Ha existido cierto debate en la ciudad sobre la conveniencia de reivindicar los términos andaluces y gaditanos en el Congreso. ¿Ha sido una novedad respecto a otras citas ese intento de recuperar las variedades propias del idioma?

No, con distinto tonos, es un debate que siempre surge. Por ejemplo, en Argentina se ahondó en si a nuestra lengua habría que llamarla castellano (como ellos defendían) o español. Con la lengua siempre hay un intento de despojarla de cualquier rastro de herencia imperialista. Es un debate antiguo. Ya Andrés Bello (1781-1865), que era un estudiosos del castellano e independentista, pedía respeto para las distintas maneras de hablar en toda América, pero sin olvidar esa unidad. Y creo que está bien reivindicar esa libertad maternal que nos une en la identidad, pero sabiendo que cada lugar dará sus matices propios. Puedo hablar y comprender perfectamente el español y el uso de palabras como 'bastinazo', 'fueraparte' o 'desavío' no será un problema.

¿Es fácil conjugar esa mezcla de diversidad y unidad?

Es un tema importante a tratar y, ahí, yo me solidarizo con los filólogos. El gran milagro que ha conseguido el español es tener claro que hay que respetar la diversidad manteniendo la unidad. Como ejemplo de esto, estuve hace poco en Portugal y me preguntaron si un libro que hubiera escrito, por ejemplo, Vargas Llosa en Perú debía traducirse al español de España porque ellos lo estaban haciendo con algunos libros publicados en Brasil, dado que la distancia idiomática entre ambos portugueses era cada vez mayor. El español ha respetado la diversidad, que no nos sintamos ridículos hablando en andaluz o en porteño. Tenemos claro que el dueño de un idioma es su hablante.

Cádiz, cuna del liberalismo

Cuando ha hablado con compañeros, con académicos de la otra orilla del Atlántico, ¿qué le han dicho de la candidatura de Cádiz?

La opinión mayoritaria es que Cádiz ha respondido con generosidad para acoger el encuentro que se iba a celebrar en Arequipa cuando se determinó que allí era inviable. Y se agradece que haya retomado todo el trabajo que se estaba haciendo desde que se puso en marcha el IX Congreso. Claro que hay quien vincula Cádiz con el colonialismo, pero en seguida se reivindica su papel como cuna de los viajes idiomáticos de ida y vuelta y, desde luego, como ciudad del liberalismo y de la Constitución, donde se respeta la diversidad.

Como andaluz y como medio roteño, ver cómo la lengua se instala en casa debe ser un placer.

Es una satisfacción enorme y una gran responsabilidad. Va a ser importante para Cádiz. Tengo siempre la cosa de que en las organizaciones salen tensiones y problemas y uno tiene la tentación de responder. Pero estoy en casa, así que estoy tragándomelo todo para que esta edición sea un 'bastinazo'.

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