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Jerónimo Vicente Ruiz: «La Vía de la Plata es la gran desconocida»
El pasado 21 de abril comenzó en Cádiz su camino hacia Santiago de Compostela en bicicleta y narra su experiencia
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Apenas 10 días necesitó Jerónimo Vicente Ruiz para completar los más de 1.000 kilómetros entre la iglesia de Santiago de Cádiz y la plaza del Obradoiro. En bicicleta, eso sí, una gran opción para recorrer para los 'bicigrinos' que quieren completar rutas largas durante su viaje a Compostela.
Para Jerónimo «aquí la infraestructura, tanto de guías del camino, como de albergues, como de comida, deja mucho que desear. Ciertamente hay asociaciones como la Gaditana Jacobea 'Vía Augusta' que trabajan para poner en valor estos caminos que, desde mi punto de vista no tienen nada que envidiarle a los de arriba pero la infraestructura es pobre». Y es que el desconocimiento de estas rutas y su lejanía del punto final no ayudan. «Es un círculo vicioso que hay que romper, porque si no hay demasiado personas que realizan el caminos desde tan abajo, pues tampoco hay servicios y recursos y como no hay servicios ni recursos, la gente no lo hace desde tan abajo. Hay que empezar porque la administración, sobre todo en Andalucía y Extremadura, se tome en serio lo del Camino y comenzar a exportarlo».
Y es que la cultural del Camino está aún en fase de construcción en el sur peninsular. De hecho, según la experiencia reciente de Jerónimo «se empieza a notar la infraestructura para peregrinos pasado Puebla de Sanabria (Zamora), que es donde empieza la verdadera cultura del Camino (monolitos indicando la distancia a Santiago, más albergues y fondas…».
Pero, aunque a falta de infraestructura, la Vía Augusta y Vía de la Plata son una buena opción. «En su día hice también el Camino Francés, que empieza en Roncesvalles, pero ahora está muy transitado, no te da tiempo a estar solo, a encontrarte contigo mismo», apunta. Y añade que «todas las personas pueden hacer el Camino por las razones que quieran, pero es verdad que para poder llevarte una transformación es importante hacerlo en soledad y que aveces no te molesten».
Eso sí, dentro de la peregrinación a Santiago por la Vía de la Plata, hay bastante viajeros extranjeros: «me he encontrado muchos alemanes y muchos norteamericanos, que vienen porque en Estados Unidos es muy difícil encontrar una ruta de más de 1.000 kilómetros que esté totalmente abierta al público».
Un camino de contrastes
Una ruta que atraviesa la Península Ibérica sur-norte está llamada a estar llena de contrastes, tanto en el clima como en los paisajes. Jerónimo cuenta que durante su camino tuvo «gran calor en Sevilla y en salamanca me cogió una gota fría y lo pasé muy mal porque estaba nevando. Es un camino que a nivel ambiental, tiene muchos contrastes».
Igualmente, en el sur, los pueblos son más grandes pero están más separados en distancia, con lo que se pueden recorrer kilómetros sin tener una localidad cercana, mientras que en el norte los pueblos son más pequeños, pero se encuentran más cercanos. Por eso, con la experiencia del Camino reciente, Jerónimo cree que «En Andalucía y Extremadura las distancias se hacen más largas». Por este motivo cree que «no es una ruta para principiantes y es necesario conocer las dinámicas del Camino».
Pero la peregrinación tuvo su final con la llegada a la plaza del Obradoiro que «fue una gran emoción y agradecimiento a mi familia que me dio la oportunidad de hacerlos, a mis amigos a Manuel Barea, que me dio muy buenos consejos. Y te das cuenta de que los retos te los tienes que poner tú. Puedes hacer lo que quieras si lo visualizas antes y tienes ganas de hacerlo». En su caso, Jerónimo lo hizo solo porque «tenía ganas de estar tranquilo, reflexionar, parar en el trabajo. Y yo lo volvería a repetir».
Y concluye su experiencia, positiva en resumen, apuntando que «la Vía de la Plata es la gran desconocida» para los peregrinos que buscan realizar su particular camino para encontrarse con el Apóstol Santiago.