Semana Santa 2023

Magnífico y «corto» Viernes Santo en Jerez

Las cuatro hermandades completaron su estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral

Miguel Guerrero

Jerez

Con el estreno del Sábado Santo, el Viernes Santo se ha convertido en el día con menos cofradías, tan solo cuatro, pero estas son de un gusto exquisito, lo que no resta ni un ápice de majestuosidad a la jornada. No obstante, lo más probable es que se produzcan variaciones en la estructura de la Semana Santa de tal forma que en años venideros se incorporen a este día nuevas cofradías.

Aún con la estela de Esperanza con la que embriagó la dolorosa de la Yedra cada rincón de la plazuela y de Jerez, el Viernes Santo comenzó a teñirse de luto. Empezó por San Pedro, cuando salió a las estrechas calles de su barrio la hermandad de Loreto, la primera en rezar las preces en la Catedral en la tarde del Viernes Santo. La cofradía continúa asentándose. Cada año se vislumbra mejor el magnífico paso que está confeccionando la hermandad, que supone una tranquilidad ante la nostalgia de haberse desprendido del anterior, que ahora procesiona por las calles de Oviedo. El acompañamiento musical que estrenó hace unos años, el Coro de Capilla San Pedro Nolasco, volvió a favorecer el ambiente de solemnidad y espiritualidad durante el discurrir de la cofradía. La recogida de esta cofradía romántica con mucho gusto es para paladares con buen gusto.

Desde el barrio de Las Viñas, su hermandad alcanzó un año más el centro en una gesta de complicidad entre vecinos y cofradía. El imponente paso de misterio avanzaba con el Santísimo Cristo de la Exaltación surcando los cielos de Jerez. Tras el misterio, se escuchaban las campanitas, sonido que rompe el luto propio de la jornada. María Santísima de la Concepción Coronada se mecía bajo su palio, que estrenó el techo de palio entre otras partes y que ya se vislumbra como una joya. Entre los grandes momentos de su itinerario y de la Semana Santa entera, el paso por el puente de la Avenida de Arcos, enclave que en cada noche de Viernes Santo se convierte en puente entre la Vida y la Muerte y que, además, marca la vuelta a su barrio de Las Viñas.

En esta jornada del Viernes Santo se concentran numerosos grandes y tradicionales momentos de la Semana Mayor. Otro de ellos, el que protagoniza cada año la Virgen del Valle al salir de Tornería en plena plaza Rafael Rivero. Con los sones de su himno conmemorativo de la Coronación Canónica, recibía el palio de la flamenca del manto rojo una lluvia de pétalos, fervor y devoción. Adelantaba su llegada San Juan con las campanillas de su palma rizada. Y al inicio del cortejo, una de las grandes devociones de la ciudad. El Santísimo Cristo de la Expiración avanzaba con el compás más flamenco de sus horquillas. Ni Juanma Moreno, presidente de la Junta de Andalucía, quiso perderse la esencia de Jerez y estuvo presente en el saludo con la Yedra.

Cerró el Viernes Santo la dolorosa cumbre que reside en la Victoria, nombre de la iglesia que es preludio la celebración del día posterior. Pero antes de que se produzca, Jerez vivió el luto por la muerte de Cristo con el Señor del Descendimiento. La impresionante escenografía que tallara Ortega Bru conmovió un año más con su contundente y elegante andar. Aunque para elegancia, cómo llora sus lamentos Nuestra Madre y Señora de la Soledad bajo palio. En el clavo de sus manos caben los llantos, rezos y súplicas de Jerez entero.

Así las cosas, mientras se producían recogidas como la del Cristo y Las Viñas, la Virgen de la Soledad regalaba otro de los majestuosos instantes de la Semana Mayor cuando se marchaba bajo las jacarandas de la Porvera.

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