JEREZ

«Me entró miedo y dejé la droga ahí, nadie me dijo que lo hiciera», el acusado del caso de Juan Clavero niega la trama

TRIBUNALES

Versiones completamente opuestas en el primer día del juicio a los detenidos por haber intentado presuntamente tender una trampa al ecologista poniéndole cocaína en su furgoneta

Mientras que los cuatro procesados aseguran que no fue una argucia de la propiedad de la finca sobre la que denunciaba el ecologista, Clavero insiste ante el tribunal esa conspiración contra él: «El objetivo era destruirme, fue horrible», testifica emocionado

La Audiencia sólo los juzgará finalmente por uno de los delitos al admitir la «indefensión» por unas acusaciones «sorpresivas». No se les podrá condenar ya por organización criminal ni por detención ilegal, sólo por denuncia falsa o simulación del delito

Concentración de apoyo de los ecologistas a Juan Clavero antes del juicio

Los cuatro procesados, en el banquillo de los acusados durante el juicio celebrado en la sección jerezana de la Audiencia de Cádiz. VÍDEO: Clavero responde a los medios antes del juicio. antonio vázquez
María Almagro

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Fue o no fue una trama. Una conspiración entre varias personas para intentar asustar, callar o ensuciar la figura del conocido y comprometido ecologista Juan Clavero en su lucha contra la usurpación de los caminos públicos y vías pecuarias por la Sierra de Cádiz. En eso se basa fundamentalmente el juicio que este martes comenzaba en la Sección Octava de la Audiencia de Cádiz, con sede en Jerez, y que ha sentado en el banquillo a los cuatro acusados de haber participado -de una u otra forma- en esta trampa metiéndole cocaína en la furgoneta al activista y avisando a la Guardia Civil para que lo detuvieran por tráfico de drogas como así ocurrió el 26 de agosto de 2017. Clavero fue arrestado, engrilletado por los agentes y pasó una noche en los calabozos. Después lo llevaron ante el juez quien lo puso en libertad sin medidas cautelares y a la semana archivó la causa en su contra.

Sin embargo, esta acusación, ese hecho, había ocurrido. Agentes del acuartelamiento de Ubrique encontraron 47 gramos de cocaína en el vehículo del fundador y miembro de Ecologistas en Acción. ¿Qué había pasado o qué pasó realmente aquella mañana en la excursión que Juan Clavero junto a otras tres personas estaba realizando por el Camino del Espino?, ¿de quién era esa droga y por qué estaba ahí?, ¿respondió todo a una 'vendetta' de los propietarios de la finca privada por donde pasaban esos caminos públicos y cuyo cierre denunciaban los ecologistas? ¿o no?

Han tenido que pasar dos suspensiones de esta vista y siete años para que finalmente este martes se hayan sentado en el banquillo las cuatro personas que están acusadas de haber tendido presuntamente una trampa a Juan Clavero metiéndole droga en su furgoneta, tal y como sostiene la investigación que realizó la Guardia Civil y por las que se les detuvo. Y también, la tesis de la Fiscalía. Por contra, los procesados niegan tales hechos. Sólo uno de ellos, el que les acompañó en la excursión, admite que la cocaína era suya pero que la puso en el coche del ecologista por miedo a que los agentes se la pillaran. Así lo ha declarado este martes.

La vista comenzaba con una concentración a la puerta de la Audiencia de una treintena de personas en apoyo a Juan Clavero. Los manifestantes portaban pancartas a favor de la defensa de los caminos públicos y aseguraban que todo lo que ocurrió fue una 'caza' hacia su fundador. Las sospechas se dirigieron hacia miembros de la Sociedad Breña del Agua Investments S.L., la mayor propietaria de fincas en el parque natural y que ya habían provocado algunos incidentes. Al frente de esta sociedad está el magnate belga Marnix Galle, quien no ha sido en ningún momento procesado, aunque sí su empresa por responsabilidad civil subsidiaria.

Declaraciones

Una vez empezaba ya en sala el juicio los primeros en declarar eran los imputados para los que el Ministerio Fiscal pide un año y medio de cárcel, multa de 12.000 euros y una indemnización solidaria de 20.000 euros a Clavero por daños morales. Finalmente y tras un receso, el tribunal, presidido por la magistrada Lourdes Marín, acordaba admitir la alegación hecha en cuestiones previas por algunas de las defensas.

Los letrados mantenían que no se les podía juzgar por todos los delitos que pide la acusación. Según explicaban los de pertenencia a organización criminal y a la detención ilegal se añadieron «de forma sorpresiva» en los escritos de calificación de forma posterior al auto de incoación a procedimiento abreviado por lo que -añadían- no pudieron recurrir ni defenderse de ello, ni acudir a las pruebas supuestamente acreditadas para tales hechos. Por tanto, en este juicio sólo se juzgará a los procesados finalmente por un delito de denuncia falsa o por simulación del delito, según lo que se considere una vez se celebre el plenario. Se seguirá así la acusación planteada por la Fiscalía.

El primero en declarar fue Manuel Alcaide, quien supuestamente puso la droga en el coche de Clavero. Él, como el resto de acusados, sólo quiso contestar a preguntas de su defensa. Según contó al tribunal José Miguel Herrera -entonces responsable gerente de la finca- le había contratado para trabajar en el campo y aquel día se unió a la excursión de los ecologistas para decirles «el camino que tenían que coger». Tras admitir que era adicto al consumo de estupefacientes confesó que la cocaína encontrada era suya. «Yo llevaba esa droga y al escuchar que iba a venir la Guardia Civil me entró miedo y la dejé ahí, nadie me dijo que lo hiciera», afirmó. «Nadie sabía que yo consumía». Además aseguró que antes de irse avisó a Herrera de que había dejado «eso ahí en una bolsa blanca» pero que no alertó a la Guardia Civil ni recibió ninguna orden.

Tras él declaró Óscar González, quien, como relató, había sido despedido como capataz de la finca el día de antes a los hechos debido a algunos problemas personales. Negó que avisara de nada y que tan solo acudió a la venta donde fueron vistos el gerente junto al nuevo capataz reunidos para llevarles unas llaves.

Por su parte, José Manuel Herrera sí dio más detalles, también a preguntas solo de su defensa. Explicó que era el responsable de la finca propiedad de Breña del Agua Investments S.L. por un acuerdo con el dueño belga para cuatro años tras la compra su familia y que estaba a punto de expirar. Aseguró que se enteró de la «marcha» por redes sociales y que «en ciertas ocasiones» habían sido «tumultuosas» por lo que avisó a la empresa de seguridad que tenían contratada además de al cabo del Seprona por si hubiera algún «incidente». Aunque -dijo-, la zona de Arroyo del Moro por la que iban a pasar o inspeccionar «no era objeto de litigio».

Así, al enterarse, «metieron» en el grupo a alguien para que les fuera diciendo por donde iban. Ese fue Manuel Alcaide con el que contactó a través de su anterior capataz. Y, como explicó, éste sí les fue dando información por teléfono sobre lo que hacían. «Y en un momento dado Alcaide me dijo que había una bolsa con droga». De esta forma Herrera aseguró que se quedó «esperando» a la Guardia Civil en una venta cercana para contarle lo ocurrido. «A la media hora llegó el cabo y le dije que tenía un inflirtrado que decía que había droga». «Yo de todo esto no he tenido ningún beneficio sino solo perjuicios enormes», concluyó.

Por último, el siguiente capataz declaró que también estuvo pendiente de los ecologistas en su labor de cuidado de la finca y para que no corrieran peligro por los animales bravos que había. «No tengo nada en contra de Juan Clavero».

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