TRIBUNALES 'caso juan clavero'
«La droga está debajo del asiento. Borra este mensaje», el SMS del encargado de la finca a un guardia civil sobre la cocaína en el coche de Clavero
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Los agentes declaran en el juicio sobre la supuesta denuncia falsa hacia el ecologista que recibieron informaciones previas a la detención
El COS, el servicio de avisos de la Benemérita, tuvo además una llamada anónima que se localizó en la cabina que estaba al lado del restaurante donde se reunieron tres de los procesados
«Me entró miedo y dejé la droga ahí, nadie me dijo que lo hiciera», el acusado del caso de Juan Clavero niega la trama
Segunda y última sesión del juicio que se celebra en la sede jerezana de la Audiencia de Cádiz contra los cuatro acusados de haber metido una bolsa con cocaína en la furgoneta del ecologista Juan Clavero para que fuera detenido e imputado por tráfico de drogas. Se les procesa por haberse presuntamente orquestado para 'acabar' con el activista por las insistentes campañas que éste realizaba junto a miembros de su colectivo sobre la apertura de los caminos públicos y vías pecuarias que estaban en terrenos privados. Estas cuatro personas tenían en común que trabajaban para la misma empresa, Breña del Agua S.L., una sociedad de un magnate belga, propietaria de las mayores fincas situada en la Sierra de Grazalema y sobre la que Clavero había presentado ya varias quejas y concentraciones por supuesta usurpación.
Si en la sesión de inicio se escuchó la versión de los acusados y también del propio Juan Clavero sobre lo ocurrido, este miércoles la palabra la han tenido los guardias civiles que participaron de estos hechos; tanto el mismo día cuando lo interceptaron, o los posteriores cuando realizaron la investigación sobre esta causa que se les encomendó.
De todas estas declaraciones ante el tribunal, destacaba la que ha dado el cabo primero del Seprona que fue, como así ha relatado, el que tuvo contacto con algunos de los procesados aquel 26 de agosto de 2017. A preguntas del fiscal el agente ha hecho un escrupuloso recorrido. Así, indicó que el día de antes recibió una llamada telefónica de José Manuel Herrera, el encargado de la finca, para «prevenirle» de que los ecologistas iban a hacer una marcha por su zona. «Le dije que el guarda estuviera pendiente y si entraban en caminos privados que nos avisara». Ese fue un primer contacto, explicó. Ya al día siguiente, se citaron en el Restaurante Calvillo de El Bosque ya que Herrera tenía «algo» que contarle. Fue entonces cuando le comentó que llevaban a un 'inflirtrado' en la marcha, Alcaide, (el acusado de colocar presuntamente la cocaína) y que, éste le había dicho que «había visto como Clavero ocultaba una bolsa de droga». «Dijo polvo blanco», aseguró.
De esta forma el cabo informó a su superior y al COS -centro de avisos de Guardia Civil- para que se enviaran patrullas de apoyo de Prado del Rey y parar la furgoneta. El agente se marchó para el dispositivo y, como contó, fue recibiendo nuevos mensajes del encargado. «Van para ti en dos minutos», le llegó a especificar. Ya una vez que los guardias civiles pararon el coche hicieron el registro.
Según relató este agente -coincidiendo también con lo declarado por los patrulleros que realizaron dicha inspección- en un primer momento no encontraron nada entre los sacos de tierra y otros objetos que Clavero tenía en el vehículo. El cabo, apartado de los otros guardias, llamó de nuevo a Herrera para comentarle que allí no había nada. «Espera un momento», me dijo. «En dos minutos me envió un sms: 'La droga está debajo del asiento. Borra este mensaje'», le puso.
Al encontrar la sustancia, el ecologista «se quedó muy sorprendido» y se le detuvo «porque la cantidad superaba la sanción». «No hubo falta ni pesarla». Fueron 47 gramos, «divididos perfectamente en papelinas». «Durante el atestado sí nos dijo que eso no era suyo y aceptó el registro voluntario en su casa». A preguntas de por qué esos sms no figuraron en el atestado inicial, el agente afirmó que se limitaron a poner una llamada anónima que entró en el COS para no 'señalar' al que consideraron entonces como un informante.
La llamada anónima desde la cabina
Precisamente, esa llamada desde la cabina, qué y cómo se produjo, fue otro de los asuntos que centró también este último día de vista y, al mismo tiempo, la investigación sobre la posible denuncia falsa. Sobre ella se extendieron más a preguntas de las partes los responsables de las diligencias. Por su parte, el entonces capitán de Policía Judicial de la Comandancia de Cádiz aseguró que la investigación se focalizó en identificar a las personas que habían podido tender la supuesta 'trampa'. En un primer momento contaron con los testimonios de los testigos (los de la marcha y los entonces procesados), y con las grabaciones que obtuvieron.
Entre ellas, las que se sacaron de las cámaras del restaurante y de dos sucursales bancarias que estaban en la plaza donde se situaba una cabina. Desde dicho teléfono se había hecho una llamada anónima al COS con una voz masculina avisando de que una furgoneta que iba dirección al Coto de Bornos -por cierto, de fiestas- llevaba droga.
El capitán y el secretario de las actuaciones explicaron que pudieron identificar «indiciariamente» a las tres personas que se habían reunido ya que sus rostros exactos no se podían ver con nitidez pero que, una de ellas, coincidía en la indumentaria con quien se levantó y ausentó a hacer la llamada. «Le hicieron el gesto de darle unas monedas». Además también se grabó el coche que se utilizó que, como indicaron, era propiedad de la empresa señalada.
Por otro lado, destacaron la declaración de una testigo, trabajadora de un bar de El Bosque que reconoció a Manuel Alcaide como la persona que supuestamente se inflirtró con los ecologistas y metió la droga como «un muy buen amigo» de otro de los procesados, uno de los capataces.
Por su parte, algunas de las defensas pusieron en duda los tiempos de la secuencia y las posibles coincidencias, algo que fue rebatido por los instructores que señalaron que hicieron todas las diligencias que les fueron autorizadas judicialmente.
Además de las declaraciones de los guardias civiles, las defensas y acusaciones tenían que emitir sus conclusiones e informes y de esta forma la causa quedaba vista para sentencia.