Narcotráfico en cádiz

Resignación y pesar en un Barbate hastiado por el foco del narcotráfico

La declaración de Karim, el presunto autor del atropello mortal de dos guardias civiles en Barbate, se desarrolla sin sobresaltos en un día como cualquier otro

Karim El Baqqali reconoce que era el piloto de la narcolancha que mató a los dos guardias civiles en Barbate

Paqui, madre del agente fallecido Miguel Ángel González, tras las palabras de Karim El Baqqali: «Ni perdono ni olvido»

Medios en las puertas del juzgado barbateño. Francis Jiménez
Álvaro Mogollo

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«¿Qué vais a hacer hoy de comer?», pregunta casi sin esperar respuesta una mujer a sus tres acompañantes mientras apura un café en un bar cercano al Juzgado de Instrucción número 1 de Barbate.

Aunque la actividad es frenética a pocos metros tras la detención de Karim El Baqqali la noche anterior, la mañana del viernes no aparenta nada diferente a cualquier otro día previo a un fin de semana de finales de verano.

La conmoción fue tremenda en las jornadas posteriores al 9 de febrero, cuando la localidad se convirtió en el epicentro informativo del país debido a un suceso que mostraba la más dura realidad del narcotráfico en Cádiz.

En las primeras horas del día, aunque el pueblo no olvida, la rutina manda y en la puerta de las dependencias judiciales se agolpan únicamente cámaras, fotógrafos, redactores y agentes de la Guardia Civil.

Muchos son los coches que aminoran la velocidad para ver qué se cuece allí y algún ocupante lanza un impotente improperio dirigido al presunto autor de la muerte de David Pérez y Miguel Ángel González.

Una vez que se va acercando el mediodía, algún curioso se aproxima a la zona. «Lo que no puede ser es que varios guardias civiles fueran en una lanchita de mierda y los narcos en un bicho de esos», dice uno de ellos.

Con la finalización de la declaración de Karim El Baqqali, la guardia informativa va decayendo y la calle va recuperando su normalidad, la de un verano en ocaso que ya ha dicho adiós a los muchos visitantes que vienen a disfrutar de las playas.

A eso aspira la mayoría, a la tranquilidad: «A ver si dejamos de salir en los medios de comunicación. Y si salimos, que sea por algo bueno, que falta hace en Barbate». El narcotráfico, eso sí, sigue ahí. Igual que sus consecuencias. Pero a muchos ya les cansa la presencia de su pueblo en los titulares.

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