Medina Sidonia
«Nuestro alfajor gigante no está en el libro Guinness porque no existe comparación»
El maestro pastelero Fermín Mesa, de Sobrina de Las Trejas, ha elaborado un dulce de 24 kilos, 110 centímetros de largo y 15 de diámetro que tiene fines solidarios
Es el mayor alfajor tradicional que se ha elaborado en un obrador de Medina... y del mundo. Sus dimensiones dan idea de la envergadura del dulce navideño: 24 kilos, 110 centímetros de largo y 15 de diámetro. Este postre no está en el libro Guinness de los Récord porque «no existe comparación», explica Fermín Mesa, maestro pastelero y responsable del descomunal alfajor que se podrá degustar el sábado 18 de noviembre en Medina Sidonia en una convocatoria que tiene fines solidarios.
La cita es en la plaza de abastos, en el centro del pueblo, y todo parece indicar que la repercusión de la convocatoria va a ser masiva: «Veremos si hemos hecho bien los cálculos o nos hemos quedado cortos», señala divertido el repostero que quiere dejar claro que habrá alfajores para todos porque han preparado también otros dulces de tamaño ligeramente más modesto (hablamos de medio kilo por alfajor) que también se repartirán troceados a cambio de un donativo si la demanda es mayor de la prevista. «Esperemos que sí porque sería una alegría».
Mesa es la quinta generación del obrador Sobrina de las Trejas: «Llevo en esto desde que salí del servicio militar con 26 años y ahora tengo 62», aclara. Y es que el Alfajor de Medina Sidonia tiene desde 2007 el reconocimiento de Indicación Geográfica Protegida (IGP), una figura europea que protege el origen y la calidad de este delicioso producto que tiene a sus espaldas muchos siglos de historia. Su propio nombre tiene reminiscencias moriscas ya que el vocablo alfajor procede del término árabe 'al-hasú' (relleno).
En su versión más tradicional podemos citar la receta de 1881 del asidonense Don Mariano Pardo de Figueroa, Doctor Thebussem, que recoge que el bollo de alfajor es «un cilindro o croqueta, de once centímetros de altura por dos de diámetro y cincuenta gramos de peso, revestido de azúcar y canela, y cubierto de un papel, humilde o vistoso, que lo envuelve en espiral, plegándose con cierta elegancia en los extremos». Poco ha cambiado el alfajor de Medina salvo que el actual es algo más esbelto: «El tradicional tiene 1,5 centímetros de diámetro y 11 de largo y hemos querido respetar las proporciones», aclara satisfecho Mesa en referencia al dulce de 24 kilos que ha elaborado junto a su equipo de reposteros.
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La receta familiar del obrador Sobrina de las Trejas data de mediados del siglo XIX y no se modifica desde que una sirvienta árabe que tenían las hermanas Trejo, les enseñaran a hacerlos. Ahí es nada. Cuenta el maestro que uno de los momentos más complicados de esta elaboración ha sido conseguir que el alfajor mantenga su característica forma cilíndrica porque hay que manipularlo en caliente pero esa temperatura dificulta el trabajo. «En el proceso, mientras se enfría y coge cuerpo, hay que evitar que se achante por la parte de abajo y eso obliga a estar moviéndolo constantemente durante todo un día para que no pierda la forma cilíndrica». Además, debido a sus dimensiones y a su peso, se han necesitado dos personas para transportar y mover este postre típico navideño. «Es la primera vez que nos enfrentamos a un reto así y ha sido laborioso», reconoce.
El resultado, sin embargo, ha cumplido las expectativas ya que el obrador ha conseguido hacer una réplica fiel del tradicional alfajor que sólo varía en sus dimensiones ya que la masa es la misma para mantener su sabor inconfundible: almendras y avellanas tostadas y tronzadas, miel hervida y una mezcla de cinco especias compuesta por cilandro, matalauva, canela, ajonjolí y clavo. Además, -añade Fermín para rematar-, «pan rallado de telera, harina de trigo, una cubierta de 'azuquita' y mucho trabajo porque esto se hace todo manual hasta el liado y envasado».
Según los expertos, en el corte vertical del alfajor se deberá apreciar las almendras y avellanas y deberá tener un color tostado al corte con un regusto a frutos secos y miel.
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El alfajor amarillo
Fermín se reconoce apasionado del fútbol. «Soy madridista y cadista, claro». Es por ello que cuando la peña local 'El alfajor amarillo' le puso sobre la mesa propuesta de organizar un evento solidario con el pretexto de degustar un alfajor solo preguntó: «¿Para cuantas personas?». Y se puso manos a la obra para alumbrar un gigante de 24 kilos.
El dinero recaudado irá destinado a diversos colectivos locales como la Asociación Contra el Cáncer, la Asociación Conecta con el Autismo, Adijanda, La Asociación contra la ELA y para colaborar con la familia de Iván Castro, un joven asidonense que tiene 16 años y que se quedó tetrapléjico a causa de un accidente en una piscina.
Iván y su padres, Lourdes y Alfonso, son conocidos por todos los vecinos de Medina y es por ello que están involucrados en este evento solidario que tiene como objetivo lograr fondos para adaptar la casa a las nuevas necesidades del joven que está en silla de ruedas. «Iván vino a visitarnos al obrador y fue un momento muy especial para nosotros y su familia. Yo, de forma natural, le di un turrón para que lo probara y ver cómo se esforzaba para cogerlo y probarlo nos llenó el corazón».
Antes de despedirse, (el obrador encara ahora su temporada alta y ya trabaja a destajo) Mesa hace un llamamiento para colaborar en el evento: «Pido a todo el que quiera colaborar que se acerque a Medina, a la plaza de abastos de la calle San Juan, y que aporte lo que pueda. Es una iniciativa que tiene un fin solidario y además será un gran día porque el pueblo estará muy animado, con mucho ambiente y habrá sorteo de camisetas de la peña el Alfajor amarillo y más actividades», concluye».
Alfajor, allende la mar
Un producto tan goloso para el paladar no podía tardar en atravesar las fronteras gaditanas y españolas. Tanto es así que la receta de los alfajores voló, o más bien navegó, allende los mares hasta alcanzar América del Sur. Así el alfajor se ha consolidado en un postre muy popular y mundialmente reconocido aunque hay que matizar que cada región y país le ha dado su «toque» particular. La raíz, el origen es el mismo pero la confección puede ser distinta en aspecto, sabor y tradición.
En Argentina y Uruguay por ejemplo se compone de dos o más galletas, unidas por un relleno dulce y generalmente bañadas en chocolate y con un glaseado. El relleno suele ser de dulce de leche, aunque también existen alfajores de frutas y mousse de chocolate.
En México se elaborada a base de granos de maíz recios y tostados, molidos y mezclados con una melcocha hecha a base de piloncillo y anís para dar su sabor característico. También son muy populares en Chile y Perú.