Cádiz
¿Por qué se inundan los pueblos de Cádiz cuando llueve?
Durante el último fin de semana muchas localidades de la provincia sufrieron inundaciones a raíz de las fuertes precipitaciones de la borrasca Berenice
Mario Picazo avisa de la llegada de una nueva DANA, lluvia de sangre y nieve en estas zonas de España: «Una buena dosis»
Las lluvias provocan filtraciones de agua en Urgencias y UCI del hospital de Puerto Real
La terraza de un bar de un pueblo de Cádiz se inundó por la lluvia y esta fue la reacción de los clientes: «De aquí no me muevo, eh»
La provincia de Cádiz vivió un fin de semana complicado en el aspecto meteorológico debido al paso de la borrasca Berenice, y que dejó fuertes precipitaciones prácticamente en toda la geografía gaditana, sobre todo en la zona oeste. Aemet declaraba la alerta naranja el sábado en la provincia. Pronto comenzaron los incidentes. A partir de las 06:00 horas de la mañana se sucedían constantemente las llamadas al 112. Localidades como Chipiona, Sanlúcar y San Fernando vivieron una mañana delicada, sobre todo en La Isla, con aproximadamente un centenar de actuaciones por parte de los servicios de emergencia. Puerto Real y Chiclana fueron otros de los municipios afectados, y a medida que pasaron las horas la borrasca se desplazó hacia el este, afectando a otros pueblos como Vejer o Barbate. La lluvia fue menos protagonista en el Campo de Gibraltar.
Al igual que las incidencias, desde primera hora de la mañana se sucedieron los vídeos virales en las redes sociales. San Fernando fue noticia en España. En varios informativos a escala nacional aparecieron imágenes de las inundaciones como la de Bahía Sur que impedían el acceso a algunas tiendas. Muy afectada se vio también la barriada Bazán, San Marcos, el entorno de la plaza de toros o las proximidades del puente del Gran Poder, dónde la lluvia llegaba a tapar por completo las ruedas de los vehículos. En este municipio se recogieron 51,6 litros por metro cuadrado en la jornada del sábado.
No solo se vio gravemente afectado San Fernando. En Chiclana, las inmediaciones del Mercado Abastos Chiclana quedaron inundadas. En Puerto Real, y como es habitual desde hace muchos años, la circunvalación que cruza todo el municipio, prácticamente desde el colegio público Reggio hasta el cruce de la calle Cruz de la Degollada, estaba cubierta por el agua haciendo imposible la conducción. En Conil, también se hicieron virales unas imágenes de un río de agua bajando por una calle. En definitiva, en todos los pueblos de la provincia de Cádiz, con la excepción del Campo de Gibraltar, dónde la jornada sabatina fue más tranquila.
La respuesta a las inundaciones
Rápidamente los diferentes partidos de la oposición de cada municipio aprovecharon las lluvias y las inundaciones para cargar contra los respectivos equipos de gobierno. Las incidencias se produjeron en prácticamente toda la provincia de Cádiz, así como las inundaciones, aunque fuesen en mayor o menor grado. La pregunta es, ¿Por qué se inundan algunos núcleos de población cuando llueve? ¿Hay algunos barrios más susceptibles de inundarse? ¿Es un problema de la red de alcantarillado? ¿Pueden hacer algo los ayuntamientos?
A todas estas preguntas intenta dar respuesta Carlos Antonio Puig Mengual, doctor en Ingeniería del Agua y Medioambiental y miembro del Colegio Oficial de Ingeniería Geomática y Topográfica (COIGT). En primer lugar, sostiene en LA VOZ que «con los modelos meteorológicos que nos estamos encontrando a día de hoy», diferentes a los que se sucedían siglos atrás, y «la manera que tenemos de captar o recoger estas precipitaciones no está asociada a estos nuevos fenómenos».
«Los modelos urbanísticos, los diseños urbanos a los que hoy nos atenemos están diseñados basados en modelos meteorológicos comunes hace muchos años, y el diseño urbano de las ciudades no está diseñado en términos meteorológicos a los que hoy nos encontramos», afirma, y agrega que «depende también la geografía física del medio, no es lo mismo una ciudad que esté en una llanura, en pendiente...».
Puig señala que muchas ciudades «deberían tener una revisión» en su modelo de captación de lluvias, ya que «pueden estar obsoletos o no han tenido un mantenimiento», aunque defiende que «hoy en día cabría la opción de estudiar nuevos sistemas más potentes con mayor capacidad», como por ejemplo «las estaciones de bombeo o las estaciones de acumulación de agua».
Aunque nunca se debe olvidar que «una ciudad es una especie de capa solida hermética que no permite de una forma más o menos fácil la penetración del agua cuando hay fuertes precipitaciones y se produce un efecto balsa que provoca esas inundaciones que vemos».
La prevención, un fenómeno clave
No obstante, el mantenimiento en la red de alcantarillado y saneamiento es un elemento clave para impedir, en la medida de lo posible, que se produzcan inundaciones en las calles y carreteras de un núcleo urbano cuando llueve con intensidad. Jesús Oliden, ex gerente de la empresa pública Aguas de Cádiz, destaca que «tiene que haber un mantenimiento preventivo, y en el caso de Cádiz que tiene 14 estaciones de elevación, tienen que referirse a las limpiezas de las estaciones de elevación, a las tuberías, y a los sumideros», unos trabajos que «deben producirse durante todo el año».
«En el caso de la ciudad de Cádiz tenemos contratados unos equipos de mantenimiento», que son «unos camiones hidráulicos que tienen unos mecanismos de limpieza que echan agua y van extrayendo todo el material», y el caso de los sumideros «es igual pero con un trabajo más manual, pero se hace con una maquinaria muy potente».
Aún así, la actuación de los vecinos es crucial para evitar graves atascos. «Un problema gordo en estas cuestiones son las toallitas y el mal uso de los váteres. Las toallitas hacen un daño tremendo y cuestan un dineral».
El caso concreto de Cádiz
En Cádiz capital existen aproximadamente 9.000 imbornales que se están limpiando de manera continua durante todo el año. Desde el Ayuntamiento se estima que cada imbornal de la ciudad se limpia al menos dos veces al año aunque hay zonas en las que hay campañas que se hacen en determinadas fechas como tras el verano (época previa a las lluvias y al otoño), o en otras fechas como Carnaval o Semana Santa. Con estas campañas los imbornales se limpian de manera puntual. Cabe destacar que en la capital existen aproximadamente 240 kilómetros de red de saneamiento.
Durante el pasado fin de semana ha habido alguna incidencia en la capital, aunque se ha solventado sin problemas. Concretamente, tan solo se produjeron 16 avisos sin gravedad a los que acudieron rápidamente los servicios de emergencia, hecho que demuestra que la red ha respondido correctamente tras las limpiezas que se llevan a cabo durante todo el año y en especial en la época previa al otoño con campañas específicas.
Desde el Consistorio argumentan que estas incidencias son «normales» y se producen en días de fuertes lluvias aunque los imbornales estén limpios. Hay zonas en las que con el arrastre de la propia lluvia se produce una colmatación del imbornal. En ese caso, se soluciona inmediatamente.
En cuanto a las canalizaciones, al igual que con los husillos, se limpian continuamente.
No obstante, Aguas de Cádiz dio comienzo en los últimos días del mes de septiembre a una campaña extraordinaria de limpieza de imbornales de cara a las lluvias otoñales. Durante los trabajos que se desarrollaron por toda la ciudad se retiraron los residuos sólidos que se acumulan durante el verano debido a la falta de lluvias. Esta campaña formaba parte del Plan de mantenimiento de las redes de saneamiento de la ciudad de Cádiz, cuyo objetivo es lograr el mayor beneficio y rendimiento de dichos servicios por lo que se ha querido llevar a cabo antes del comienzo de las lluvias otoñales para evitar colapsos, atascos y posibles inundaciones.
Además, Aguas de Cádiz desarrolló trabajos de mantenimiento y limpieza de la red de Alcantarillado y Pluviales de las redes de saneamiento que recoge la Cuenca de la Estación de Bombeo de Aguas Residuales (EBAR) de Mirandilla. Durante el transcurso de estos trabajos se retiraron más de 66 toneladas de residuos sólidos, precipitados y toallitas.
