PROVINCIA

Los profesionales sanitarios lidian con la incertidumbre de la temporalidad

SANIDAD

Pese al aumento presupuestario para afrontar la crisis del Covid, muchos médicos y enfermeros trabajan con contratos de pocos meses

Algunos médicos encadenan contratos de corta duración, sobre todo los más jóvenes. L. V.

Hablar de la sanidad es un tema recurrente. No en vano, es un servicio indispensable del que depende nada más y nada menos que la salud, sin la cual el resto de cuestiones a abordar quedan en un segundo plano. Es, por tanto, un asunto de primer orden.

También lo es en la agenda política, que suele confrontar los diferentes modelos que las formaciones estiman más convenientes, con debates en torno a la calidad de los servicios públicos o la alternativa de paliar las deficiencias con externalizaciones en la privada.

Y a veces se olvidan los factores humanos que hay detrás del propio sistema. Profesionales con un alto bagaje de formación y que sufren unas condiciones que no son deseables en el ejercicio de unos trabajos esenciales para la sociedad.

Buena parte de culpa de dichas preocupaciones se encuentra en el hecho de no tener una estabilidad que les permita emprender proyectos vitales. Los médicos y enfermeros lo son en muchos casos por convicción, pero cuando llega el momento de quitarse el pijama, hay una casa, unas obligaciones que cumplir. Y para ello necesitan certidumbre.

Muchos profesionales encadenan contratos temporales que van renovando cada pocos meses y que les hacen llegar al final de dicho periodo sin saber si a los pocos días van a seguir en su puesto, lo que genera situaciones de estrés con las que ya están acostumbrados a lidiar. Aunque las competencias en materia de sanidad están transferidas a las comunidades autónomas, esta situación ha sido denunciada en muchas regiones de España, lo que desde hace años conlleva un importante éxodo de sanitarios a otros países europeos como Alemania o Reino Unido.

Dentro de los médicos, esta situación es más común entre los jóvenes. Tras superar el MIR, el examen que da acceso en España a los facultativos a lograr la especialidad en una área determinada, tienen por delante varios años como residentes y posteriormente han de aprobar una oposición para acceder a una plaza fija. La experiencia también se tiene en cuenta, por lo que necesitan mejores notas para lograr un puesto.

Hasta que eso sucede, el grueso de ellos trabajan con contratos que no van más allá de un horizonte de pocos meses. Cierto es que, al no sobrar médicos, pocas veces suelen estar sin trabajo, pero los sanitarios aseguran que los procesos burocráticos los tienen en tensión, a veces, hasta el último día del contrato anterior.

Incertidumbre hasta el final

Guillermo García, médico de familia en el Campo de Gibraltar, ha renovado su contrato en el descuento, utilizando un símil futbolístico: «Esta ha sido la vez que he estado más cerca de quedarme sin contrato, porque el mío finalizaba el 30 de septiembre y me llamaron a última hora del viernes 29». Aunque por fortuna nunca ha estado sin trabajar, sí que ha ido encadenando contratos, casi todos de interinidad.

Dentro de esta situación, hay dos tipos, la vacante y la sustituta. «Al no tener plaza de oposición, me mandan a un lugar en el que no hay nadie de mi especialidad ejerciendo. Eso es un caso de interinidad vacante», expone. La interinidad sustituta tiene lugar cuando un médico con plaza fija solicita una comisión de servicio y se desplaza a trabajar a otro lugar, dejando un hueco para que otro ocupe su lugar: «Ahí puedes seguir renovando tu contrato, siempre que te lo ofrezcan, hasta que venga una persona con plaza».

García indica que el contrato que le acaban de ofrecer días atrás es para los próximos tres meses, aunque cree que la situación de temporalidad es aún más acuciante en la enfermería, donde conoce casos cercanos de compañeros que han estado sin trabajar algún tiempo.

¿Cómo paliar la falta de médicos?

Se escucha mucho eso de que faltan médicos. ¿Es cierto? «Faltan muchísimos, porque cuando a ti te ofrecen una interinidad, si la rechazas, en teoría te penalizan sin llamarte en un periodo determinado que suele rondar los tres meses. Pues sé de gente a la que, tras rechazar, a la semana les estaban llamando otra vez porque no hay personal suficiente».

Eso acarrea un servicio más lento y unas listas de espera más largas para atender a los pacientes. Cita como ejemplo la falta de manos en especialidades como la neurología en el hospital de La Línea: «Para el neurólogo, con lo importante que es, te dan cita para dentro de un año. O para el traumatólogo».

«No sabes si es eso sucede por estrategia, por falta de personal o porque hay que formar más a los médicos de atención primaria para que no deriven tanto. No lo sé, pero hay una serie de cosas que se deberían solucionar», expresa. Una mayor inversión en la atención primaria podría ayudar a rebajar los plazos de espera: «Si me llega alguien con sospecha de una lesión en el menisco, al no poder mandarle una resonancia, tengo que derivarla al traumatólogo. Si pudiera pedir esa prueba y confirmar yo mismo que tiene una fractura, lo mandaría únicamente al traumatólogo para operar».

Si se necesitan más médicos, el joven galeno optaría por no cortarle las alas a quien tiene interés por la profesión: «Para estudiar medicina hace falta sacar más de un 13 sobre 14 en selectividad. Eso da muy pocas oportunidades, creo que es un fallo que se quede fuera gente que tiene una vocación enorme». Precisamente, cree que esa alta nota de corte hace que el buen estudiante se sienta obligado a coger una carrera de las «inaccesibles», aunque realmente no tenga claro que quiera dedicarse a ello.

En la enfermería, aún peor

La falta de actualización de las bolsas de empleo de enfermería, que establecen el orden de llamada de los profesionales en función de sus méritos, está ocasionando que muchos se queden sin trabajar, lo que produce gran malestar en el sector y está llevando a la convocatoria de movilizaciones.

Desde principios de este mes de octubre está en el paro una enfermera gaditana que prefiere mantener su nombre en el anonimato. Tras aprobar en 2021 las oposiciones, aún no cuenta con los puntos correspondientes en la bolsa: «Llevan sin actualizarnos los méritos desde 2021 y en otras categorías desde 2020. Si estuviera actualizada, yo ahora mismo estaría trabajando», indica.

«Nos exigen los méritos anualmente, que deben presentarse antes de final de octubre para que se computen de cara al verano siguiente, pero nada», expone con resignación. Durante los meses estivales es habitual que pueda trabajar quien lo desee, puesto que al tener que cubrir vacaciones, la oferta es mayor. Pero este año no ha sido así: «He llegado a tener 16 pacientes a mi cargo en julio y agosto porque no había enfermeros. Y ha habido compañeros en el paro todo el verano».

La dramática crisis de la pandemia trajo consigo la firma de contratos «decentes», de tres o seis meses: «Yo en el SAS he llegado a firmar contratos de dos días. En ese sentido, con el Covid mejoramos, pero ahora volvemos a no contratar y tienen que llamar a los propios trabajadores que están de alta para preguntar si alguien quiere echar una jornada complementaria en lugar de contratar más enfermeros».

Problemas de financiación

Esta situación de inestabilidad laboral implica además otras derivadas que perjudican el plano personal. Pese a que cuentan con salarios solventes teniendo en cuenta la media, las entidades bancarias son reticentes a conceder préstamos hipotecarios a quienes no pueden asegurar estar trabajando dentro de pocos meses: «Tienes que presentar un aval, si no te ponen muchos problemas porque no se puede garantizar un periodo de trabajo estable en estos momentos», afirma.

El SAS intentará actualizar las bolsas estos meses

La pasada semana, la consejera de Salud y Consumo, Catalina García, se comprometió a cambiar el sistema de bolsa puesto que es «deficitario en su funcionamiento». También aseguró que la intención es «tener la bolsa actualizada cada cuatro meses» para recoger aspectos como los méritos, los meses trabajados o la investigación acreditada por los profesionales.

La propia consejera ha reconocido que hasta ahora se trabaja con puntuaciones de años anteriores y que con los cambios que pretende introducir el Gobierno andaluz, «en 2025 tendremos un 94% de personas estabilizadas».

Sobre el futuro de los 12.000 profesionales contratados como refuerzo del Covid y su continuidad en el SAS, comentó que 8.000 «se quedarían dentro del sistema», mientras que los restantes pasarán a estar disponibles para las sustituciones en verano o supliendo necesidades.

También quiso Catalina García abordar el problema de la jubilación de profesionales, con casi 3.000 médicos a punto de jubilarse en atención primaria. «Ahora empezamos a sufrir esas consecuencias a pesar de tener 4.500 médicos más».

«Trabajamos para conseguir suplir esos médicos que no tenemos», afirmó, reprochando al Gobierno que no le hayan facilitado las 1.000 plazas MIR anuales que habían demandado.

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