Salud

Los hospitales de Puerto Real y La Janda, pioneros en la prevención de agresiones al personal sanitario

Los trabajadores cuentan con una alarma personal que pueden activar para disuadir a su agresor

«Agredir a un profesional sanitario es igual que agredir a un policía»

Cádiz, entre las provincias españolas con más agresiones a profesionales sanitarios

Jesús Mejías

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El pasado 23 de abril el Sindicato de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CCOO de La Línea denunciaba agresiones verbales al personal sanitario del Centro de Salud La Velada por parte de un individuo durante dos días consecutivos. El sindicato destacaba que esta persona agredió verbalmente al personal sanitario en dos ocasiones consecutivas, generando un ambiente de intimidación y violencia en el centro de salud. En 2023 Cádiz fue una de las provincias de España en las que se presentaron más denuncias por sanitarios al ser agredidos, un total de quince, tan solo por detrás de Málaga, Alicante, Sevilla y Las Palmas, además de la Comunidad de Madrid.

Para prevenir este tipo de situaciones sufridas por el personal de los distintos centros sanitarios de Andalucía, la Junta ha implantado el uso de un pequeño dispositivo que tiene la función de alarma para que en el momento en el que un médico, enfermero o cualquier trabajador del centro sanitario sea agredido, física o verbalmente, pueda ser socorrido por sus compañeros y por el personal de seguridad.

Un elemento innovador

Este pequeño dispositivo apenas pesa 28 gramos, pero puede evitar que los sanitarios vivan, sufran y padezcan cualquier situación difícil de olvidar. Este sistema de alarmas está implantado por ahora en la provincia en determinados servicios de los hospitales de Puerto Real, donde se ha hecho el pilotaje para toda Andalucía, y en el hospital La Janda, en este último concretamente en los servicios de Urgencias y de Salud Mental. Para toda la provincia se han adquirido cerca de 2.000 dispositivos que se van a repartir en los hospitales y en centros de salud.

La alarma individual es un dispositivo pequeño, discreto y resistente, que emite una señal acústica gran potencia (125 decibelios), perceptible a cientos de metros de distancia, y una señal óptica mediante luz LED de alta intensidad, intermitente y visible desde gran distancia. El dispositivo se carga mediante cable USB y cuenta con capacidad de funcionamiento durante 30 minutos de forma continua. El dispositivo tiene una pequeña anilla en el que el sanitario mete el dedo y tirando hacia arriba se activa la alarma.

Alarma empleada por el personal sanitario L. V.

José Julio Egido, jefe del servicios de Urgencias del Hospital La Janda, Miguel Ángel Romero de la unidad de Prevención, Adela Cano, jefa de la unidad de Prevención, Alberto Sevillano, coordinador de Enfermería y Cristina Avilés, supervisora de Enfermería en el servicio de Urgencias hablan para LA VOZ sobre la implementación de esta alarma en dicho hospital, y como puede prevenir cualquier tipo de agresión, tanto verbal, como física.

«Tenemos constancia de que hemos tenido que usarlo en alguna ocasión, y ha dado resultados», aseguran, aunque reconocen que «no en todas las situaciones el profesional considera necesario usarlo». Este dispositivo «normalmente» cualquier médico y todo el personal lo tienen colgado, «por ejemplo al lado de la identificación» y si en algún momento el paciente «se va poniendo demasiado agresivo y te intenta amenazar» se usa.

En los centros sanitarios «procuramos, si la estructura arquitectónica lo permite, que haya consultas con doble puerta, que puedas escapar si alguien se te tira encima, a veces tenemos esa posibilidad, a veces no«, por ejemplo «en el Hospital de Puerto Real siempre tenemos la doble puerta, siempre se intenta que haya un escape, pero si en ese momento te sientes sobrepasado, en ese momento tiras del dispositivo y hace un efecto de voz, de llamada, tu tiras y seguridad sabe ya en ese momento hay una asistencia urgente y te viene a ayudar, es como dar una voz, es intimidante para la persona que se vuelve agresiva, en ese momento se interrumpe, hemos tenido la suerte de tener que usarlo una o dos veces solo».

Relatan que «hemos tenido varias agresiones verbales, y alguna vez hemos tenido alguna agresión física de alguna persona tirando a una doctora al suelo, o dándole patadas».

¿Cuándo se debe usar la alarma?

José Julio Egido, jefe del servicios de Urgencias del Hospital La Janda, afirma que la línea roja que un paciente debe traspasar y por la que el sanitario debería activar la alarma «ese el mismo que en la vida normal». «Imagina que nosotros estamos hablando, y si tú sientes que yo ahora mismo empiezo a agitarme, empiezo a increparte y sientes que rompo tu burbuja, en ese momento ya deberías usarlo, porque esa persona está perdiendo los papeles«, y asegura que »un médico o un sanitario incluso lo puede detectar incluso mejor porque es lo que tienen los trabajos de cara al público, esto puede saberlo cualquier dependiente de cualquier tienda, los trabajos de cara al público tienen su parte de buena de coincidir con gente que es muy educada, y gente muy maleducada que se calienta muy rápido«. 

«Un hospital es un lugar en el que los pacientes vienen con una demanda, cuando llegan aquí muchas veces están agitados, pueden poner agresivos vienen con una serie de demandas hechas en su cabeza, vienen asustados porque han podido tener un accidente, asustados porque están enfermos, está enfermo su hijo, su pareja o la persona a la que más quieren, y en ese momento al estar nerviosos y ansiosos, es más fácil que salte la agresión«, señalan, y aunque »en un primer momento siempre se intenta calmar, hay situaciones en la que es mejor tirar y que llegue la persona de seguridad, que se quede en la puerta y se siga, si es posible, la consulta o conversación«.

Los sanitarios apuntan a que «es más fácil pasarse en prevención antes que encontrarte con una situación desagradable» ya que «hay muchas personas que tocan la puerta, que agreden, y te asustas y hay muchos sanitarios que están empezando a trabajar, hay personas que están más acostumbradas a pasarlo peor, también tenemos estudiantes, residentes, gente que acaba de empezar en el mercado laboral».

«Las personas que llegan al hospital lo hacen con una demanda, si lo que ellos quieren tú no se lo puedes dar, pueden querer que los vea ya el cirujano, que no los atendamos previamente nosotros, empiezan a gritar, tras dos gritos vienen los insultos, luego los golpes en la mesa, invaden tu burbuja y cuando pase de media mesa ya tu debes tirar, y los insultos, tú no debes escuchar insultos en tu trabajo, trabajes aquí o en cualquier tienda, en todo momento en el que ocurra algo que no se pueda tolerar, hay que tirar», afirman.

El protocolo a actuación, si ocurre en el servicio de Urgencias, «tenemos siempre a un equipo de seguridad y vigilancia, y en cuanto se activa, tanto los compañeros de al lado, como el de seguridad tienen que acudir. Ese es el protocolo, en cuanto suene, cualquier profesional y el equipo de seguridad deben acudir«.

Habitualmente, en el momento en el que un sanitario activa la alarma, el agresor «se ha parado». «Se asustan porque no saben que es eso y lo que va producir, y al momento llega al momento el de seguridad y en cinco segundo está el médico de al lado, luego llega el de la otra habitación... luego llegan los de las consultas más lejanas, el de seguridad... es muy rápida la respuesta, más rápido que un botón antipánico, el agresor se siente intimidado». Este aparato «es muy ágil», y hay ocasiones «en la que estás tan asustado que ni gritas, compañeros nos han dicho que no les salía la voz, en ese momento no puedes, prefiero que tiren antes de tiempo y que active muchas veces antes de que ocurra algo».

El personal sanitario, satisfecho

Los sanitarios «tenemos un plan formativo anual, tenemos unos cursos que son de obligado cumplimiento para todos los trabajadores del Sistema Andaluz de Salud sobre el tema de agresiones, y hacemos anualmente una serie de cursos formativos presenciales. En 2023 se hicieron con la Policía Nacional unos talleres, acudieron los jefes de servicios de Urgencias».

«Las alarmas se han dado individualmente a cada persona, cada persona tiene su alarma, lo que hicimos fue un documento de entrega de esa alarma, donde viene explicado su funcionamiento, se lo dábamos a un cargo intermedio, y este cargo intermedio, a la vez que les iba dando la alarma a cada sanitario le iba explicando el funcionamiento de la misma, cuando se puede utilizar«, destacan los sanitarios. »El criterio de utilización depende mucho de cada persona y de cada situación, hay veces en la que tu inexperiencia hace que la uses antes que otros, que con más experiencia son capaces de controlar y saben cual es el punto, pero no nos importa que se use más a menudo mientras se evite alguna desgracia«.

La respuesta por parte de los sanitarios ha sido «satisfactoria», porque «es cierto que tenemos medidas como la doble puerta, tenemos seguridad, tenemos un botón antipánico, pero esto de llevar algo tuyo, llevar algo tuyo propio y que sabes que al activarlo vas a tener ayuda, da mucha más seguridad que depender de un ordenador les ha dado mucha seguridad», aunque «es cierto que en los pacientes de salud mental es el propio médico o el enfermero que lo atiende, y que tiene unos conocimientos de esos enfermos y muchas veces no lo han usado porque creen que puede aumentar su agresividad, pero ese es el conocimiento del médico que no quiera usarlo ante un determinado paciente».

Hay situaciones en los que tras activar la alarma «se puede pasar la consulta si no ha pasado a mayores y si la persona se disculpa, si no se ha perdido totalmente la confianza por parte del sanitario y se podrá seguir con la persona de seguridad en la puerta, pero si el personal está disgustado, asustado y necesita un tiempo para descansar, normalmente se hace cargo otro compañero con el personal de seguridad«.

«Lo que buscamos es que esa persona, que en está en un momento complicada y necesita dar una voz, tenga un mecanismo fácil de usar y le de una tranquilidad a la hora de atender a un paciente. Nosotros aquí estamos rodeados de compañeros y no estamos solos, nosotros no somos el 061 que trabaja en una carretera porque ha habido un accidente y te zarandean nerviosos porque quieres que salves la vida a la persona que te está atendiendo, aquí estamos en un entorno privilegiado, recibimos a mucha gente a diario y por estadística hay personas que se pueden poner agresivas o que vengan asustados, pero estamos en un entorno muy protegido».

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