Sanidad
Este hospital gaditano y su nueva medida ante un parto con cesárea: «potencia la humanización»
No se separa a la madre de su bebé ni se rompe el vínculo afectivo
Es uno de los momentos más duros, sino el que más. Después de nueve meses de embarazo, de horas y horas para alumbrar un bebé, la madre se tiene que desprender de él cuando tiene lugar la cesárea y por tanto debe recuperarse de sus heridas.
No obstante, el Hospital Universitario de Puerto Real (Cádiz) ha instaurado un procedimiento en su paritorio dirigido facilitar que, tras una cesárea, la madre pueda recuperarse junto a su bebé recién nacido en el mismo paritorio, una medida que «potencia la humanización» del nacimiento tras este tipo de intervención quirúrgica.
La Junta ha apuntado que de esta forma se incorpora la práctica del contacto piel con piel entre la madre y el recién nacido desde los primeros minutos tras el nacimiento, incluso en el entorno quirúrgico.
Esto supone «una innovación» frente al circuito establecido en la mayoría de los centros, dado que, en lugar de separar a la madre del neonato tras la cesárea con el traslado a la Sala de Reanimación, la nueva práctica clínica posibilita la recuperación de la madre a su bebé y el acompañante elegido por la gestante, sin necesidad de romper el vínculo afectivo.
El contacto piel con piel es el periodo de tiempo inmediatamente posterior al parto en que la mujer y su bebé permanecen desnudos y en contacto permanente, preferiblemente en un entorno de media luz y tranquilidad. Durante las dos primeras horas de vida, el bebé experimenta un estado que se denomina «periodo sensitivo», provocado por una descarga hormonal que tiene lugar durante el trabajo de parto en el que el bebé está plenamente receptivo al medio externo, como ha detallado la Junta.
Esta iniciativa se ha iniciado en el hospital puertorrealeño con las cesáreas programadas, con el objetivo de brindar una experiencia «más cálida y cercana» para las madres, sus bebés y sus familias, promoviendo los beneficios del contacto temprano, como la regulación de la temperatura del recién nacido, la estabilización de la frecuencia cardíaca y respiratoria, así como el fortalecimiento del vínculo afectivo.
Su implementación responde al «compromiso» del hospital de «humanizar» los procesos quirúrgicos y ofrecer una atención centrada en las necesidades emocionales y físicas de los pacientes, promoviendo prácticas «seguras y beneficiosas» para la madre y el bebé.
En palabras de la jefa de Bloque del Área Materno-Infantil del Hospital de Puerto Real, Teresa Reyes, «este avance representa un paso fundamental hacia una atención más sensible y personalizada, donde la tecnología y la calidez humana se integran para mejorar la experiencia del parto».
Con esta medida, además, el centro puertorrealeño se posiciona como «un referente» en la humanización de la atención sanitaria, reafirmando su compromiso con el bienestar integral de sus pacientes.