El historial de Kiko El Cabra que lo 'ata' a la prisión: violencia de género, droga y resistencia

Su nombre y su apodo lleva meses copando numerosos titulares. Desde que el pasado 9 de febrero en torno a las nueve de la noche una narcolancha de las seis que estaban abarloadas refugiándose del temporal en el puerto de Barbate atropellara de manera atroz a una zódiac de la Guardia Civil. Asesinaban a dos agentes de servicio y herían gravemente en un brazo a otro de ellos. Francisco J. M., apodado 'Kiko El Cabra', era uno de los detenidos por estos hechos. Además, se le señalaba como el supuesto principal implicado, el piloto, la persona que iba a los mandos de la 'bestia' de catorce metros que horas antes había decidido arremeter contra los miembros del GEAS y el GAR que tripulaban la patrullera.

Y desde un primer momento El Cabra admitió sus vínculos con el narco. Negó que fuera en la semirrígida del ataque pero sí asumió que estaba en el puerto barbateño por lo que estaba: por dedicarse al tráfico. Al petaqueo, a las lanchas, al suministro, a los 'paquetes'...

Tras pasar a disposición judicial junto al resto de implicados, todos ellos fueron procesados por dos asesinatos y cuatro en tentativa, además de contrabando, pertenencia a organización criminal, atentado y lesiones. Tres meses después de ingresar en la cárcel un vuelco en la investigación les ha exculpado de los delitos más graves, por lo que ahora piden ser puestos en libertad.

Sin embargo, la segunda decisión judicial que se ha conocido al respecto ha sido contraria a estos recursos. La jueza instructora ha denegado la libertad provisional para El Cabra al considerar que se le sigue acusando de delitos muy graves (contrabando y pertenencia a organización criminal), existe riesgo de fuga y además, ha pesado mucho la reiteración delictiva.

La jueza titular ha seguido así el criterio de la Audiencia de Cádiz quien también rechazó los primeros recursos presentados por las defensas. También el de la Fiscalía.

¿Y qué es lo que consta oficialmente en la 'ficha penal' de Kiko El Cabra? Pues lo más inalterable ya es una sentencia firme (por conformidad) del Juzgado de lo Penal número 4 de Algeciras que, recientemente, le condenó por un delito de violencia de género y quebrantamiento de condena a seis meses de cárcel. Pero esta pena al ser inferior a los dos años le fue suspendida con la condición de que no cometiera otros delitos computables en los siguientes dos años. Ahora, tras ser detenido y acusado por el caso de Barbate en este margen de tiempo, esa condición ha podido ser vulnerada por lo que de ser de nuevo sentenciado tendría que cumplir ambas.

En dicha causa, y como dicta el fallo al que ha accedido LA VOZ, el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de Algeciras le había procesado por supuestas vejaciones y amenazas e impuesto una orden de alejamiento sobre la víctima. Sin embargo esta orden no fue respetada y entonces se le condenó por ese quebrantamiento de condena.

Pero este no es el único procedimiento que le consta ya que, como confirman a este periódico fuentes consultadas, Francisco J. tiene otro pendiente en el juzgado de instrucción número 2 de La Línea como investigado por delitos contra la salud pública, además de otras en tramitación.

Por otro lado, también tiene antecedentes -esta vez policiales- por salud pública, desobediencia y blanqueo de capitales.

Vecino de La Línea y de 46 años, Kiko 'El Cabra', forma parte de ese caldo de cultivo del Estrecho dedicado al tráfico de sustancias. Primero pasando tabaco de una lado a otro de la Verja, y después entrando en diferentes 'collas' hasta que van sumando puntos y ambición. En su caso, su especialidad ha sido presuntamente el pilotaje de 'gomas', uno de los puestos que están mejor pagados.

Además, entre sus antecedentes está el haber intentado echar de la carretera a una patrulla que le perseguía o la detención en marzo de 2020 por haber participado en los disturbios que un grupo de personas provocaron para impedir que una treintena de ancianos de una residencia de Alcalá del Valle fueran realojados en otro centro de La Línea durante la pandemia y evitar así su contagio.