Narcotráfico

La Guardia Civil toma Villamartín: desarticulado un clan acusado de vender cocaína y metanfetamina por toda la Sierra de Cádiz

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«¡Quieto, manos atrás... ya!», un centenar de agentes participan en un importante operativo para desmantelar al clan de Los Copete. Hay doce detenidos y se han realizado una quincena de registros

Fotos: Así ha sido el operativo para desmantelar al clan de Los Copete en Villamartín

Entre los arrestados se encuentra una madre y sus tres hijos. Ella sería la supuesta cabecilla de la organización, según la investigación

Entrada de los agentes en uno de los domicilios señalados e imágenes del operativo. Antonio Vázquez / Vídeo: M. Almagro
María Almagro

María Almagro

Villamartín (Cádiz)

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No son todavía las seis de la mañana y una hilera de coches patrulla sale del cuartel de Arcos de la Frontera para enfilar el camino hacia Villamartín donde este miércoles va a producirse la última fase de una investigación que se ha desarrollado para desmantelar un clan dedicado presuntamente a vender al menudeo, pero también a mediana escala, cocaína, heroína y otras sustancias. La 'operación Palma' se pone en marcha. El fin: 'limpiar' de droga la Sierra de Cádiz. LA VOZ acompaña y puede ser testigo directo de todo este amplio dispositivo que se ha saldado con doce detenidos, además de cocaína, metanfetamina y otras sustancias incautadas.

«¡Vamos, ya está todo claro. En marcha!», se zanja en el punto de encuentro. Un centenar de agentes perfectamente equipados entre efectivos de la USECIC, el GAR, Seguridad Ciudadana, Servicio Cinológico, drones, helicóptero, apoyan a los miembros del puesto de Villamartín, que han sido los que han comandado desde el principio hasta el final esta investigación y por la que han seguido la pista a los miembros de toda la organización en sus diferentes eslabones.

Con las sospechas ya convertidas en evidencias y con los mandamientos judiciales de registros y detenciones en la mano, van a por ellos. Habrá nada menos que una quincena de entradas. Todas en Villamartín, salvo una en Bornos.

Arranca el operativo

La carretera de la Sierra está muy tranquila. Ni siquiera se nota aún el refresco húmedo del amanecer. Se va en las patrullas y los coches camuflados con mucha cautela, cogiendo por lugares por donde no se les vea tanto a pesar de que es tan temprano. Son localidades pequeñas, los guardias civiles saben que a por los que van pueden ser alertados ante cualquier movimiento que hagan y hay que cogerlos durmiendo.

Y así ocurre. De forma simultánea todos los efectivos trabajan a una. Perfectamente organizados y orquestados. Siguiendo todas las precauciones propias de una operación de una considerable relevancia. Se nos avisa que alguno de los sospechosos puede ponerse violento. Es más, uno de ellos tiene asuntos anteriores por lesiones y tentativa de homicidio. A otros se les señala por haber agredido a los toxicómanos que 'trabajaban' para ellos si les perdían la mercancía.

Con estas y otras premisas aclaradas y la hoja de ruta clara, comienza la acción. Presenciamos primero la de la calle Palma, la que da nombre al operativo. Entre las esquinas y en fila se mueven en silencio absoluto los agentes de la USECIC y el GAR. Escudos y ariete listos, armas en alerta y posición, ya van a entrar en dos viviendas señaladas. Se da la marca, y en dos o tres golpes la puerta está reventada. Parece que no hay nadie dentro pero aún así se revisa con detalle. Arriba y abajo. Un grupo se queda dando seguridad.

La siguiente parada nos lleva a la Bajada del Cementerio. «¡Guardia Civil, Guardia Civil, al suelo!», esa contundente y experta rapidez controlada se materializa otra vez. Allí sí se encuentra uno de los 'objetivos', 'el abuelo', quien se vincula con la trama que supuestamente dirige Vanesa, una mujer que cuenta con el apoyo también de sus tres hijos.

Una vez engrilletado comienza el registro. A pesar de la hora que es (no son ni las siete) acuden al lugar algunos de sus familiares. En la calle, frente a la casa donde los agentes forman en perímetro, se lamentan (como siempre) de la situación aunque hay alguno que se pone algo más nervioso, se encara y llega a hacer comentarios que, al final, le pueden costar irse también esposado para el cuartel. «¡Iros para Barbate, iros allí!», les grita con la malicia del que recuerda ese asesinato... la tragedia y el dolor.

Pero pronto se calla, incluso asegura no haberlo dicho. Ya baja el pecho... incluso su padre- el propio detenido- le reprende por ello desde la azotea donde se encuentra como testigo legal de su propio registro. También lo silencia rápidamente y de forma firme un miembro de la USECIC: «¡Sí, lo ha dicho, y no... ahora estamos aquí y estaremos siempre donde nos manden porque esto forma parte de una operación judicial!».

Entre gallos, desorden y malas hierbas

Continúa el registro, como también el que se está efectuando en otras calles de la localidad. Como por la barriada de Los Chozos. En este lugar, en una casa situada en la segunda planta de un bloque se encuentra uno de los principales objetivos. Se trata de Yeray, hijo mediano de Vanesa. Tiene unos 30 años y los investigadores lo señalan también como uno de los supuestos cabecillas que tendría controlados a los 'vendedores'. Se mueve y se empeña en hablar con cierta sorna. No se muestra preocupado, sí su pareja, que también se irá detenida y que está con él. La casa da a un patio común donde hay desde una gallera con pollos que no dejan de cantar de forma ensordecedora, hasta un huerto seco, sillas rotas, chatarra tirada, un palomar... Su piso sí parece que lo están reformando.

El registro comienza a dar resultados y la cara de Yeray va cambiando aunque él se resiste a mantener un rictus bravucón. Se encuentra 3.000 euros en efectivo. También algunas joyas de oro de gran valor. Sus vecinas salen a sus puertas pero sorprende que, salvo el susto inicial del estruendo de los arietes y la maza de la madrugada, no parece que estén demasiado sorprendidas... a pesar de que solo en ese bloque puede haber en ese momento unos quince guardias civiles subiendo y bajando escaleras. Los perros del Servicio Cinológico y sus adiestradores también hacen rigurosamente su trabajo.

La operación continúa por otros puntos. Como por otra zona algo más alejada. Allí han entrado en un chalé con una columnata. Está a nombre de otro investigado. Y allí se encuentra una buena cantidad de cocaína, y -atención- de metanfetamina en roca, posiblemente lista para cortar y sacar un buen número de dosis. No es tan habitual.

Supuesto 'modus operandi'

La investigación apunta a una organización asentada en Villamartín acusada de tráfico de drogas. Al frente estaría Vanesa, la madre, quien contaría con la ayuda de sus tres hijos: Yeray, Iker y Manuel. Y con el abuelo. El padre de estos jóvenes, según se apunta, se encuentra precisamente en prisión.

A sus supuestas órdenes trabajarían los demás detenidos: los 'peones' por necesidad, es decir, toxicómanos que consumen heroína y 'rebujao' (mezcla de cocaína y heroína/anfeta) y a los que, según las pesquisas, les pagarían a cambio de darles las propias dosis de su consumo. Y por otro, los 'peones' o 'camellos' de responsabilidad, que sí moverían las papelinas por la localidad y otras cercanas, ofreciendo incluso el servicio de tele-coca.

La investigación apunta además que contarían con una flota de coches para dar cobertura a su 'negocio' cuyos seguros pagarían ellos pero que están puestos a nombre de sus presuntos colaboradores. Por otro lado se apunta la violencia que emplearían con los toxicómanos en el caso de que perdieran la mercancía por aprehensión u otro motivo, y por los antecedentes que algunos de ellos tienen. Según se asegura, este clan podría estar también detrás de la quema del coche de un agente de la Guardia Civil de la localidad de hace unos meses.

Además, y siempre según determina la investigación, se ha constatado que en el último mes han vendido más de 15.000 euros en joyas, a pesar de que a los miembros de este clan no se les conoce trabajo ni oficio 'oficial'.

Finalmente, una vez concluidos los registros los agentes han hallado diferentes cantidades de metanfetaminas, cocaína, hachís, cogollos de marihuana, balanzas y distintas sustancias de corte y material para preparar las dosis. Además de otros elementos para plantar un cultivo 'indoor' (200 plantas de marihuana). Anteriormente y durante la investigación los agentes intervinieron más estupefaciente y también otro cultivo de 'maría'.

Todos los detenidos serán puestos a disposición judicial en las próximas horas del juzgado de Arcos de la Frontera que instruye el caso para ser oídos en declaración.

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