Reportaje

La «gran mentira» de Salva, el pizzero que se hizo capellán y que engañó desde Sanlúcar con billetes exóticos

'Operación capellán'

A través de charlas en modo 'predicador' pero con una base poco consistente, logró convencer a decenas de personas de que ese iba a ser «su futuro, su sueño»

La Guardia Civil desmonta en Sanlúcar una trama que estafaba con billetes exóticos a sus víctimas

Salvador se dirige a los supuestos interesados en su proyecto de bonos exóticos. Imágenes a las que ha tenido acceso LA VOZ. LA VOZ

M. Almagro

Salvador, o 'Salva' como quieren que lo llamen, no se anda con una verborrea complicada. No busca palabras financieras ni apuesta por las presentaciones de Power Point para convencer al que tiene delante de que los supuestos billetes exóticos, de colección, que adquiere, son «un sueño» para cualquiera.

Se presenta como un hombre normal. Vestido normal. De apariencia normal, aunque riza algo más el rizo cuando se inventa que forma parte de una congregación y que es capellán. No se sabe muy bien de qué. Pero no da ni un paso atrás. Y así lo demuestra en las sucesivas charlas en salones de hoteles y apariciones en vídeos enviados por Telegram que él mismo protagoniza.

Se le ve tranquilo, dice que no obliga a nadie a nada, que solo invita a participar en esa «oportunidad» a quien quiera. Pero hace poco era detenido por la Guardia Civil acusado de haber estafado a decenas de personas y de haber acumulado un patrimonio de más de un millón y medio de euros aunque su último trabajo conocido era el de repartidor de pizzas a domicilio. Y esta mancha en el expediente no es la primera. Ya fue arrestado en otro supuesto fraude.

«Muchos de vosotros estáis conmigo en un proyecto muy bonito... muy grande y estáis muy ilusionados. Os hago este vídeo porque me preguntáis cómo funciona, cómo va... y hace mucho que no hablo con vosotros. Está todo a punto de terminar, es todo genial, maravilloso... pero han sucedido cosas... ha fallecido la reina de Inglaterra que para nosotros es importante y ha habido muchos cambios a nivel monetario mundial... pero está todo a punto de terminar», cuenta en uno de estos vídeos a sus 'clientes' o 'partícipes'.

Y continúa: «Sé que algunos criticaran este vídeo y tienen la valentía de decir que yo soy un estafador y nada más. Cada uno es libre de opinar lo que quiera. Yo solo digo que aquí está quien quiere estar. El que está es porque quiso cumplir un sueño y lo único es que han comprado algo que antes era mío y ahora suyo (...) También me han criticado por si he comprado una casa, un vehículo, siempre dije que cuando alguien me compra un billete... Esto es de Salva, tú lo quieres comprar, ahora es tuyo. Tu propiedad. Pero yo ahora con mi dinero hago lo que me da la gana. No tengo un coche, tengo varios, ¿ok? Porque me habéis comprado un valor que ahora es tuyo», y zanja así el tema.

Pero, ¿de qué valores habla?, ¿qué es tan maravilloso?, ¿de dónde lo ha sacado?. Pues en eso precisamente consiste la 'operación Capellán', dirigida y realizada por los agentes de la Unidad de Blanqueo de la Guardia Civil de la Comandancia de Cádiz a raíz de unas denuncias que les llegaron de personas que se sentían amenazadas por las supuestas víctimas de Salva. Y también por parte de algunos de esos perjudicados.

Imagen principal - Arriba, Salva y su pareja, en su foto como general capellán y capitana de su orden. Abajo, algunos de los billetes que ofrecían intervenidos. Abajo, una agente cuenta el dinero durante los registros realizados en la operación de la Guardia Civil.
Imagen secundaria 1 - Arriba, Salva y su pareja, en su foto como general capellán y capitana de su orden. Abajo, algunos de los billetes que ofrecían intervenidos. Abajo, una agente cuenta el dinero durante los registros realizados en la operación de la Guardia Civil.
Imagen secundaria 2 - Arriba, Salva y su pareja, en su foto como general capellán y capitana de su orden. Abajo, algunos de los billetes que ofrecían intervenidos. Abajo, una agente cuenta el dinero durante los registros realizados en la operación de la Guardia Civil.
En imágenes Arriba, Salva y su pareja, en su foto como general capellán y capitana de su orden. Abajo, algunos de los billetes que ofrecían intervenidos. Abajo, una agente cuenta el dinero durante los registros realizados en la operación de la Guardia Civil. LA VOZ

De repartidor a 'comandante'

De esta forma se pusieron en marcha las pesquisas para «desenmascarar» a esta especie de 'inversor' de esos billetes extraños, dorados y con dibujos y serigrafías diferentes, coloridas, que Salva vendía por una cantidad considerable (hasta 5.000 euros) cuando al mismo tiempo se descubrió que se podían conseguir en plataformas como Ebay y otras a céntimos de euros o a euros. Billetes procedentes de Asia y África que, según decía, «ahora son de colección pero serán vuestro sueño».

Pero además, los agentes se encontraron que esa persona que habían señalado ya la conocían. Este mismo hombre había sido detenido en otra investigación sobre fraude, la 'operación Currusco' en 2016. Tras aquel primer arresto y ya en libertad había incrementado su patrimonio de una forma que no casaba en absoluto con su nuevo trabajo de repartidor a domicilio. Los coches, sus propiedades inmobiliarias, y el estar al frente de un entramado societario de dudosa fiabilidad con sede en Reino Unido. Un entramado financiero y empresarial de «apariencia militar y religiosa».

Según la Guardia Civil, Salva se presentaba como el jefe de la orden/fundación. Era el «general comandante de los capellanes para España y Francia» y un referente de los capellanes de Europa, Asia y Oceanía. Así les contaba que realizaba estas ventas de billetes para ayudar a personas con dificultades económicas.

Fue a finales de 2022 cuando la Guardia Civil volvió a tener noticias de Salvador. Él y su pareja sentimental habrían comprado el antiguo local donde se ubicaba una sucursal bancaria en Sanlúcar. Habían pagado 300.000 euros por él.

Además, al mismo tiempo, confirmaron que estaba realizando obras de reforma y acondicionamiento de ese local, algo que les extrañó porque la situación económica de la pareja tan solo unos meses antes era bien distinta: él estaba cobrando subsidios y trabajando a horario parcial de repartidor de pizzas, y ella, estaba contratada esporádicamente por el Ayuntamiento para el plan de empleo rural y posteriormente en el paro.

Ante estas noticias y conociendo los antecedentes policiales comenzaron a indagar. Según la investigación tenían otro 'negocio'. A través de una sociedad llamada Renovatio Global estarían llevando a cabo la venta valores o billetes exóticos «sin ningún control de la Administración, ni contando con el aval de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV)». Esta entidad identifica estos valores como bonos de redención, pero, según se comprobó, eran falsos activos financieros, que en este caso eran emitidos por el gobierno de Zimbabue y otros asiáticos denominados 'bonos dragón o chinos'.

El engaño consistiría en la venta de estos billetes/bonos (bonos de redención), de distintos países o participaciones de estos a persona con escasa cultura financiera, muy por encima de su valor, y ofreciendo una remuneración excesiva de lo invertido en corto espacio de tiempo, pero sin determinar cuánto.

Mientras que llegaba ese dinero esperado, el resultado de lo invertido, se daba apariencia de veracidad a todo a través de contratos y apoderamientos notariales. En todas estas aportaciones los supuestos estafados firman un contrato entre particulares para dar mayor credibilidad a lo que han hecho y, estos, convencidos de que habrá una remuneración futura, convencen a personas de su entorno cercano para que se sumen a la compra. Y así, suma y sigue.

Pero fue pasando el tiempo y algunos de estos 'inversores' comenzaron a ponerse nerviosos y a caer en que quizá pudiera ser una estafa. Así y tras además advertir que no habían visto esos bonos en sus manos empezaron a llegar denuncias.

Además de estos existían otros billetes en una página web que crearon pero, curiosamente, a algunos les ponían que estaban agotados. Estos mismos bonos eran los que constaban en los contratos como vendidos a los denunciantes. En paralelo, los agentes comprobaron que estos mismos bonos similares a los mostrados, se vendían en páginas web como Aliexpress, Ebay y otras, por céntimos de euros.

Sin noticias de la CNMV

En cuanto a la web y quienes estaban detrás de su creación no constaban como personas debidamente acreditadas por la CNMV para captar capital de terceras personas y ofrecer servicios financieros, por lo que se les comenzó a investigar ya como presuntos autores de un delito continuado de estafa por fraude de valores, además de un posible fraude a la hacienda pública.

Por otro lado, se sospechó que ese dinero que iban recogiendo de las compras de estos exóticos bonos lo gastaban en bienes inmuebles «que ocultaban a través de las sociedades de la que actualmente figuraba como testaferro la pareja sentimental del líder del grupo investigado», es decir, la pareja de Salva.

Junto a la pareja, identificados por la Guardia Civil como líderes del grupo criminal investigado, participarían en la actividad varios familiares de Salvador, entre ellos un hermano y un sobrino. Este último era titular de una de las empresas usadas para el autoblanqueo, quienes servirían para dar apariencia de actividad real al local establecido como sede de las sociedades mercantiles utilizadas para el lavado de dinero. Además, y siempre según la investigación, funcionaban como 'hombres de paja', poniendo cuentas a su nombre al servicio de la trama.

Además se han identificado a otros colaboradores como una mujer en la Costa del Sol y otros en otras zonas de España que harían las veces de 'comerciales'.

Y por otro lado estaban los 'ganchos'. En las reuniones que celebraban en los hoteles, y como se puede ver claramente en los vídeos aportados a la investigación a los que LA VOZ ha tenido acceso, personas de su confianza actuaban como animadores y hacían al público aplaudir y seguir a Salva en sus preguntas y afirmaciones.

De momento, y a la espera de que existan más, el número de afectados podría superar las 200 personas. Desde la Guardia Civil de Cádiz han pedido que todo aquel que crea que ha podido ser víctima de esta supuesta estafa se ponga en contacto con la sección de Blanqueo de Capitales de la Comandancia gaditana.

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