Defensa
«¡Gloria a Ucrania! ¡Valientes por tierra y por mar!»
Un centenar de infantes de Marina adiestran a 88 civiles ucranianos en las instalaciones del Tercio de Armada en San Fernando y Barbate
Forman en fila. La cara tapada y la cabeza alta. Uniforme mimetizado, con la bandera azul y amarilla de Ucrania en el brazo. Arma en ristre. Hace meses, en otra vida, antes de que Rusia invadiese su país, eran camareros, cocineros o transportistas. Ahora, aquí, en las instalaciones del Tercio de Armada en San Fernando y el Campo de Adiestramiento de la Sierra del Retín, en Barbate, son reclutas. Llegaron el pasado 2 marzo como civiles y casi cuatro semanas después se han convertido en militares. En apenas unos días, cuando acabe su formación, volverán a su país, a la guerra, a enfrentarse al invasor.
Un centenar de infantes de Marina del Tercer Batallón Mecanizado del Tercio de Armada de San Fernando (de los que 9 son oficiales y suboficiales y el resto personal de tropa) se encargan de que lo hagan «con las mayores garantías de éxito», tal y como señala el teniente coronel Javier Vega Mateos, comandante de la unidad de formación gaditana. A cargo de estos militares de la Armada está el 4º Curso de Formación Básica de reclutas ucranianos, formado por 88 personas y enmarcado en la Misión de Asistencia Militar de la Unión Europea en Apoyo a Ucrania (EUMAM-UA).
«Diles que muy bien. Que están comprobando el cargador y haciendo todos los procedimientos», le dice uno de los instructores españoles al intérprete a través del que se comunica con el personal ucraniano mientras realizan prácticas de tiro en el Retín. Hay que reforzarles la moral, siempre. Éste, junto con la seguridad y la calidad de la formación es, asegura el teniente coronel Vega, uno de los pilares del adiestramiento que la Infantería de Marina está impartiendo a los reclutas ucranianos. Que vayan «con voluntad de vencer» para que «se incrementen sus posibilidades» en el campo se batalla.
No obstante, aseguran los infantes de Marina que motivación, implicación y ganas de aprender no les faltan a los ucranianos. «Nos ha sorprendido su resistencia a la formación», cuenta el jefe de los instructores españoles. El grupo de casi 90 personas que se está formando en Cádiz es muy heterogéneo, tanto en edad (de los 18 a los 56 años), como en condición física y conocimientos militares, ya que algunos de ellos han hecho el servicio militar y otros cuantos llevan luchando desde que hace más de un año Rusia invadió su país.
12 horas diarias de adiestramiento
El módulo de adiestramiento básico de reclutas que están recibiendo consta de 330 horas divididas en 30 días. Jornadas de 12 horas que comienzan a las 7 de la mañana y terminan a las 23.30 horas. «Es la formación normal de los infantes de Marina», detallan los militares españoles. Los 88 ucranianos se dividen en tres secciones que rotan cada cuatro días para recibir instrucción en las instalaciones del Tercio de Armada de San Fernando y en el Campo de Adiestramiento de la Sierra del Retín en Barbate.
Son las 8 de la mañana en el Tercio de Armada. Un pelotón de soldados ucranianos forma en el patio. El sargento español les da los buenos días. Guardan un minuto de silencio en memoria de las víctimas del conflicto que asola Ucrania. Al terminar, «¡gloria a Ucrania!», gritan en ucraniano y español. Y después, al unísono, el lema de la Infantería de Marina española. «¡Valientes por tierra y por mar!». Comienza la jornada.
Primero, deporte. Después, prácticas en el simulador y la galería de tiro, una de las mejores de Europa. Donde se realizan simulacros de fuego enfrentado en diferentes condiciones: de día, de noche, con lluvia y otras inclemencias. Al mismo tiempo, otro pelotón se adiestra en combate en población, «utilizan munición no letal, como 'paintball', para aumentar la tensión y que no bajen la guardia», explican los militares españoles. Con ellos, su traductora, una ucraniana que lleva 20 años viviendo en Cádiz y ahora, de esta forma, «ayudo a mi país», nos cuenta. Y, por supuesto, los instructores, que no pierden detalle. Cada ejercicio que realizan se lo enseñan con el ejemplo, después les corrigen, animan y refuerzan. Están las 24 horas del día con ellos porque, aunque sea en España, estos infantes de Marina se encuentran desplegados en una misión internacional de la Unión Europea. El objetivo, señala el Ministerio de Defensa, que al final del periodo de formación los reclutas «estén preparados para regresar a Ucrania para contribuir a la defensa de los valores democráticos y la integridad territorial de su país de la injusta agresión rusa».
Mientras un tercio del personal ucraniano está recibiendo la formación en el Tercio de Armada, los otros dos tercios hacen lo propio en el Campo de Adiestramiento de la Sierra del Retín, en Barbate. «Aquí les acostumbramos a la falta de recursos, las inclemencias y la austeridad», detalla el teniente coronel Vega en mitad del campamento compuesto por pequeñas tiendas de campaña donde duermen los reclutas ucranianos y sus instructores españoles, así como por tres tiendas grandes que albergan un comedor, taquillas y lavandería. Al lado, los baños y las duchas portátiles. Algunas comodidades para hacerles la vida más fácil, como la conexión WiFi que les garantiza poder tener contacto con sus seres queridos y familiares que están en Ucrania. Todo ello ha supuesto para el Tercio de Armada, cuenta el teniente coronel, «un reto logístico».
Mucho tiro, ofensiva y tratamiento de bajas
En el Retín se aprovechan las buenas condiciones para las maniobras y el campo de tiro. Los reclutas no paran. Ejercicios de fuego en movimiento, tiro en seco, en combate, e instrucción de sanidad, para que sepan evacuar a un herido y realizar las primeras curas. «Asegúrate de que se hacen bien los torniquetes», puntualiza un instructor a otro. El programa de formación es el mismo en toda la operación EUMAM-UA, estandarizado en base a las necesidades de Ucrania. «El requisito de las autoridades militares ucranianas», detalla el comandante de la unidad de formación, «es que el adiestramiento sea orientado a la ofensiva. Por eso hacemos adiestramiento de tiro, táctica de pequeñas unidades ofensivas, combate en terreno urbano y un módulo individual de combate, con tratamiento de bajas, topografía, estrés en combate y formación sobre minado». Los reclutas ucranianos deben aprender a disparar, moverse sobre el terreno y coordinarse con sus compañeros, «deben estar cohesionados a nivel pelotón. Todo eso hará que sus posibilidades de supervivencia en el campo de batalla sean mayores». Desde el país del este también han venido sus mandos «que supervisan que la formación se realiza conforme a sus estándares y la coordinan con nosotros», narra el teniente coronel Vega.
Es media mañana. Una sección de combatientes ucranianos practica el tiro en movimiento, otra practica el ejercicio 'en seco' y una tercera se adiestra en evacuación de bajas. No hay tiempo para medias tintas. Un cuarto de la formación que los militares de Ucrania reciben en el Tercio de Armada se destina a ejercicios de tiro. Ametralladoras ligeras, sistemas contracarro, granadas de mano y fusil. Tanto diurno como nocturno. «En cuatro semanas han hecho cada uno 600 disparos de fusil», dan como dato los instructores.
Seguirán adiestrándose ucranianos en Cádiz
El armamento no es el mismo, pero «adaptamos el de aquí al suyo», cuenta un soldado de Infantería de Marina instructor. También con pasamontañas. Parche de la misión amarillo y azul en el brazo derecho. Al fin y al cabo, a la hora de disparar «todos tienen el mismo funcionamiento». Cuenta que algunos de los reclutas ucranianos llegaron sin saber disparar y que ahora hacen tiro ejecutivo, subrayando el gran avance que han tenido estas semanas. Los militares gaditanos se vuelcan en la formación, enseñándoles lo que han aprendido durante sus años de experiencia en las Fuerzas Armadas y dándoles las claves para que puedan salvar la vida en el frente. La actitud comprometida y el agradecimiento de los ucranianos también motiva a los españoles. «Es un periodo duro pero satisfactorio. Ellos tienen ganas de ayudar a su país al máximo», dice el soldado. Ambas banderas, la española y la ucraniana, comparten color amarillo y mucho más. Entre reclutas y adiestradores se ha forjado un vínculo de amistad.
No será el último. Cuando esta rotación, el primer curso que imparte la Armada, se vaya, vendrá otro. De esta forma, el Tercio de Armada y la provincia de Cádiz se establecen como instalaciones fijas de un módulo de combate de la Misión de Asistencia Militar de la Unión Europea en Apoyo a Ucrania (EUMAM-UA). Una misión que a nivel nacional está bajo control operativo del Mando de Operaciones y bajo el mando del Jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD). Este módulo de combate, como los de Sevilla, Almería, Burgos y Pontevedra, se coordinan desde el Toledo Training Centre (TTCC). En total, actualmente se están instruyendo a más de 410 ucranianos en España, repartidos entre las diferentes localidades y cursos. Y cuando acabe esta rotación, desde que empezó dicha misión en nuestro país, el pasado mes de noviembre, se habrán adiestrado un total de 850 militares ucranianos en España.