Provincia
Los gaditanos, pendientes del bolsillo tras la subida del IVA de los alimentos
economía
El incremento de los productos en los supermercados aún no se nota de forma significativa, pero hace que la gente revise con mayor cautela su hoja de gastos
Aunque se esperan algunas bajadas en los consumos, el encarecimiento de la vivienda centra el apartado económico en la provincia
Desde el pasado 1 de octubre, los alimentos básicos que se encontraban con el IVA al 0% pasaron a tener un Impuesto sobre el Valor Añadido al 2%, un factor que, aunque mínimamente, hará que las cestas de la compra vean incrementado su precio a la hora de pagar.
A principios del presente año, el Gobierno llevó a cabo una serie de medidas encaminadas a paliar la subida de precio que vienen experimentando muchos productos desde hace dos años, cuando la inflación, el encarecimiento de la electricidad, la sequía o la invasión rusa de Ucrania pusieron la cesta de la compra por las nubes.
Entre ellas, estaba contemplada la supresión del IVA para alimentos básicos como el pan, la leche, el aceite de oliva, los huevos, las frutas o las verduras durante el primer trimestre del año, apuesta que fue prorrogada durante tres meses más, hasta el 31 de septiembre.
Ahora, a inicios del último trimestre del año, llega una subida que, a partir del 1 de enero de 2025, encadenará otra, hasta llegar al 4% en aquellos alimentos imprescindibles en cada hogar, esos que, en mayor o menor medida, se consumen aunque estén más caros.
Eso en cuanto a los considerados como básicos, porque otros como los aceites de semillas o la pasta, presentes también en la mayoría de las casas, habían pasado de tener el 10% habitual a estar reducidos al 5%. Desde el pasado martes, se gravan al 7,5% y recuperarán su valor primitivo después de Nochevieja.
El encarecimiento de los productos se puede apreciar en los lineales de los supermercados, que ya han actualizado los precios. Lo cierto es que como la subida es de muy pocos céntimos en cada producto, la cuenta final no se ha encarecido demasiado, aunque sea un hecho que hacer la misma compra hoy es más caro que una semana.
«De momento no lo estoy notando mucho, la verdad. Hay algunos que sí veo que han subido, como el aceite de oliva, que llevaba algún tiempo bajando y me he fijado que ha subido un poco ahora», dice María saliendo de un céntrico supermercado en Cádiz.
No sirve de consuelo, eso sí: «El problema es que si todo sube un poquito, además de los alimentos, el dinero que tenemos cada vez vale menos. Porque a mí el sueldo no me lo suben un 2% o un 4% según lo que cuesten las cosas», dice un comprador mientras mira la fruta.
Menores salarios
Pese a que el Salario Mínimo Interprofesional continúa aumentando, efectivamente los salarios están estancados en la provincia, estando por debajo de la media nacional. Esta circunstancia agrava la situación económica de muchas familias, puesto que, más allá de los valores que se puedan marcar en determinados comercios locales o en los mercados de abastos, las variaciones de precio en las cadenas de supermercados oscilan poco entre territorios, aunque es perfectamente posible llenar un carro a diferente precio en un mismo supermercado en diferentes provincias ya que cuentan con un margen en determinados productos con el que cada tienda puede jugar.
Según el Informe de Rentas Salariales y Personas Asalariadas que presentó Comisiones Obreras a principios de año, los gaditanos ganan unos 3.700 euros anuales menos que el salario promedio a nivel nacional. Si a ello le sumamos el paulatino encarecimiento de los alquileres, en el que influye el fenómeno turístico, la coyuntura se vuelve más compleja.
Pendientes de subidas y bajadas
Oteando ya en el horizonte el próximo año 2025, hay quienes esperan las previsiones económicas de muchos de los consumos habituales en el día a día de miles y miles de gaditanos.
La gasolina fue un quebradero de cabeza con una subida exponencial en 2022 que obligó al Gobierno a aplicar un descuento de 20 céntimos por litro para aliviar en cierto modo el esfuerzo que los ciudadanos tuvieron que hacer para llenar el tanque de sus vehículos. A mediados de 2024 se produjo una nueva subida en unos precios que venían mucho más suavizados, y que nuevamente han vuelto a bajar.
Los expertos estiman que en 2025 la producción de petróleo puede ser mayor, tras las restricciones que algunos países del Golfo y Rusia habían impuesto en los últimos años, de modo que el precio del combustible en las gasolineras podría continuar su tendencia a la baja en los siguientes meses.
La subida del precio de la gasolina trajo consigo la gratuidad de los abonos de Renfe en Cercanías y Media Distancia, algo que, salvo sorpresa, decaerá a partir del 1 de enero. Según se deduce de las palabras del ministro de Transportes, Óscar Puente, la intención es que estos servicios vuelvan a ser de pago, aunque no se descarta que se apliquen determinadas bonificaciones.
Esos abonos gratuitos han sido un éxito en la provincia de Cádiz, habiéndose registrado más de 7,5 millones de viajeros el año pasado. En menos de tres meses, a muchos de esos gaditanos les tocará pasar por caja, hecho por el que es posible que algunos opten por otros medios de transporte.
La energía podría volver a contenerse en el próximo año después de tocar máximos históricos en 2022, lo que ha llevado a que muchos españoles estén pendientes del pool eléctrico y del precio diario a pagar por cuestiones tan elementales como poner una lavadora.
Por contra, el acceso a la vivienda es cada vez más complicado para los gaditanos. El atractivo turístico de una provincia con unos reclamos envidiables durante todo el año ha hecho que la demanda tanto a la hora de alquilar como de comprar sea mayor, disparando el precio y en el caso de muchos vecinos de Cádiz capital y del resto de ciudades costeras, haciendo cada vez más difícil su permanencia en sus propias localides.
Bajada de tipos
La buena noticia a este respecto es la caída de tipos del Euribor, que, según trasladan desde el Colegio de Economistas de Cádiz, va a traer consigo un mayor acceso al crédito, lo que puede facilitar la inversión de particulares y empresas, además de dar un respiro a aquellos propietarios que tienen una hipoteca de tipo variable y que han venido pagando más en sus cuotas en los últimos meses.
Esa bajada de tipos, auguran desde el organismo profesional que aglutina a los economistas gaditanos, generará un aumento de la demanda en la vivienda, que se traduciría en una subida de precios de los inmuebles. Aunque, por otro lado, puede espolear la construcción, ampliando el parque de viviendas e impulsando el empleo en el sector.
Ante la incertidumbre, pequeños gastos
Debido a la inestabilidad de los últimos años, en los que ha sido difícil acceder al crédito, y ante el temor de que los precios de la vida pudiesen seguir encareciéndose de forma descontrolada, muchas familias son las que han optado por cerrar la mano y acometer gastos de forma más controlada.
Aunque la desigualdad se ha acrecentado en el país, como demuestra que nunca antes se han comprado tantas casas al contado mientras que buena parte de los jóvenes trabajadores ven casi imposible adquirir un piso en propiedad, la pandemia hizo que el ritmo de gasto se frenara al decaer toda actividad de ocio, lo que favoreció el ahorro en el seno de muchas familias.
Ese ahorro iniciado en 2020 ha ido menguando paulatinamente con el encarecimiento de múltiples productos y eso se refleja en el destino de los ahorros. Un economista consultado por este periódico afirma que ante, el temor a gastar una gran cifra económica, se opta por el ocio, motivo por el que la hostelería no se resiente o que los festivales de música vivan un momento álgido. «Ya que no me puedo comprar una casa, al menos hago un viaje a un lugar que siempre he tenido en mente», indica. Las vacaciones al uso de mar y sol, eso sí, se han visto mermadas por el encarecimiento de los alquileres de temporada: «El que antes se iba una quincena a la playa con la familia, ahora se va cinco días».
Ese freno de mano en el gasto se aprecia de forma nítida en el mercado de los vehículos, ya que el parque móvil español cada vez está más envejecido, uno de los más viejos de toda Europa. Ya no se compra con tanta alegría y se prefiere alargar la vida útil de un coche, por si las cosas se tuercen en el plano económico. En este caso concreto, además, hay muchos usuarios que no tienen claro cuáles serán los siguientes pasos respecto a la normativa en la transición al vehículo híbrido y eléctrico, por lo que prefieren esperar antes de hacer un desembolso importante.