Provincia de Cádiz

Gaditanos obligados a pasar la Navidad lejos de casa

Muchos de los jóvenes de la provincia que viven en el extranjero están pasando las festividades navideñas sin sus familiares y seres queridos

Jesús Mejías

Cádiz

Es una de las estampas más habituales en estas fechas. Los aeropuertos y estaciones de trenes se llenan de escenas de reencuentros. Sumergidos en plenas fiestas navideñas, muchos aprovechan los días libres en el trabajo o en su centro educativo para regresar a la provincia de Cádiz y cerrar el año junto a sus familiares y seres queridos. Escenas emotivas y una espera que llega a su fin tras meses separado de las personas a las que más quieres. No obstante, hay un grupo de gaditanos que por diferentes motivos no han podido volver a su tierra natal para estas festividades. Algunos esperan ansiosos a pisar suelo gaditano en las próximas fechas, otros cruzaron el globo terráqueo en Nochebuena y Navidad, como es el caso de Virginia, natural de Rota y que aprovechó estos dos días para regresar a Australia, país en el que reside. Algunos, como Javier de Puerto Real, suman ya tres navidades fuera de la provincia de Cádiz y sin tener cerca a su familia.

El éxodo de gaditanos al extranjero para buscar una oportunidad laboral inexistente en su tierra provoca que cada vez sea más habitual que en las cenas de Nochebuena y Nochevieja haya más de un asiento vacío, la del hijo o hija que solo se deja ver por una videollamada. Aunque la provincia supera por primera vez la barrera de 1.250.000 habitantes, hay ciudades que siguen perdiendo ciudadanos como es el caso de Cádiz capital, que con 111.811 habitantes ya es la capital de provincia de Andalucía con menos habitantes, situación que también se da en San Fernando, que ha perdido habitantes en el último año, aunque bien es cierto que otros como núcleos de población como Chiclana, Puerto Real, Jerez han ganado vecinos en el último año.

En España existen ciertas tradiciones navideñas como el montaje de belenes, comer las doce uvas para recibir el nuevo año o la llegada de los Reyes Magos el próximo 6 de enero. Cada país celebra la Navidad de una manera y tiene sus propias tradiciones a las que intentan adaptarse estos gaditanos.

Javier, de Puerto Real a Innsbruck

 Francisco Javier, natural de Puerto Real trabaja en el departamento de Farmacognosia de la Universidad de Innsbruck (Austria) desde hace dos años. Con treinta años de edad, «es la tercera vez que paso las fiestas navideñas fuera».

La vez fue en 2020-2021, durante la pandemia y «la pasé solo en Bremen, Alemania», ya que «tenía que estar por trabajo y era complicado coger un vuelo de vuelta. No sabías si te iban a permitir volver luego a Alemania para trabajar». El pasado año sí pudo celebrar el 24 y el 25 de diciembre en España, pero «volví para fin de año a Austria ya que lo iba a celebrar con amigos y aquí la celebración es bastante conocida a nivel mundial, ya que lanzan fuegos artificiales desde lo alto de Los Alpes y todo el mundo se reúne en el puente principal de la ciudad». Este año, junto a su pareja Ana con la que vive en Innsbruck «queríamos quedarnos de nuevo porque es muy bonito, y en general todo el ambiente navideño».

En su caso a «tengo la suerte de vivir aquí con mi pareja, y este año tengo otra amiga gaditana que ha venido a trabajar unos meses y pasará las navidades con nosotros». Aún así «en general, echas de menos a toda la familia ya que es un momento de reunión y sobre todo de reencontrarte con parientes con los que hace tiempo no hablas».

Javier en Inssbruck (Austria) L. V.

Para este puertorrealeño «la Navidad aquí (Innsbruck, Austria) es mucho más bonito» ya que «te sientes literalmente dentro de una película», por los «20 centímetros de nieve en la ciudad, las luces navideñas y los mercados de Navidad con vino caliente y mucho ambiente».

Mercadillo navideño de Innsbruck L. V.

En Austria «no hay una tradición especifica, mas allá de beber el vino caliente con amigos y familiares, pero familiares y amigos se reúnen en las casas al igual que nosotros. El espíritu navideño se palpa en el ambiente solo con ver la nieve y escuchar los pequeños grupos de música callejeros».

Virginia, de Rota a Sidney

Encasillar a Virginia en una profesión es complicado. Esta joven de 29 años de Rota estudió periodismo en la Universidad de Sevilla, vive en Australia y ha trabajado en el pasado como guía turística en Ámsterdam, es modelo, ha participado en varios anuncios y películas. En un futuro «me gustaría trabajar en la minas del oeste de Australia», también ha trabajado como recolectora de arándanos y camarera en un restaurante en este país.

Su carácter de aventurera la llevó a las antípodas hace justo un año, y vuelve a Australia tras haber disfrutado de unos meses junto a su familia en Rota. «Ahora mismo estoy de voluntaria en un festival de música y me voy a una casa a cuidar de sus mascotas a cambio de alojamiento y algo de dinero». Posteriormente «el día 10 me voy a trabajar en una película como extra y hoy me confirman dos nuevo anuncios para enero». Su planteamiento es «irme a otra zona del país, al oeste, y me gustaría probar lo que es trabajar en las minas y luego irme a recoger cerezas a Tasmania».

Mientras en España es invierno, las temperaturas son bastante bajas y la tónica general es la de un frío prolongado y en ocasiones difícil de aguantar, en Australia es pleno verano.

«Son mis segundas navidades en Australia», afirma. En concreto hizo el viaje de España a Australia el 24 y 25 de diciembre, y lo he hecho «porque me he apetecía». Años atrás «también he pasado las navidades en Ámsterdam cuando trabajaba de guía», y el año pasado, ya en Australia «me reuní con los amigos que había hecho hace dos meses, y cada uno llevaba su propia comida», mientras que «el día 31 me fui a ver los fuegos artificiales a la ópera de Sidney».

«Aquí es verano, es plena época de festivales de música de rollo hippie y me prometí que este año iría a esos festivales y por eso me he venido en estas fechas», señala.

Virginia junto a u canguro en Australia L. V.

Para Virginia «es importante pasar tiempo con mi familia y en estos dos meses en Rota ya me he hartado de ir a cenar fuera, he tenido muchas comidas navideñas», pero «esta es una experiencia que solo lo voy a poder tener ahora».

Pasar las navidades lejos de casa «lo llevo bien porque lo he elegido yo», apunta a que «aquí ni te enteras que estás en navidades. No hay mercados navideños ni tradiciones como las doce uvas, o al menos que yo conozca».

«Aquí la gente come el día 24 con la familia y el 25 todos van a la playa con bañadores y bikinis rojos y el día 31 son los fuegos artificiales junto a la Ópera», afirma.

María, de Cádiz a Edimburgo

María llegó a Edimburgo, la capital de Escocia, hace cinco años. Natural de Cádiz capital relata que «empecé como recepcionista en un hotel, luego estuve gestionando las reservas» y «actualmente lleva año y medio trabajando en una empresa hotelera, en concreto con dos hoteles de lujo, estoy en la oficina y llevo gestión de reservas, pero sobre todo las reservas de los clientes VIP».

Son sus quintas navidades en Escocia. «Las primeras fueron las peores porque llevaba toda la vida celebrándolo con mi familia, me vine en septiembre y a los tres meses me tocó pasar aquí las navidades». Una situación en la que «no conoces a nadie, las pasé con mi pareja, pero no conoces a mucha gente y tampoco me pude coger vacaciones y me tocó pasar aquí todo, Nochebuena, Nochevieja, Navidad y Reyes».

Reconoce que «siempre se echa de menos a la familia en los momentos importantes, pero sí que es verdad que no las pasas solas, te reúnes con otras personas, ves a tus amigos y aquí se unen muchas culturas y tenemos amigos de distintas nacionalidades», y aunque «lo siga pasando un poco mal, no es como aquella primera Navidad en la que lloré un poco».

«Aquí la navidad es como lo ves en las películas en la televisión, los escoceses viven la tradición de Papá Noel muy intensamente», apunta, y agrega que «las navidades empiezan muy pronto, a finales de octubre ya se vendían decoraciones navideñas y las tiendas estaban decoradas». En Edimburgo «hay muchos mercadillos navideños de estilo alemán, con el vino caliente, salchichas». En resumen, «las navidades son muy diferentes a como las celebramos en Cádiz, el tiempo es muy invernal, no nieva en exceso, pero hace mucho frío».

María vive desde hace cinco años en Edimburgo L. V.

Mientras en España el día de Nochebuena se vive intensamente desde primera hora, «aquí no es tan importante, no se vive tanto» y lo compara con «el día 5 de enero para nosotros». El día «gordo» es Navidad, «cuando se reúne la familia y hacen la comida gorda», pero «también el día 26 con el Boxing Day, también festivo».

Otra de las tradiciones es «el uso de los crackers, que son como un cilindro de cartón que se abre cuando dos personan tiran de cara lado y el que se quede con el trozo más grande que hay dentro que suele ser una corona de papel. En las mesas en navidad cuando las decoran los platos, encima ponen un cracker y se hace con el que está a tu lado».

En el caso de Nochevieja «no se celebra tanto como en España, y creo que es porque no tienen una tradición de comerse las doce uvas como hacemos nosotros».

En resumen, en Escocia «en general la Navidad se vive mucho más, tienen incluso un día oficial en el que todos van en jersey navideño al trabajo». Además, en Edimburgo «hacen un espectáculo de luces navideñas en el jardín botánico, hay pistas de patinaje sobre hielo», pero si hay algo que María eche de menos, eso es sin lugar a dudas la comida. «Aquí no existe el concepto de platos para compartir, aquí se come un plato único que suele ser un pavo al horno con verduras y patatas asadas, pero no ves una mesa llena de platas con gambas, caña de lomo o jamón como en España».

Laura, de Puerto Real a Amberes

Laura vive desde el pasado mes de septiembre en Amberes, al norte de Bélgica, por lo que estas están siendo sus primeras navidades lejos de casa. Trabaja en Amsbeck, una empresa de refinería y su trabajo consiste en «analizar la gasolina y otros productos de la refinería como diésel o fuel, los analizo en un laboratorio y se mandan al cliente las especificaciones que requieran».

«Son mis primeras vacaciones solas y fuera de España», afirma, pero «como no podía ir a España, una amiga que vive aquí conmigo y yo decidimos cogernos un día libre más en el trabajo y nos fuimos por Alsacia, una región de Francia que es muy bonita y que la conocen como la capital de la Navidad» y se vive «muy intensamente en cuanto a decoración», pero «en cuanto a espíritu navideño no lo he notado tan intensamente como en España», porque «sí es cierto que montan muchas luces y hay mucha decoración, pero hay excesivo turismo, y me dio la sensación de que era algo más superficial a como se vive realmente en España». En Amberes «es igual, lo noto mucho más frío que en España».

Reconoce que pasas estar fechas tan señalada lejos de su familia «lo llevé regular por no tener en Nochebuena una cena en familia con el marisco y la buena comida española», y relata que «el día 24 de diciembre estábamos en Estrasburgo y habitualmente los mercadillos navideños cierran a las nueve de la noche, pero como era Nochebuena todo cerraba a las seis de la tarde y no encontramos ningún bar o restaurante que nos dieran de comer y acabé cenando un bocata de jamón cocido en el hotel» y «fue en ese momento cuando me di cuenta de que tenía a toda mi familia en España pasando la Nochebuena, cantando, comiendo y fue cuando estuve un poco más triste», pero «a la vez también estaba contenta porque estaba teniendo una experiencia que de otra forma sabía que no iba a poder tener».

Laura en un mercadillo navideño en Bélgica L. V.

«En Bélgica montan muchos mercadillos navideños, he estado en el Amberes, Bruselas, Brujas y Gante y son muy parecidos unos a otros, son bonitos, pero los de Alemania son una auténtica locura, tienen mucha variedad de comida, le dan mucha importancia a las luces, aquí hay decoración navideña por otros lados, cosa que en España apenas veo, y no tienen tradiciones como las de las doce uvas», señala, aunque «los niños pequeños suelen leer una carta delante de toda la familia y que va dirigia a sus padrinos y madrinas».

En Bélgica existe la figura de Papá Noel y también la de San Nicolás, que fue «un personaje que existió de verdad y que regalaba juguetes a los niños, y como era muy querido, por su cumpleaños todos los 6 de diciembre se celebra un día en su honor y en el que se le da regalos a los niños», y mientras que «en España decimos que los Reyes Magos vienen de Oriente, para ellos Papá Noel viene desde Valencia en barco».

«Me gusta más la Navidad de España», asegura, «sobre todo en Jerez, eso de ir por la calle y ves a la gente sonreír, cantando, con sus bailas, unas palmas... eso aquí no lo hay, aquí la gente es muy rancia, son más introvertidos. La energía que tenemos en España no la hay aquí, no ves la alegría en la calle, en Cádiz vas andando por la calle y te contagias del ambiente»

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