Qué es y cómo funciona una desaladora portátil

Las desaladoras parecen ser una de las soluciones más realistas para paliar los problemas de sequía. Ante el alto costo de construir grandes desaladoras fijas, con una inversión superior a los 200 millones de euros, las administraciones están optando por la implantación de desaladoras portátiles, que tienen el mismo funcionamiento que una planta desaladora, pero son mucho más baratas, con un coste de unos tres millones de euros, pero con una limitación de producción de agua dulce, porque en vez de producir unos 75-80 hectómetros cúbicos de agua al año, produce solo entre cuatro o cinco.

El ciclo comienza con la captación de agua de mar, se impulsa por bombeo mediante tuberías hasta la planta desaladora. Se aplica un pretratamiento por el que se aplican procesos químicos, el primero de ellos una decantación y posteriormente una desinfección para eliminar la carga biológica del agua.

El agua se presuriza a unos 65 bares y pasa por varias etapas de filtración y ultrafiltración por las que se elimina la materia que quede en el agua, ya sea arena, bacterias o microplásticos, entre otros. Se trata para que tenga un pH admitido y es introducida en unas membranas semipermeables.

El agua es conducida a las membranas que trabajan mediante la ósmosis inversa y se obtienen dos corrientes diferentes, por un lado el agua desalada que puede ser usada para el consumo o regadío, y por otro lado la salmuera que es devuelta al mar, ya que contiene una elevada cantidad de sales minerales.

El agua que se usará en el futuro, se conduce a un depósito y según su futuro uso es trata de una forma u otra y está lista para ser conducida a la red de abastecimiento.